Alianza con empresas para profundizar temas de fondo

03.04.2011 | Articulos de opinion

Por Eduardo Serantes. Cáritas Nacional. Me toca hablar por el tercer sector, por Cáritas, el organismo oficial de la Iglesia Católica para la caridad y tiene su misma organización.


Está totalmente descentralizada. En Argentina está en casi 3400 parroquias y capillas. Se encuentra en todas las realidades, del Norte al Sur, en el campo y en las grandes ciudades; allá donde está la pobreza, está Cáritas. Tiene una comisión que coordina las Cáritas de su diócesis y a su vez hay una comisión a nivel nacional. También hay una latinoamericana y una internacional.

En Argentina en Caritas trabajan 25000 voluntarios en toda la geografía del país. Fundamentalmente las acciones responden a la iniciativa de cada parroquia. En cuanto a asistencia, alimenta a una gran cantidad de gente en todo el país. Se atiende a 300.000 chicos.

Los servicios brindados por las Cáritas Diocesanas incluyen la entrega de alimentos, comedores, copas de leche, entrega de medicamentos, ropa, frazadas y calzado. Tenemos Bolsas de Trabajo, refugios nocturnos, Hogares de Tránsito, se distribuyen donaciones en especies (útiles escolares, materiales de construcción, vajilla), iniciativas de promoción humana y desarrollo. El mayor problema es el desempleo, que lo sufren en mayor medida los sectores más pobres.

Hay programas vinculados a microemprendimientos rurales y urbanos. El segundo tema es la atención a la infancia y a la adolescencia.

Una cuestión de fondo es la educación, que en la Argentina está pasando por un problema de crisis, de renovación. La educación pública en los barrios margina les tiene deficiencias y ahí es donde más necesitarán apoyo las familias. En estos temas, siempre ha trabajado la Iglesia y en Cáritas estamos poniendo un especial empeño. Hay centros comunitarios de atención integral a la infancia, trabajos con chicos de la calle, una red de servicios para chicos y adolescentes.

El otro tema es vivienda, en el que estamos trabajando con proyectos de refacción y autoconstrucción.

En la relación con el Estado, que es tal vez la más compleja, hemos avanzado en los últimos años.

Con respecto a las empresas, hay distintas vinculaciones, de acuerdo a las prioridades. Presentamos los programas en todo el país y ellos deciden si apoyan una línea u otra. Algunas nos permiten llegar al consumidor, al cliente, o al proveedor. Con un supermercado, más que el apoyo directo con una ayuda, llegamos a los clientes en todo el país. Nos dan los vueltos o los clientes hacen donaciones. Hay acuerdos con proveedores para que los productos que están por dejar de venderse por problemas de envase, de tamaño, de fecha de vencimiento, etc. los podamos utilizar en nuestros comedores.

Hay proyectos "a medida", cuando una organización tiene una idea y nosotros coincidimos, como por ejemplo en el tema aborigen en Salta. Al estar junto a la gente, conocemos los problemas, y les aseguramos que su aporte va a lograr un impacto significativo en el tema social.

Garantizamos también la transparencia en la asignación de la contribución; incluso estamos auditados por terceros. Con las empresas buscamos una relación de largo plazo; que no sea un acuerdo puntual sino encontrarnos y juntos hacer una alianza para transitar este camino.

Para darle de comer a los chicos tenemos aportes privados y de provincias. Debido a la crisis hubo atrasos en la entrega de los fondos oficiales y algunas empresas nos ayudaron a cubrir ese bache, en forma silenciosa.

En esta alianza con las empresas debemos seguir profundizando en los temas de fondo, como es el trabajo, la educación, la salud y la vivienda para los más pobres. La lucha contra la pobreza tiene que ocupar un lugar prioritario a la par del crecimiento del país. Es un problema del sector público y del sector privado.