Alianzas entre ONG ambientales y el sector privado

29.08.2011 | Destacadas

El conocimiento de las ONG ambientales sobre ecosistemas y su experiencia con comunidades asentadas en eco-regiones sensibles representan recursos importantes para los actores privados. Por Bart Van Hoof *.


 

Cada vez más se observan alianzas entre empresas de los sectores privado y público y las ONG ambientales. Se trata de la expresión en nuestro país de un creciente movimiento global orientado a enfrentar los problemas ambientales y aprovechar las oportunidades de negocio ofrecidas por una gestión ambiental pro-activa, mediante el aprovechamiento de las fortalezas complementarias de las ONG y de las empresas. Incluso, existen hoy alianzas que hace unas décadas parecían impensables, como es el caso de la establecida entre la Shell y Green Peace en pro de la ratificación del Protocolo de Kyoto.
Son muchos los beneficios obtenidos por las dos partes a partir de estas alianzas. Para las empresas, este enfoque implica la incorporación de la gestión ambiental en su estrategia de negocio, reconociendo los beneficios que esta puede representarles. Se destacan las oportunidades para fortalecer su competitividad a través de estrategias ambientales como son: el ahorro que representa la implementación de alternativas de eco-eficiencia; la contribución al desarrollo de "nichos" de consumidores responsables; la atracción de inversionistas socialmente responsables; y el desarrollo e innovación de nuevos eco-negocios que funcionan como motores del mejoramiento continuo y el desarrollo empresarial.
Además, los actores del sector privado pueden aportar recursos económicos, tecnológicos o de información a los programas y proyectos de las ONG ambientales, que faciliten el desarrollo de proyectos de manejo ambiental sostenible por parte de las comunidades. Por ejemplo, empresas del sector de comunicaciones, como cines y empresas editoriales, pueden apoyar con gran efectividad en campañas de sensibilización. Las empresas también pueden aportar recursos económicos para la compra de tierra con fines de conservación como lo está haciendo la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá en un trabajo conjunto con Conservación Internacional.
De igual forma, el conocimiento de las ONG ambientales sobre ecosistemas y su experiencia con comunidades asentadas en eco-regiones sensibles representan recursos importantes para los actores privados. En Colombia, Conservación Internacional, ONG ambiental con presencia en el Norte del Valle, facilitó una alianza entre un grupo de productores de café y la empresa Starbucks para la producción sostenible y comercialización del producto.
Todos ganan. Starbucks asegura un proveedor de calidad con positivo impacto para sus clientes, los productores locales cuentan con un canal de comercialización para sus productos, CI avanza en su misión institucional de conservación, y la región consolida una producción ambientalmente sostenible con claros beneficios para su medio natural.
El intercambio de información también se incluye dentro de los beneficios mutuos que representa el trabajo conjunto. Hace varios años, Smurfit Cartón de Colombia y WWF Colombia unieron su experticia relacionada con el manejo forestal para alcanzar la certificación de las plantaciones forestales de la empresa. Al lado de los beneficios comerciales que representa dicha certificación para Smurfit, el mismo proceso representa un avance importante para la conservación de especies.
Como complemento a lo anterior, se mencionan los servicios permanentes que prestan las ONG que también son una estrategia de trabajo conjunto. Así, por ejemplo, la Fundación Natura, una ONG colombiana, ofrece la Certificación del aprovechamiento de productos maderables y no maderables del bosque como un mecanismo para promover el desarrollo sostenible y la conservación de los ecosistemas, actividad que se realiza en el marco de la Certificación Internacional de "Rainforest Alliance".
Para las ONG ambientales, estas alianzas significan reconocer al sector privado como parte estratégica de la solución de los problemas ambientales, y no caer en el simplismo de singularizarlo como el villano del medio ambiente. En últimas, se trata de alianzas que coadyuvan a que nuestras sociedades avancen hacia el desarrollo sostenible, mediante el ejercicio de una genuina responsabilidad social corporativa, tanto de parte de las empresas como de las ONG.
* Profesor de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes
(Dinero.com)

Cada vez más se observan alianzas entre empresas de los sectores privado y público y las ONG ambientales. Se trata de la expresión en nuestro país de un creciente movimiento global orientado a enfrentar los problemas ambientales y aprovechar las oportunidades de negocio ofrecidas por una gestión ambiental pro-activa, mediante el aprovechamiento de las fortalezas complementarias de las ONG y de las empresas. Incluso, existen hoy alianzas que hace unas décadas parecían impensables, como es el caso de la establecida entre la Shell y Green Peace en pro de la ratificación del Protocolo de Kyoto.

Son muchos los beneficios obtenidos por las dos partes a partir de estas alianzas. Para las empresas, este enfoque implica la incorporación de la gestión ambiental en su estrategia de negocio, reconociendo los beneficios que esta puede representarles. Se destacan las oportunidades para fortalecer su competitividad a través de estrategias ambientales como son: el ahorro que representa la implementación de alternativas de eco-eficiencia; la contribución al desarrollo de "nichos" de consumidores responsables; la atracción de inversionistas socialmente responsables; y el desarrollo e innovación de nuevos eco-negocios que funcionan como motores del mejoramiento continuo y el desarrollo empresarial.

Además, los actores del sector privado pueden aportar recursos económicos, tecnológicos o de información a los programas y proyectos de las ONG ambientales, que faciliten el desarrollo de proyectos de manejo ambiental sostenible por parte de las comunidades. Por ejemplo, empresas del sector de comunicaciones, como cines y empresas editoriales, pueden apoyar con gran efectividad en campañas de sensibilización. Las empresas también pueden aportar recursos económicos para la compra de tierra con fines de conservación como lo está haciendo la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá en un trabajo conjunto con Conservación Internacional.

De igual forma, el conocimiento de las ONG ambientales sobre ecosistemas y su experiencia con comunidades asentadas en eco-regiones sensibles representan recursos importantes para los actores privados. En Colombia, Conservación Internacional, ONG ambiental con presencia en el Norte del Valle, facilitó una alianza entre un grupo de productores de café y la empresa Starbucks para la producción sostenible y comercialización del producto.
Todos ganan. Starbucks asegura un proveedor de calidad con positivo impacto para sus clientes, los productores locales cuentan con un canal de comercialización para sus productos, CI avanza en su misión institucional de conservación, y la región consolida una producción ambientalmente sostenible con claros beneficios para su medio natural.

El intercambio de información también se incluye dentro de los beneficios mutuos que representa el trabajo conjunto. Hace varios años, Smurfit Cartón de Colombia y WWF Colombia unieron su experticia relacionada con el manejo forestal para alcanzar la certificación de las plantaciones forestales de la empresa. Al lado de los beneficios comerciales que representa dicha certificación para Smurfit, el mismo proceso representa un avance importante para la conservación de especies.
Como complemento a lo anterior, se mencionan los servicios permanentes que prestan las ONG que también son una estrategia de trabajo conjunto. Así, por ejemplo, la Fundación Natura, una ONG colombiana, ofrece la Certificación del aprovechamiento de productos maderables y no maderables del bosque como un mecanismo para promover el desarrollo sostenible y la conservación de los ecosistemas, actividad que se realiza en el marco de la Certificación Internacional de "Rainforest Alliance".

Para las ONG ambientales, estas alianzas significan reconocer al sector privado como parte estratégica de la solución de los problemas ambientales, y no caer en el simplismo de singularizarlo como el villano del medio ambiente. En últimas, se trata de alianzas que coadyuvan a que nuestras sociedades avancen hacia el desarrollo sostenible, mediante el ejercicio de una genuina responsabilidad social corporativa, tanto de parte de las empresas como de las ONG.
* Profesor de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes
(Dinero.com)