Altos ejecutivos, ¿por qué no son luchadores sociales?

18.08.2011 | Destacadas

Los CEOs son personajes muy influyentes de la sociedad. Su alto poder económico y extensas redes de contactos les permiten ser escuchados en los debates públicos. Sin embargo, muy pocos se involucran. ¿Por qué? Este es el interrogante que intenta develar la investigación CEOs as public leaders de la consultora global McKinsey. A través de una encuesta entre 721 altos ejecutivos norteamericanos, los investigadores se propusieron comprender qué hacen los top managers por la sociedad y por qué lo hacen.


 

Los CEOs de corporaciones globales son más poderosos que los jefes de estado de muchos países. H. Lee Scott, número uno de Wal-Mart, dirige una empresa que factura 312 mil millones de dólares anuales. En contraste, el PBI de Uruguay, en el 2005, era de apenas un décimo la facturación del gigante del retail.
Baste este ejemplo para contextualizarnos en el fantástico poder de muchos altos ejecutivos. Ser el CEO de una corporación le brinda a uno una interesante visibilidad y la capacidad de convertirse en un líder no sólo empresarial sino también en asuntos sociales, educativos y políticos. Gracias a su posición, el CEO tiene buenas chances de convertirse en un actor importante en el debate público sobre temas tan variados como la pobreza , la educación, la salud y el calentamiento global.
Sin embargo, ¿aprovechan los top managers su destacada posición para influir en la cosa pública?
Nada menos que el 95 por ciento de los encuestados respondió que el CEO debería intervenir en el debate social, como líderes de opinión en los asuntos que preocupan al común de los mortales. Al fin y al cabo, sería un mensaje positivo para la sociedad: "Oigan, nosotros vivimos en el mismo mundo que ustedes. También nos interesan estos temas".
De hecho, algunos lo hacen. El financista George Soros, por ejemplo, desde hace años encabeza una ONG que lucha por la difusión de los valores democráticos. Bill Gates, por su parte, preside su célebre fundación contra la pobreza. Sin embargo, el fenómeno parece reducirse a archi millonarios que ya se encuentran más allá del día a día corporativo.
Las cifras de compromiso ejecutivo nos muestran una realidad muy diferente: sólo uno de cada siete ejecutivos encuestados declaró estar involucrado en debates sociales.
¿Cómo se explica semejante diferencia entre lo deseado y lo real?
La respuesta más común es "No tengo tiempo. La incesante dinámica corporativa y los objetivos de corto plazo me impiden desviar la atención de los asuntos de la empresa".
Sin embargo, muchos otros desearían involucrarse en la arena pública. Pero la cultura de su organización prohíbe a los empleados tomar posición en asuntos que no estén estrechamente vinculados con la creación de valor para los accionistas. Muchas empresas temen que el compromiso de su altos ejecutivos en el debate público genere publicidad negativa.
Y, finalmente, a muchos CEOs tampoco les interesan los asuntos sobre los que podrían involucrarse en el debate público como representantes de su compañía. Para las empresas, las prioridades sociopolíticas son la marcha de la economía, las regulaciones y el precio de la energía. Sin embargo, los CEOs, en tanto ciudadanos privados, declararon estar más interesados en la educación, la salud y la política exterior.
(MATERIABIZ)

Los CEOs de corporaciones globales son más poderosos que los jefes de estado de muchos países. H. Lee Scott, número uno de Wal-Mart, dirige una empresa que factura 312 mil millones de dólares anuales. En contraste, el PBI de Uruguay, en el 2005, era de apenas un décimo la facturación del gigante del retail.
Baste este ejemplo para contextualizarnos en el fantástico poder de muchos altos ejecutivos. Ser el CEO de una corporación le brinda a uno una interesante visibilidad y la capacidad de convertirse en un líder no sólo empresarial sino también en asuntos sociales, educativos y políticos. Gracias a su posición, el CEO tiene buenas chances de convertirse en un actor importante en el debate público sobre temas tan variados como la pobreza , la educación, la salud y el calentamiento global.

Sin embargo, ¿aprovechan los top managers su destacada posición para influir en la cosa pública?
Nada menos que el 95 por ciento de los encuestados respondió que el CEO debería intervenir en el debate social, como líderes de opinión en los asuntos que preocupan al común de los mortales. Al fin y al cabo, sería un mensaje positivo para la sociedad: "Oigan, nosotros vivimos en el mismo mundo que ustedes. También nos interesan estos temas".
De hecho, algunos lo hacen. El financista George Soros, por ejemplo, desde hace años encabeza una ONG que lucha por la difusión de los valores democráticos. Bill Gates, por su parte, preside su célebre fundación contra la pobreza. Sin embargo, el fenómeno parece reducirse a archi millonarios que ya se encuentran más allá del día a día corporativo.
Las cifras de compromiso ejecutivo nos muestran una realidad muy diferente: sólo uno de cada siete ejecutivos encuestados declaró estar involucrado en debates sociales.
¿Cómo se explica semejante diferencia entre lo deseado y lo real?

La respuesta más común es "No tengo tiempo. La incesante dinámica corporativa y los objetivos de corto plazo me impiden desviar la atención de los asuntos de la empresa".
Sin embargo, muchos otros desearían involucrarse en la arena pública. Pero la cultura de su organización prohíbe a los empleados tomar posición en asuntos que no estén estrechamente vinculados con la creación de valor para los accionistas. Muchas empresas temen que el compromiso de su altos ejecutivos en el debate público genere publicidad negativa.
Y, finalmente, a muchos CEOs tampoco les interesan los asuntos sobre los que podrían involucrarse en el debate público como representantes de su compañía. Para las empresas, las prioridades sociopolíticas son la marcha de la economía, las regulaciones y el precio de la energía. Sin embargo, los CEOs, en tanto ciudadanos privados, declararon estar más interesados en la educación, la salud y la política exterior.
(MATERIABIZ)