Ayuda social junto a los empleados

01.11.2011 | Contratapa

La empresa Alimentaria Saporiti decidió implementar el Plan  “1 + 4 Solidaridad”, mediante el cual por cada caja alimentaria para donar que lograran formar los empleados, la empresa otorga cuatro más.  Las cajas se reparten en lugares seleccionados por los propios empleados en las filiales de todo el país en Corrientes, Chaco, Santiago del Estero Villa Gobernador Gálvez y hasta un hogar protegido de Rosario.


 

El año pasado una reunión de directorio de la empresa Alimentaria Saporiti no trató precisamente temas administrativos, el motivo del encuentro refirió a la concreción de una acción solidaria donde directores y empleados se vieran involucrados. En un principio se propuso que por cada peso del sueldo que donara un empleado, la empresa pondría cuatro, pero como la idea todavía no se resolvía con claridad la propuesta se pensó nuevamente y se sugirió que cada persona apadrinara una o más cajas de alimentos y por cada caja la empresa otorgaría cuatro más. Así nació 1 + 4 Solidaridad.
Dentro de esta empresa que si bien posee sucursales en distintos puntos del país mantiene características familiares cada persona debía proponer además un lugar para destinar la ayuda. "Como muchos son del interior se sugirió que cada uno viera qué hacia falta en su provincia, que mejor que si la empresa va a hacer algo se haga por el lugar donde uno tiene sus raíces"  le contó Omar Raggio uno de los impulsores de la iniciativa al diario La Capital.
Luego de pedidos de presupuesto y cuentas se logró la caja alimenticia solidaria que tenía un valor de 20 pesos más IVA y llevaba unos 20 productos en su interior. La repuesta de los empleados fue contundente, un 83 por ciento decidió participar y la primera vez se consiguieron 900. Además desde la empresa a la vez convocaron a otras que le hicieron precio de costo para la adquisición de mercaderías y, a su manera, se sumaron a la propuesta.
Cada empleado, cada familia se organizó para el armado y la separación de los alimentos y las cajas empezaron a llegar a Corrientes, Chaco, Santiago del Estero Villa Gobernador Gálvez y hasta un hogar protegido de Rosario.
"Al principio, como llegábamos a lugares muy alejados, nos preguntaban de qué partido político éramos, no podían creer que no queríamos nada a cambio", recuerda Raggio que agrega, "las acciones las vamos a continuar para el inicio de clases, día del niño y fin de año".
Las necesidades de cada lugar también son chequeadas, aunque cueste creerlo, por ejemplo en Corrientes en parajes donde no hay luz se necesita mucha sal para conservar la carne y en escuelas del Chaco al momento de remitir los números de calzado de cada chico se suman también las maestras.
Los mismos empleados fueron los encargados de acercar las donaciones a cada lugar y como no quieren manejar dinero los empleados que aportan se descuentan del recibo de sueldo y las compras se hacían mediante la cuenta de la empresa.
Antes de empezar las clases las cajas se llenan de útiles y material didáctico, mapas, elementos geométricos, todo lo que cualquier escuela debería tener.
Saporiti fabrica ingredientes para la industria alimenticia desde 1927 y sus empleados aseguran que la solidaridad bien entendida empieza por casa, "acá la gente se termina jubilando", aseguran. Pero para Raggio la más importante es que cada uno se lleva más de lo que da, "todos se sienten valiosos por ayudar y organizarse para eso", asegura con una sonrisa Y las cajas siguen saliendo.

El año pasado una reunión de directorio de la empresa Alimentaria Saporiti no trató precisamente temas administrativos, el motivo del encuentro refirió a la concreción de una acción solidaria donde directores y empleados se vieran involucrados. En un principio se propuso que por cada peso del sueldo que donara un empleado, la empresa pondría cuatro, pero como la idea todavía no se resolvía con claridad la propuesta se pensó nuevamente y se sugirió que cada persona apadrinara una o más cajas de alimentos y por cada caja la empresa otorgaría cuatro más. Así nació 1 + 4 Solidaridad.
Dentro de esta empresa que si bien posee sucursales en distintos puntos del país mantiene características familiares cada persona debía proponer además un lugar para destinar la ayuda. "Como muchos son del interior se sugirió que cada uno viera qué hacia falta en su provincia, que mejor que si la empresa va a hacer algo se haga por el lugar donde uno tiene sus raíces"  le contó Omar Raggio uno de los impulsores de la iniciativa al diario La Capital.
Luego de pedidos de presupuesto y cuentas se logró la caja alimenticia solidaria que tenía un valor de 20 pesos más IVA y llevaba unos 20 productos en su interior. La repuesta de los empleados fue contundente, un 83 por ciento decidió participar y la primera vez se consiguieron 900. Además desde la empresa a la vez convocaron a otras que le hicieron precio de costo para la adquisición de mercaderías y, a su manera, se sumaron a la propuesta.
Cada empleado, cada familia se organizó para el armado y la separación de los alimentos y las cajas empezaron a llegar a Corrientes, Chaco, Santiago del Estero Villa Gobernador Gálvez y hasta un hogar protegido de Rosario.
"Al principio, como llegábamos a lugares muy alejados, nos preguntaban de qué partido político éramos, no podían creer que no queríamos nada a cambio", recuerda Raggio que agrega, "las acciones las vamos a continuar para el inicio de clases, día del niño y fin de año".
Las necesidades de cada lugar también son chequeadas, aunque cueste creerlo, por ejemplo en Corrientes en parajes donde no hay luz se necesita mucha sal para conservar la carne y en escuelas del Chaco al momento de remitir los números de calzado de cada chico se suman también las maestras.
Los mismos empleados fueron los encargados de acercar las donaciones a cada lugar y como no quieren manejar dinero los empleados que aportan se descuentan del recibo de sueldo y las compras se hacían mediante la cuenta de la empresa.Antes de empezar las clases las cajas se llenan de útiles y material didáctico, mapas, elementos geométricos, todo lo que cualquier escuela debería tener.
Saporiti fabrica ingredientes para la industria alimenticia desde 1927 y sus empleados aseguran que la solidaridad bien entendida empieza por casa, "acá la gente se termina jubilando", aseguran. Pero para Raggio la más importante es que cada uno se lleva más de lo que da, "todos se sienten valiosos por ayudar y organizarse para eso", asegura con una sonrisa Y las cajas siguen saliendo.