Contra el trabajo infantil

11.07.2011 | Contratapa

Con la participación de la actriz argentina Inés Estévez, el área de Comunicación e Investigación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires elaboró un spot destinado a denunciar cómo la perversa combinación de condiciones económicas y procederes ilegales permitió que se extendieran por la ciudad talleres clandestinos donde seres humanos -en su mayoría extranjeros indocumentados procedentes de Bolivia- pueden llegar a trabajar dieciséis o más horas diarias a cambio de un dólar, conformando una vergonzante trama delictiva montada por afamadas marcas de indumentaria para sostener su negocio.


 

Estas acciones son parte de la campaña que la Defensoría inició en 2005, cuando denunció penalmente que inmigrantes bolivianos eran sometimiento a condiciones infrahumanas de trabajo en talleres ilegales dedicados a la confección de indumentaria. En esa ocasión, la defensora Alicia Pierini sostuvo que los trabajadores y sus familias habrían quedado atrapados en un círculo opresivo del que no podían salir. Porque la presunta práctica de retener la documentación para evitar que se fueran del lugar, unidas al encierro en los talleres y la exhibición jactanciosa de una relación de complicidad con funcionarios policiales son mecanismos que atentan contra la libertad de esas personas.
Para Pierini, la condición de indocumentados y el temor que les infunden los talleristas al amenazarlos con una repatriación forzosa impide a las víctimas hacer denuncias demasiado visibles; por ello, reclamó proteger a los más desvalidos en el marco de las convenciones internacionales sobre la trata de personas y el trabajo esclavo.
Ante estas circunstancias, la defensora del Pueblo reclamó la asistencia jurídica, médica y social que los damnificados requieren para eludir el riesgo de quedarse sin techo y sin trabajo cuando se desarticule el sistema del que son víctimas. Sin una política integral –puntualizó la funcionaria, los miembros estas familias podrían pasar de esclavos a mendigos.
Luego del escándalo mediático que provocó la denuncia sobre existencia de cientos de talleres clandestinos en la ciudad, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires lanzará en los próximos días un spot televisivo con la participación ad honorém de la actriz Inés Estévez.
Desde 2005 el organismo porteño denunció que miles de extranjeros indocumentados, en su mayoría de Bolivia, eran sometidos a condiciones paupérrimas (poca comida, trabajo de 16 a 20 horas diarias, hacinamiento) en talleres ilegales en los que se confecciona indumentaria de marcas reconocidas.
Entre otras, se nombró a Kosiuko, Montagne, Lacar, Soho, entre otras. Según explicó la Defensoría en ese entonces, para reducir sus costos, muchas de estas empresas comenzaron con la tercerización de su producción; es decir, derivaron a sórdidos talleres la confección de sus prendas, con un costo mínimo y con empleados ilegales en condiciones infrahumanas.
Hoy existen más de 125 mil costureros en condiciones de esclavitud, y alrededor de 170 marcas, incluidas algunas de primera línea, tienen talleres clandestinos.
El tema mayor notoriedad el 30 de marzo de 2006 cuando se incendió uno de los locales ilegales ubicado en Luis Viale 1269 y ocasionó la muerte de seis bolivianos -cinco de ellos niños- que vivían en el lugar.
A partir de esto, y luego de la enorme repercusión mediática que tuvo el tema, el Gobierno de la ciudad comenzó a inspeccionar estos talleres y clausuró 1300 locales.
Pero no todos fueron alcanzados por la justicia, y por ello más de 1500 talleres se mudaron la provincia de Buenos Aires para evitar se clausurados. El tema también está relacionado con la enorme cantidad de personas indocumentadas que ingresan a nuestro país. Según estimaciones oficiales, residenen el país unos 750 mil extranjeros.

Estas acciones son parte de la campaña que la Defensoría inició en 2005, cuando denunció penalmente que inmigrantes bolivianos eran sometimiento a condiciones infrahumanas de trabajo en talleres ilegales dedicados a la confección de indumentaria. En esa ocasión, la defensora Alicia Pierini sostuvo que los trabajadores y sus familias habrían quedado atrapados en un círculo opresivo del que no podían salir. Porque la presunta práctica de retener la documentación para evitar que se fueran del lugar, unidas al encierro en los talleres y la exhibición jactanciosa de una relación de complicidad con funcionarios policiales son mecanismos que atentan contra la libertad de esas personas.

Para Pierini, la condición de indocumentados y el temor que les infunden los talleristas al amenazarlos con una repatriación forzosa impide a las víctimas hacer denuncias demasiado visibles; por ello, reclamó proteger a los más desvalidos en el marco de las convenciones internacionales sobre la trata de personas y el trabajo esclavo.
Ante estas circunstancias, la defensora del Pueblo reclamó la asistencia jurídica, médica y social que los damnificados requieren para eludir el riesgo de quedarse sin techo y sin trabajo cuando se desarticule el sistema del que son víctimas. Sin una política integral –puntualizó la funcionaria, los miembros estas familias podrían pasar de esclavos a mendigos.

Luego del escándalo mediático que provocó la denuncia sobre existencia de cientos de talleres clandestinos en la ciudad, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires lanzará en los próximos días un spot televisivo con la participación ad honorém de la actriz Inés Estévez.
Desde 2005 el organismo porteño denunció que miles de extranjeros indocumentados, en su mayoría de Bolivia, eran sometidos a condiciones paupérrimas (poca comida, trabajo de 16 a 20 horas diarias, hacinamiento) en talleres ilegales en los que se confecciona indumentaria de marcas reconocidas.

Entre otras, se nombró a Kosiuko, Montagne, Lacar, Soho, entre otras. Según explicó la Defensoría en ese entonces, para reducir sus costos, muchas de estas empresas comenzaron con la tercerización de su producción; es decir, derivaron a sórdidos talleres la confección de sus prendas, con un costo mínimo y con empleados ilegales en condiciones infrahumanas.
Hoy existen más de 125 mil costureros en condiciones de esclavitud, y alrededor de 170 marcas, incluidas algunas de primera línea, tienen talleres clandestinos.

El tema mayor notoriedad el 30 de marzo de 2006 cuando se incendió uno de los locales ilegales ubicado en Luis Viale 1269 y ocasionó la muerte de seis bolivianos -cinco de ellos niños- que vivían en el lugar.
A partir de esto, y luego de la enorme repercusión mediática que tuvo el tema, el Gobierno de la ciudad comenzó a inspeccionar estos talleres y clausuró 1300 locales.
Pero no todos fueron alcanzados por la justicia, y por ello más de 1500 talleres se mudaron la provincia de Buenos Aires para evitar se clausurados. El tema también está relacionado con la enorme cantidad de personas indocumentadas que ingresan a nuestro país. Según estimaciones oficiales, residenen el país unos 750 mil extranjeros.