Créditos verdes para reducir la emisión de gases

07.11.2011 | Destacadas

El Gobierno de Néstor Kirchner firmó un acuerdo de cooperación con España, que en 2010 debe limitar el incremento de gases de efecto invernadero (GEI) a un máximo del 15% respecto de 1990, y ha tomado contacto con empresas españolas. Repsol YPF ya cuenta con una iniciativa en marcha en el país.


 

Argentina pretende sacar ventaja del nuevo comercio de créditos verdes originados en proyectos de reducción de emisiones de GEI en países en desarrollo.
El Protocolo de Kioto, para la reducción del calentamiento global, entrará en vigencia el 16 de febrero, pese a que países como Estados Unidos y Australia no lo han ratificado, y obligará a los países desarrollados a limitar las emisiones mediante las acciones de disminución directa y los llamados mecanismos de flexibilidad, es decir, el mercado de créditos de carbono generados en otros países. Esta última opción incluye el comercio internacional de emisiones, entre países industrializados, y los mecanismos de desarrollo limpio (MDL), por el que estos países adquirirán créditos producidos en el mundo en desarrollo. Aquí es donde está el interés de Argentina, que se recupera de su última crisis pero aún necesita un mayor crecimiento de la inversión.
En declaraciones al diario español El País, el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable argentino, Atilio Savino, advirtió que “hay países con altas emisiones que buscan mecanismos para cumplir con sus obligaciones de Kioto, como España, Italia u Holanda". El Gobierno de Kirchner ha firmado acuerdos con Francia, Dinamarca, Canadá, Italia, Austria y España que establecen un marco para los bonos verdes de sus empresas.
El director de la oficina argentina de MDL, Hernán Carlino, explica que esas compañías pueden interesarse por la elaboración de un proyecto propio o por la compra de créditos que generen otras firmas locales o extranjeras. Argentina ha aprobado hasta el momento dos proyectos: uno de la ciudad bonaerense de Olavarría, que consiste en la reinyección de dióxido de carbono en un relleno sanitario, y otro de la holandesa Van der Wiel, basada en la eliminación del gas contaminante en la generación de energía. Otras 15 iniciativas están siendo analizadas.
El Gobierno de Argentina ha mantenido reuniones para atraer inversiones españolas. Además de reunirse con funcionarios de la Generalitat de Cataluña y la Junta de Andalucía, ha tomado contacto con ejecutivos de Repsol YPF, Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa). La petrolera hispanoargentina ya ha puesto en marcha un proyecto que, una vez que esté en prueba piloto, podrá presentarse ante las autoridades argentinas y españolas para su certificación como MDL.
Un informe de El País dice que Repsol YPF se ha dado cuenta de que puede aprovechar su mercado interno, Argentina, donde genera el 40% de sus ingresos, para desarrollar créditos verdes. 
En España, cada una de sus instalaciones tendrá una cantidad asignada de emisión de dióxido de carbono que será gratuita y el exceso deberá comprarse en el mercado. 
La iniciativa en Argentina consiste en la reinyección del gas para la recuperación terciaria de pozos petroleros en el yacimiento de Cerro Fortunoso, en la provincia andina de Mendoza. La compañía no ha revelado la suma de la inversión. 
Este campo fue descubierto en 1984, cuenta con 167 pozos perforados, de los que 117 están en producción, y dispone de reservas comprobadas por 3,3 millones de metros cúbicos. En 2003 se analizaron las reservas y se desarrolló el modelo para eliminar el gas en el yacimiento. En 2004 se analizó la viabilidad técnica y económica y se han iniciado las obras.
El sector de la energía era en 2000 el responsable de la emisión del 45% de los GEI en Argentina, frente al 47% de la agricultura y la ganadería, el 5% de los residuos y el 3% de los procesos industriales. 
Argentina pretende atraer proyectos de MDL no sólo en el sector del petróleo y el gas, sino también en el eléctrico -por ahora afectado por tarifas bajas-; el transporte (desarrollo de biocombustibles y expansión de los ferrocarriles y el metro); las industrias del cemento, acero, madera y alimentos; las emisiones del ganado bovino y el manejo del estiércol; el tratamiento de los residuos, y la forestación. La angloholandesa Shell está desarrollando una iniciativa para mejorar la eficiencia de una refinería.
Carlino destaca que los créditos verdes que generan estas iniciativas financian un quinto de la inversión inicial y contribuyen a la tasa interna de rendimiento desde 0,5 puntos porcentuales hasta siete, en el caso de rellenos sanitarios. 
Pero Argentina no compite sola en este mercado. Savino reconoce que su gran competidor es Brasil y, en menor medida, Chile y Uruguay, al tiempo que advierte del incipiente interés de China e India por este negocio. 
El secretario de Ambiente argentino aduce que su país ofrece bajos costes, un cierto desarrollo industrial y de los servicios, y un sector público que ha desarrollado su oficina de MDL y organizado la Cumbre del Cambio Climático pese a la reciente crisis.

Argentina pretende sacar ventaja del nuevo comercio de créditos verdes originados en proyectos de reducción de emisiones de GEI en países en desarrollo.
El Protocolo de Kioto, para la reducción del calentamiento global, entrará en vigencia el 16 de febrero, pese a que países como Estados Unidos y Australia no lo han ratificado, y obligará a los países desarrollados a limitar las emisiones mediante las acciones de disminución directa y los llamados mecanismos de flexibilidad, es decir, el mercado de créditos de carbono generados en otros países. Esta última opción incluye el comercio internacional de emisiones, entre países industrializados, y los mecanismos de desarrollo limpio (MDL), por el que estos países adquirirán créditos producidos en el mundo en desarrollo. Aquí es donde está el interés de Argentina, que se recupera de su última crisis pero aún necesita un mayor crecimiento de la inversión.
En declaraciones al diario español El País, el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable argentino, Atilio Savino, advirtió que “hay países con altas emisiones que buscan mecanismos para cumplir con sus obligaciones de Kioto, como España, Italia u Holanda". El Gobierno de Kirchner ha firmado acuerdos con Francia, Dinamarca, Canadá, Italia, Austria y España que establecen un marco para los bonos verdes de sus empresas.
El director de la oficina argentina de MDL, Hernán Carlino, explica que esas compañías pueden interesarse por la elaboración de un proyecto propio o por la compra de créditos que generen otras firmas locales o extranjeras. Argentina ha aprobado hasta el momento dos proyectos: uno de la ciudad bonaerense de Olavarría, que consiste en la reinyección de dióxido de carbono en un relleno sanitario, y otro de la holandesa Van der Wiel, basada en la eliminación del gas contaminante en la generación de energía. Otras 15 iniciativas están siendo analizadas.
El Gobierno de Argentina ha mantenido reuniones para atraer inversiones españolas. Además de reunirse con funcionarios de la Generalitat de Cataluña y la Junta de Andalucía, ha tomado contacto con ejecutivos de Repsol YPF, Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa). La petrolera hispanoargentina ya ha puesto en marcha un proyecto que, una vez que esté en prueba piloto, podrá presentarse ante las autoridades argentinas y españolas para su certificación como MDL.
Un informe de El País dice que Repsol YPF se ha dado cuenta de que puede aprovechar su mercado interno, Argentina, donde genera el 40% de sus ingresos, para desarrollar créditos verdes. 
En España, cada una de sus instalaciones tendrá una cantidad asignada de emisión de dióxido de carbono que será gratuita y el exceso deberá comprarse en el mercado. 
La iniciativa en Argentina consiste en la reinyección del gas para la recuperación terciaria de pozos petroleros en el yacimiento de Cerro Fortunoso, en la provincia andina de Mendoza. La compañía no ha revelado la suma de la inversión. 
Este campo fue descubierto en 1984, cuenta con 167 pozos perforados, de los que 117 están en producción, y dispone de reservas comprobadas por 3,3 millones de metros cúbicos. En 2003 se analizaron las reservas y se desarrolló el modelo para eliminar el gas en el yacimiento. En 2004 se analizó la viabilidad técnica y económica y se han iniciado las obras.
El sector de la energía era en 2000 el responsable de la emisión del 45% de los GEI en Argentina, frente al 47% de la agricultura y la ganadería, el 5% de los residuos y el 3% de los procesos industriales. 
Argentina pretende atraer proyectos de MDL no sólo en el sector del petróleo y el gas, sino también en el eléctrico -por ahora afectado por tarifas bajas-; el transporte (desarrollo de biocombustibles y expansión de los ferrocarriles y el metro); las industrias del cemento, acero, madera y alimentos; las emisiones del ganado bovino y el manejo del estiércol; el tratamiento de los residuos, y la forestación. La angloholandesa Shell está desarrollando una iniciativa para mejorar la eficiencia de una refinería.
Carlino destaca que los créditos verdes que generan estas iniciativas financian un quinto de la inversión inicial y contribuyen a la tasa interna de rendimiento desde 0,5 puntos porcentuales hasta siete, en el caso de rellenos sanitarios. 
Pero Argentina no compite sola en este mercado. Savino reconoce que su gran competidor es Brasil y, en menor medida, Chile y Uruguay, al tiempo que advierte del incipiente interés de China e India por este negocio. 
El secretario de Ambiente argentino aduce que su país ofrece bajos costes, un cierto desarrollo industrial y de los servicios, y un sector público que ha desarrollado su oficina de MDL y organizado la Cumbre del Cambio Climático pese a la reciente crisis.