“Este supuesto regalo da una idea de las ganancias de la compañía, que nos deja a cambio un socavón en el territorio y en la dignidad. A ello hay que sumar la traición de los modernos virreyes del neoliberalismo predador”, precisó el parlamentario.Alperovich aclaró que el aporte de la compañía no impedía los estudios en marcha por las consecuencias ambientales de la explotación de la mina de Bajo La Alumbrera (Catamarca).
“La compañía lleva más de 10 años con apto ambiental provisorio y no existe ningún estudio serio sobre el impacto de su actividad pese a la responsabilidad compartida entre el Gobierno provincial y el nacional, y la Universidad Nacional de Tucumán. Luego de más de una década, recién se habla de evaluar el daño ecológico realizado”, concluyó.
(La Gaceta de Tucumán)