El fracaso de las Directrices OCDE para controlar multinacioanales
El informe de OCDE Watch “10 Años después” concluye que las Directrices de la OCDE “no previenen ni impiden la conducta empresarial irresponsable”. La ONG encontró que la falta de voluntad política, la falta de la potestad sancionatoria y la falta de aplicación coherente de estas normas han disminuido considerablemente el valor potencial del instrumento.
En la primera década de este siglo, los gobiernos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) han sido incapaces de proteger a los trabajadores, las comunidades y el medio ambiente de los daños causados por las corporaciones multinacionales. Esta es la conclusión del último informe de OCDE Watch que fue presentado el pasado 30 de junio en conferencia de prensa en París. El informe "10 años después"evalúa la efectividad de las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales. Estas directrices voluntarias tienen por objeto promover el desarrollo sostenible y la conducta responsable de empresas multinacionales con sede en paises miembros de la OCDE y los países adherentes.
OCDE Watch encontró que la falta de voluntad política, la falta de la potestad sancionatoria y la falta de aplicación coherente de estas normas han disminuido considerablemente el valor potencial del instrumento. La revisión, iniciada recientemente, de las Directrices es una chance para el éxito o el fracaso en ayudar a detener los abusos empresariales, particularmente en los países en desarrollo. Si no se logran mejoras drásticas la sociedad civil se verá obligada a buscar en otra parte las soluciones para resolver los problemas fundamentales que enfrentan los pueblos afectados y el medio ambiente.
Justamente en estos meses, la OCDE se encuentra impulsando un proceso de actualización de las Directrices dentro del cual está involucrando a múltiples grupos de interés. Cadenas de valor, Derechos Humanos y Economía baja en Carbono son los tres ítems sobre los que se están trabjando.
La OCDE Watch ha monitoreado la aplicación y eficacia de las Directrices de la OCDE en los últimos diez años e hizo un análisis de los casos presentados por organizaciones no gubernamentales contra las corporaciones basado en violaciones de las Directrices de la OCDE. Desde el primer caso presentado en el año 2001 hasta junio de 2010, un total de 96 casos han sido presentados por organizaciones no gubernamentales. Los tipos más comunes de violaciones que se imputan incluyen los daños ambientales y violaciones de los derechos humanos en los países en desarrollo. Estas violaciones a menudo ocurren dentro de la oferta y las cadenas de valor de grandes empresas multinacionales.
En los casos en que se haya presentado una queja, los Puntos de Contacto Nacionales (PNC) rara vez han contribuido a la solución de conflictos específicos. El análisis de OCDE Watch revela que la mayoría de los PNC han fracasado para promover las Directrices o en concientizar a las sociedades sobre la importancia del cumplimiento.
Si los problemas se plantean con los gobiernos, la mayoría de los PNC no investigarán la validez de las reivindicaciones. Según Joseph Wilde-Ramsing (OCDE Watch): "Sólo 5 de los 96 casos presentados por organizaciones no gubernamentales se han traducido en mejoras reales en el comportamiento corporativo. En otros 10 casos, los PCN han hecho recomendaciones útiles para mejorar la conducta de negocios, pero que finalmente no se materializaron en mejoras concretas. El restante 84% de los casos no han logrado hacer una contribución significativa para resolver el conflicto".
Diez años de experiencia de las ONG con las Directrices indican que no son adecuadas como un mecanismo mundial para mejorar las operaciones de las multinacionales. "Sin la amenaza de sanciones efectivas, existen pocos incentivos para las empresas en garantizar que las mismas se ajusten a las Directrices", remarca Tricia Feeney (RAID), una de las autores del informe en un comunicado de Prensa OCDE Watch.
Las organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo van a seguir presionando para elevar el nivel mundial y el establecimiento de un recurso efectivo para hacer frente a los impactos negativos de las operaciones de las empresas multinacionales.
La tarea de la OCDE y los gobiernos adherentes es clara: si las Directrices de la OCDE han de considerarse una norma legítima, creíble y viable para resolver los abusos de las empresas y promover una conducta empresarial responsable en el siglo 21, entonces es necesario realizar reformas radicales en ellas. Si la revisión no aborda las deficiencias descriptas en el informe de OCDE Watch, se erosionará aún más la influencia y la eficacia de las Directrices de la OCDE.
Tips de interés
¿Qué son las Directrices OCDE para Multinacionales?
Son un conjunto de principios y normas voluntarias realizadas por los gobiernos para las empresas multinacionales que operan en o desde países de la OCDE. En el año 2000 las Directrices de la OCDE fueron revisadas y se establecieron procedimientos que permiten a las ONG presentar quejas sobre conducta corporativa irresponsables. En junio de 2010, comenzó un proceso de revisión para actualizar estas directrices.
¿Qué son los Puntos de Contacto Nacionales?
Los Puntos de Contacto Nacionales (PCN) son oficinas gubernamentales o independientes, establecidas para promover la difusión y el cumplimiento de las empresas multinacionales a las Directrices de la OCDE. Los PCN son los responsables de tramitar las quejas sobre las empresas multinacionales.
¿Qué es OCDE Watch?
OCDE Watch es una red internacional de mas de 80 ONGs de 45 paises, encargada de facilitar las actividades de las ONGs en todo lo relacionado a las Directrices de la OCDE y el trabajo del Comité de Inversiones. El Comité de Inversiones es una división del trabajo de la OCDE sobre inversión internacional, empresas multinacionales y las Directrices de la OCDE.
Más información: www.oecdwatch.org