El incremento de fuentes de energía renovables no mejora por sí mismo el equilibrio climático

04.02.2014 | Gestión

Un nuevo estudio de Siemens estima que en 2030, el sector mundial de energía eléctrica podría reducir las emisiones de CO2 en una cantidad equivalente a las emisiones totales anuales de la Unión Europea si se reemplaza con energías renovables. Pese a esto los académicos sostienen que “no es realista cerrar antes de tiempo las centrales de carbón y que es igualmente innegable que la sola expansión de fuentes de energía renovables no mejora por sí misma el equilibrio climático, como el incremento de las emisiones de CO2 en Alemania demuestra de forma rotunda.”


La demanda de energía eléctrica mundial crecerá anualmente casi un 3% por término medio durante la década actual y la siguiente. Acumulado, este crecimiento moderado causará que la demanda de energía eléctrica total aumente más de un 50% con respecto a su nivel actual entre este momento y 2030. Si se construyen nuevas centrales generadoras, como es previsible para cubrir esa demanda, las emisiones de CO2 asociadas probablemente se incrementen en una cuarta parte, o 3.500 megatoneladas. Estas son conclusiones de un estudio recientemente publicado por Siemens y el profesor Horst Wildemann, de la Universidad Técnica de Munich.

“Si las centrales eléctricas de carbón fueran sustituidas en su mayoría por centrales de gas para 2030, las emisiones de CO2 del sector podrían incluso descender un 5% en comparación con los niveles actuales”, afirma el profesor Wildemann. “Es imposible sustituir todas las centrales de carbón por centrales de gas, por supuesto, pero el potencial es verdaderamente impresionante”, prosigue Wildemann. Las emisiones de CO2 mundiales que podrían eliminarse anualmente si se acabara con la generación de electricidad mediante carbón, equivalen a la totalidad de las emisiones de CO2 de los 28 países de la Unión Europea. 

“En el estudio examinamos la situación local y las distintas necesidades de varias regiones del mundo”, señala Michael Süss, miembro de la junta directiva de Siemens AG y director general del Sector Energy de Siemens. “Evidentemente, además de la sostenibilidad y de la necesidad de un suministro eléctrico fiable, la economía es también importante; no es realista cerrar antes de tiempo nuevas centrales de carbón simplemente para reducir las emisiones de CO2, pero es igualmente innegable que la sola expansión de fuentes de energía renovables no mejora por sí misma el equilibrio climático, como el incremento de las emisiones de CO2 en Alemania demuestra de forma rotunda”. 

El cierre de centrales de carbón antiguas no solamente reduce considerablemente las emisiones, sino que además es una medida óptima en el sentido económico, como se ha comprobado en los Estados Unidos. “En nuestro estudio analizamos varias posibilidades sin perder de vista el triple equilibrio entre sostenibilidad, fiabilidad y economía”, explica Süss.

En cuanto a otros aspectos regionales sobresalientes de estos análisis cabe destacar que el estudio concluyó, por ejemplo, que Europa podría ahorrar unos 45 000 millones de euros en sus pretensiones de expandir las fuentes renovables para 2030 si dichas fuentes fueran explotadas en los lugares más adecuados, alcanzando la misma proporción de renovables en su mix energético. En este caso, y simplificando las conclusiones, las nuevas centrales solares deberían instalarse principalmente en el cinturón solar del sur de Europa, mientras que las centrales eólicas se construirían en las ventosas regiones al norte del continente. 

Y en China sería posible, pese a duplicarse el consumo eléctrico, congelar las emisiones de CO2 en el nivel actual si se explotaran fuentes de energía renovables a gran escala. Sin embargo, sto requeriría casi duplicar el volumen de inversión. En cambio, las emisiones podrían recortarse casi lo mismo, sin costos adicionales, si una tercera parte de las centrales de carbón chinas fueran sustituidas por modernas centrales de gas hacia 2030.