Estudio del BID urge mayor transparencia en las industrias extractivas de América Latina

29.06.2015 | América Latina

Para asegurar una gobernanza efectiva y disminuir los riesgos de corrupción, los países de América Latina y el Caribe deben mejorar la transparencia en el manejo de los recursos naturales con información bien gestionada y de alta calidad, según indican las conclusiones de un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


El estudio cubre un amplio espectro de desafíos y oportunidades a lo largo de la cadena de producción de las industrias extractivas (petróleo, gas y minería), desde la concesión de licencias hasta la gestión de los ingresos provenientes del sector.

Latinoamérica es el principal productor de metales en el mundo y el segundo productor de petróleo. Las industrias extractivas representan el 40 por ciento de las exportaciones regionales y una de las principales fuentes de ingresos públicos para países ricos en recursos naturales.

No obstante, las operaciones en este sector también han provocado problemas importantes como corrupción e impactos sociales y medioambientales, con frecuencia generando preocupación por parte de la ciudadanía.

“Después de una década de precios sin precedentes de las materias primas, sigue sin resolverse el debate acerca de cómo capturar el valor del sector extractivo de forma efectiva y sostenible en beneficio de todos los ciudadanos”, dijo Juan Cruz Vieyra, editor del libro y especialista en modernización del estado del BID.

“El sector extractivo debe aprovechar las crisis institucionales que están ocurriendo a lo largo y ancho de la región para fortalecer sus propios marcos de gobernanza. La tarea es urgente, ya que el tiempo de la abundancia por los recursos naturales puede estar llegando a su fin”, agregó Malaika Masson, co-editora del libro y especialista en el sector de energía del BID.

La versión en español del estudio – Gobernanza con Transparencia en Tiempos de Abundancia: Experiencias de las Industrias Extractivas en América Latina y el Caribe – fue presentado en el marco del evento Diálogo Regional de Política de Gobierno Abierto que se lleva a cabo en Paraguay el 17 y 18 de junio. La versión en inglés de la publicación fue presentada en Brookings Institution en Noviembre de 2014.

El libro explora iniciativas para superar la llamada “maldición de los recursos” o la “paradoja de la abundancia”. Experiencias positivas en países como Australia, Chile y Noruega revelan que, con una adecuada gestión, el sector extractivo puede contribuir al desarrollo mediante mejor infraestructura, financiamiento de servicios básicos, e innovación tecnológica.

Los casos de varios países de la región analizados en el libro comparten la característica de que la transparencia es clave no solamente para prevenir la corrupción sino también para mejorar la eficiencia del gasto social. Se presentan los desafíos y las lecciones aprendidas de iniciativas innovadoras en la que los gobiernos han trabajado con el sector privado y la sociedad civil para que la disponibilidad de datos ocurra de manera fiable, oportuna y en formato digital.

Para transitar de manera efectiva el camino hacia una mejor gobernanza en el sector, el estudio destaca la importancia de la voluntad política, los beneficios de utilizar a la transparencia como una herramienta de política pública y la necesidad de que los países estén actualizados sobre la aplicación de estándares internacionales, marcos de comparación, y legislaciones clave para el sector como la Ley Dodd Frank de los Estados Unidos y las Directivas de la Unión Europea sobre transparencia en las industrias extractivas.

El libro destaca el caso de Maparegalías en Colombia como un caso innovador del uso de la tecnología de georreferenciación para colocar información sobre regalías e inversiones en el web. En otras instancias positivas, Perú y Trinidad y Tobago ya son cumplidores de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés), que exige altos estándares de transparencia en la información. Una media docena de países de América Latina están explorando sumarse a EITI.