"La autonomía personal de las personas con discapacidad se debe traducir en la posibilidad real de desarrollar actividades cotidianas como puede ser ir a la compra, un aspecto fundamental para disfrutar de una vida independiente y plena", dice la entidad en un comunicado.

CERMI cree que los responsables de los supermercados han de ser sensibles a las necesidades de este sector social y facilitar el acceso y desarrollo de esta actividad. Las personas con discapacidad deben ser consideradas como potenciales clientes y no sólo como perceptoras de servicios.

Algunas cadenas de supermercados ya ofrecen servicios de atención específica para personas con discapacidad, pero ese tipo de iniciativas se deben extender, homogeneizar y profesionalizar.

Existen aún muchos obstáculos que dificultan el acceso y desenvolvimiento de los clientes con discapacidad en estos establecimientos, derivados, principalmente, del hecho de no haber sido tenidos en cuenta a la hora de diseñar los entornos y los servicios que se prestan en ellos. Algunos de los ejemplos que pueden citarse son: la ausencia de personal formado sobre las características, necesidades de las personas con discapacidad y pautas de comportamiento a seguir en su trato; no disponer de asistencia para prestar apoyo cuando éste sea requerido; imposibilidad de uso de las páginas web por incumplimiento de los requisitos mínimos de accesibilidad exigidos en las normas estándar.