Internet se hace verde

11.07.2011 | Destacadas

Con iniciativas ambiciosas y desembolsos millonarios para la investigación, el gigante de las búsquedas en Internet, Google, promete encontrarla alternativa energética sustentable que el mundo necesita. Muchos ya se preguntan cuánto hay de compromiso real y cuánto de especulación empresarial en la movida.


 

En los cobertizos del estacionamiento de las oficinas centrales de Google Inc., hay cables de electricidad que cuelgan por encima de las cocheras, listos para el día en que lo más común sea tener coches eléctricos.
Las luces de las oficinas y las computadoras ya reciben en parte la corriente eléctrica de 9.200 paneles solares que cubren casi todos los techos, y, según dice Google, se trata del conjunto de energía solar más grande que se haya instalado en una corporación estadounidense.
Hay cubos para reciclado en todas partes. Incluso, hay un jardín donde los chefs corporativos cultivan vegetales en recipientes que ahorran agua y se llaman "cajas de tierra".
Sin embargo, los objetivos verdes del gigante de las búsquedas en Internet se extienden mucho más allá de su enorme "Googleplex". 
Por medio de una serie de iniciativas ambiciosas, Google y su división filantrópica, Google.org, están tratando de hacer -ni más ni menos- que cambie la forma en la que el mundo obtiene y utiliza la energía.
Los programas relacionados con la energía de la compañía no parecerían fuera de lugar en un discurso en una tribuna política presidencial:
-Encontrar una forma para lograr que las fuentes de energías renovables -solar, eólica, geotérmica- sean más baratas que el carbón.
-Lograr que se usen, principalmente, coches eléctricos.
-Financiar la investigación para pronosticar sequías y otros desastres causados por el cambio climático.
Sin embargo, no son promesas vacías de campaña. Google está apoyando sus planes con dinero y fuerza corporativa.
En septiembre pasado, emitió una convocatoria de 10 millones de dólares para propuestas de investigación y desarrollo de automóviles eléctricos. Google los quiere para su uso, pero también quiere avanzar en la tecnología para que sean más accesibles para todo el mundo.
En noviembre, Larry Page, cofundador de Google, anunció planes para gastar "decenas de millones de dólares" en el financiamiento de investigación para hacer que la energía renovable sea más barata que el carbón. Su objetivo es construir plantas de energía renovable que puedan producir un gigavatio de electricidad suficiente como para iluminar la ciudad de San Francisco. En parte, es para ella misma. Sin embargo, al igual que el programa de coches eléctricos, Google también quiere acelerar la tecnología detrás de la energía renovable también para el resto del mundo.
En enero, invirtió 10 millones de dólares en una compañía con potencial que adecúa plantas que funcionan con petróleo y carbón para que lo hagan con energía solar.
También invirtió 10 millones de dólares en una compañía que está desarrollando tecnología para la generación eólica de gran altitud, ha otorgado 600.000 dólares a investigadores que desarrollan sistemas de predicción del cambio climático, y ha gastado millones de dólares más en investigación interna sobre formas mejores de obtener y usar electricidad.
En una cumbre de inversión en energías limpias realizada en California este mes, había ejecutivos de Google que dijeron, ante los asistentes, que esperan invertir cientos de millones de dólares más en proyectos de energías limpias en los próximos años.
¿Por qué una compañía de la Red está invirtiendo tanto dinero en energía y en salvar el ambiente?
No es sólo altruísmo.
Al igual que otras compañías, "la motivación de Google es la ganancia", dijo Pratap Chatterjee, autor y administrador de programas en Corpwatch.org, un organismo de control de las empresas. "No estoy diciendo que lo que hace Google esté mal, pero no va a hacer algo que no sea rentable".
Google es, a la vez, un gran inversionista en la investigación energética y un gran usuario de la energía. Sus enormes centros de información, que tan solo en Estados Unidos van desde Atlanta hasta Oregon, consumen suficiente electricidad cada año como para mantener encendidas las luces de un país pequeño. 
"Nos conviene encontrar electricidad barata para usarla. -dijo Robyn Beavers, director de operaciones de empresas verdes de Google- Es una cobertura para nuestro futuro."
También espera obtener otros tipos de rendimiento en sus inversiones en energía.
Al anunciar su programa de renovables más baratos que el carbón -en lenguaje de Google, REC-, Page dijo que espera ver rendimientos "en una escala razonable de tiempo". Que podría producirse en la forma de precios más altos de las acciones de las compañías en las que tiene intereses, cuando ayuden a Google a reducir sus propios costos de energía.
Beavers, quien fue secretaria privada de Page y del también cofundador Sergey Brin antes de hacerse cargo de las iniciativas de empresas verdes de la compañía hace casi tres años, dijo que cada propuesta que hace "tiene que tener sentido" financiero.
No han rechazado ninguna de ellas, agregó Beavers.
"El mayor problema en mi trabajo es que no estoy haciendo lo suficiente. -explicó- Un día mi superior me dijo, en esencia, que no le estoy dificultando la vida lo suficiente."
Evidentemente, los líderes de mayor jerarquía de Google tienen un interés personal en el ambiente y las energías limpias. Tanto Page como Brin apoyan las causas ambientalistas y tienen coches híbridos Toyota Prius (aun cuando también compraron un Boeing 767 enorme para sus viajes personales). La esposa del alto directivo Eric Schmidt fundó un grupo ambientalista llamado 11th Hour Project y es directiva de otro, el Consejo Nacional de Defensa de los Recursos.
Existe otro beneficio que Google obtiene de sus proyectos verdes. Es habitual que a los empleados les guste trabajar en compañías a las que consideran progresistas y que hacen un bien público.
"Esto probablemente sea una acción muy inteligente para atraer talentos", dijo Andrew Hoffman, catedrático de empresas sustentables de la Universidad de Michigan.
Larry Brilliant, director ejecutivo de Google.org, dijo que parte del objetivo general de la compañía es ser un ejemplo para otras. 
"Quizá con el ejemplo podamos estimular el interés de otras", dijo Brilliant al anunciar en enero subvenciones e inversiones por 25 millones de dólares para energía, salud y otras causas.
Claro que algunos dicen que Google podría y debería hacer mucho más.
Daniel Brandt, quien administra los sitios en la Red google-watch.org y scroogle.org desde su casa en San Antonio, Texas, dijo que cree que Google podría hacer más por el ambiente si simplemente administrara mejor la electricidad que utiliza en donde están sus servidores. Parte de su motivación verde, indicó, podría implicar culpa.
"Mi impresión es que si no estuvieran (invirtiendo en proyectos energéticos), sería vergonzoso -dijo Brandt-; tienen que hacer algo en ese sentido, pero creo que más bien le han dado demasiada publicidad a lo que están haciendo."
En todo caso, ¿qué grado de significación puede tener para una compañía ayudar a resolver las dificultades energéticas y ambientales del mundo?
Para una compañía que puede decir que ya cambió para siempre la forma en que la gente usa Internet, tal vez signifique mucho. 
Sin embargo, aun cuando sus bolsillos son profundos y sus ambiciones amplias, hay un límite para lo que Google, o cualquier otra compañía, puede hacer, dijo Eban Goodstein, activista ambientalista y catedrático de economía en la Universidad Lewis and Clark en Portland, Oregon.
"En realidad, es función del gobierno poner en marcha industrias que cambien las cosas de verdad", dijo Goodstein, y agregó que los principales avances científicos que van de la aviación a Internet comenzaron como programas gubernamentales.
"Google es grandiosa pero, sencillamente, no puede hacerlo a la escala en que en que es preciso hacer esto", explicó.
(The New York Times)

 

En los cobertizos del estacionamiento de las oficinas centrales de Google Inc., hay cables de electricidad que cuelgan por encima de las cocheras, listos para el día en que lo más común sea tener coches eléctricos.

 

Las luces de las oficinas y las computadoras ya reciben en parte la corriente eléctrica de 9.200 paneles solares que cubren casi todos los techos, y, según dice Google, se trata del conjunto de energía solar más grande que se haya instalado en una corporación estadounidense.

 

Hay cubos para reciclado en todas partes. Incluso, hay un jardín donde los chefs corporativos cultivan vegetales en recipientes que ahorran agua y se llaman "cajas de tierra".

 

Sin embargo, los objetivos verdes del gigante de las búsquedas en Internet se extienden mucho más allá de su enorme "Googleplex". 

Por medio de una serie de iniciativas ambiciosas, Google y su división filantrópica, Google.org, están tratando de hacer -ni más ni menos- que cambie la forma en la que el mundo obtiene y utiliza la energía.

 

Los programas relacionados con la energía de la compañía no parecerían fuera de lugar en un discurso en una tribuna política presidencial:

 

-Encontrar una forma para lograr que las fuentes de energías renovables -solar, eólica, geotérmica- sean más baratas que el carbón.

 

-Lograr que se usen, principalmente, coches eléctricos.

 

-Financiar la investigación para pronosticar sequías y otros desastres causados por el cambio climático.

 

Sin embargo, no son promesas vacías de campaña. Google está apoyando sus planes con dinero y fuerza corporativa.

 

En septiembre pasado, emitió una convocatoria de 10 millones de dólares para propuestas de investigación y desarrollo de automóviles eléctricos. Google los quiere para su uso, pero también quiere avanzar en la tecnología para que sean más accesibles para todo el mundo.

 

En noviembre, Larry Page, cofundador de Google, anunció planes para gastar "decenas de millones de dólares" en el financiamiento de investigación para hacer que la energía renovable sea más barata que el carbón. Su objetivo es construir plantas de energía renovable que puedan producir un gigavatio de electricidad suficiente como para iluminar la ciudad de San Francisco. En parte, es para ella misma. Sin embargo, al igual que el programa de coches eléctricos, Google también quiere acelerar la tecnología detrás de la energía renovable también para el resto del mundo.

 

En enero, invirtió 10 millones de dólares en una compañía con potencial que adecúa plantas que funcionan con petróleo y carbón para que lo hagan con energía solar.

 

También invirtió 10 millones de dólares en una compañía que está desarrollando tecnología para la generación eólica de gran altitud, ha otorgado 600.000 dólares a investigadores que desarrollan sistemas de predicción del cambio climático, y ha gastado millones de dólares más en investigación interna sobre formas mejores de obtener y usar electricidad.

 

En una cumbre de inversión en energías limpias realizada en California este mes, había ejecutivos de Google que dijeron, ante los asistentes, que esperan invertir cientos de millones de dólares más en proyectos de energías limpias en los próximos años.

 

¿Por qué una compañía de la Red está invirtiendo tanto dinero en energía y en salvar el ambiente?

 

No es sólo altruísmo.

 

Al igual que otras compañías, "la motivación de Google es la ganancia", dijo Pratap Chatterjee, autor y administrador de programas en Corpwatch.org, un organismo de control de las empresas. "No estoy diciendo que lo que hace Google esté mal, pero no va a hacer algo que no sea rentable".

 

Google es, a la vez, un gran inversionista en la investigación energética y un gran usuario de la energía. Sus enormes centros de información, que tan solo en Estados Unidos van desde Atlanta hasta Oregon, consumen suficiente electricidad cada año como para mantener encendidas las luces de un país pequeño. 

 

"Nos conviene encontrar electricidad barata para usarla. -dijo Robyn Beavers, director de operaciones de empresas verdes de Google- Es una cobertura para nuestro futuro."

 

También espera obtener otros tipos de rendimiento en sus inversiones en energía.

 

Al anunciar su programa de renovables más baratos que el carbón -en lenguaje de Google, REC-, Page dijo que espera ver rendimientos "en una escala razonable de tiempo". Que podría producirse en la forma de precios más altos de las acciones de las compañías en las que tiene intereses, cuando ayuden a Google a reducir sus propios costos de energía.

 

Beavers, quien fue secretaria privada de Page y del también cofundador Sergey Brin antes de hacerse cargo de las iniciativas de empresas verdes de la compañía hace casi tres años, dijo que cada propuesta que hace "tiene que tener sentido" financiero.

 

No han rechazado ninguna de ellas, agregó Beavers.

 

"El mayor problema en mi trabajo es que no estoy haciendo lo suficiente. -explicó- Un día mi superior me dijo, en esencia, que no le estoy dificultando la vida lo suficiente."

 

Evidentemente, los líderes de mayor jerarquía de Google tienen un interés personal en el ambiente y las energías limpias. Tanto Page como Brin apoyan las causas ambientalistas y tienen coches híbridos Toyota Prius (aun cuando también compraron un Boeing 767 enorme para sus viajes personales). La esposa del alto directivo Eric Schmidt fundó un grupo ambientalista llamado 11th Hour Project y es directiva de otro, el Consejo Nacional de Defensa de los Recursos.

 

Existe otro beneficio que Google obtiene de sus proyectos verdes. Es habitual que a los empleados les guste trabajar en compañías a las que consideran progresistas y que hacen un bien público.

 

"Esto probablemente sea una acción muy inteligente para atraer talentos", dijo Andrew Hoffman, catedrático de empresas sustentables de la Universidad de Michigan.

 

Larry Brilliant, director ejecutivo de Google.org, dijo que parte del objetivo general de la compañía es ser un ejemplo para otras. 

"Quizá con el ejemplo podamos estimular el interés de otras", dijo Brilliant al anunciar en enero subvenciones e inversiones por 25 millones de dólares para energía, salud y otras causas.

 

Claro que algunos dicen que Google podría y debería hacer mucho más.

 

Daniel Brandt, quien administra los sitios en la Red google-watch.org y scroogle.org desde su casa en San Antonio, Texas, dijo que cree que Google podría hacer más por el ambiente si simplemente administrara mejor la electricidad que utiliza en donde están sus servidores. Parte de su motivación verde, indicó, podría implicar culpa.

 

"Mi impresión es que si no estuvieran (invirtiendo en proyectos energéticos), sería vergonzoso -dijo Brandt-; tienen que hacer algo en ese sentido, pero creo que más bien le han dado demasiada publicidad a lo que están haciendo."

 

En todo caso, ¿qué grado de significación puede tener para una compañía ayudar a resolver las dificultades energéticas y ambientales del mundo?

 

Para una compañía que puede decir que ya cambió para siempre la forma en que la gente usa Internet, tal vez signifique mucho. 

 

Sin embargo, aun cuando sus bolsillos son profundos y sus ambiciones amplias, hay un límite para lo que Google, o cualquier otra compañía, puede hacer, dijo Eban Goodstein, activista ambientalista y catedrático de economía en la Universidad Lewis and Clark en Portland, Oregon.

 

"En realidad, es función del gobierno poner en marcha industrias que cambien las cosas de verdad", dijo Goodstein, y agregó que los principales avances científicos que van de la aviación a Internet comenzaron como programas gubernamentales.

 

"Google es grandiosa pero, sencillamente, no puede hacerlo a la escala en que en que es preciso hacer esto", explicó.

 

(The New York Times)