Marks & Spencer, el principal minorista del Reino Unido, lanzó en 2006 el “Plan A” como núcleo de su estrategia de sustentabilidad con el objetivo 2020 de lograr que todos los productos de M&S tengan al menos un elemento sostenible.

En 2013 decidió adoptar la norma de responsabilidad social ISO 26000 para involucrar a su cadena de valor en el respeto y promoción de prácticas responsables.

En 2014, M&S trabajó junto a proveedores en 70 países y alrededor de dos millones de trabajadores a través de 2.000 fábricas y 20.000 fincas, para dar significado a la idea del “socio justo” como aquel actor de la cadena con comportamiento ético y normas ambientales. El antecedente de este programa fue la campaña "Mira detrás de la etiqueta" (2006) que llamó la atención sobre las diversas iniciativas éticas y respetuosas del medio ambiente adoptadas por la empresa en la producción y el abastecimiento de sus productos.

Con el respaldo de un sistema de auditoría extensa, Plan A - llamado así por el entonces director ejecutivo, Stuart Rose, por la premisa de que no había Plan B -  se inició en 2007 para cambiar la forma de hacer negocios con los proveedores.

El desastre Rana Plaza en 2013 en Bangladesh que terminó con la vida de más de mil trabajadores en una fábrica textil impulsó a la empresa a enfrentar los retos en aprovisionamiento responsable de sus proveedores en el sur de Asia, principalmente de la India, Sri Lanka y Bangladesh.

De ahí que la norma ISO 26000 se convirtiera en su herramienta de elección para apoyar los ambiciosos objetivos del Plan A. Después de una cuidadosa consideración, diez de los mayores fabricantes y proveedores de ropa para M&S en la India, Sri Lanka y Bangladesh - que representan el 60% de la cadena de suministros - fueron invitados a integrar los principios de la norma de sostenibilidad social y ambiental en su estrategia de negocio. De los diez, nueve aceptaron participar de forma voluntaria, teniendo que financiar una parte del costo de aplicación de la norma.

El trabajo se inició con un taller de capacitación de tres días en Nueva Delhi para los nueve primeros proveedores, donde su gerente general, Mark Bolland, introdujo el concepto, destacando su importancia para la implementación exitosa del Plan A. Cada compañía envió dos representantes que recibieron información y formación sobre la norma ISO 26000.

El esquema implicaba un análisis de las deficiencias mediante una herramienta de autoevaluación, un plan de acción basado en los principios de la norma ISO 26000, y un cuadro de mando para la implementación de las acciones acordadas.

Nueve meses después del primer taller, se llevó a cabo una auditoría de las empresas participantes para comprobar que todos los aspectos se estuvieran aplicando de manera consistente y correctamente.