La Corte ordena controlar emisiones

19.08.2011 | Mundo

La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó la semana pasada contra el Gobierno del  presidente George Bush en el caso del calentamiento global. Es un duro revés político para la controvertida visión ambiental de la Casa Blanca. En un fallo inédito e histórico, por cinco votos contra cuatro la Corte ordena a la Administración republicana regular sobre la emisión de gases de dióxido de carbono.


 

Hasta ahora, la gubernamental Agencia de Protección Medioambiental (EPA, siglas en inglés) había dado excusas vagas –no interferir en la política exterior del presidente era una de ellas– para no regular la emisión de gases por motores, lo que chocaba con la llamada Ley para un Aire Limpio –Clean Air Act–, que exigía lo contrario.
La EPA dejó correr el asunto alegando que "la ciencia del cambio climático es algo fundamentalmente incierto". Pero los magistrados aseguran en las 66 páginas del fallo que la EPA "no ha ofrecido una explicación razonada" para su negativa a regular el dióxido de carbono y otras emisiones provenientes de coches y camiones que están contribuyendo al cambio del clima, y le conmina a hacerlo.
La sentencia se encuadra dentro de uno de los casos más importantes sobre medio ambiente que han llegado al Tribunal Supremo de Estados Unidos y supone la primera decisión de la máxima corte referente al calentamiento global.
Corría agosto del año pasado cuando el caso que ayer celebraba la comunidad científica llegó al Supremo. 18 científicos estadounidenses, entre ellos dos premios Nóbel –Mario Molina y Sherwood Rowland–, presentaban un informe en la máxima corte requiriendo a la Agencia de Protección Medioambiental que reconsiderase si el Gobierno de Bush debería regular los gases emitidos por camiones y coches.
El grupo de reputados científicos ha sido el primero en acudir a la Corte, basándose en los avances científicos que apuntan a una mayor responsabilidad del ser humano en el cambio del clima en el mundo.

Hasta ahora, la gubernamental Agencia de Protección Medioambiental (EPA, siglas en inglés) había dado excusas vagas –no interferir en la política exterior del presidente era una de ellas– para no regular la emisión de gases por motores, lo que chocaba con la llamada Ley para un Aire Limpio –Clean Air Act–, que exigía lo contrario.
La EPA dejó correr el asunto alegando que "la ciencia del cambio climático es algo fundamentalmente incierto". Pero los magistrados aseguran en las 66 páginas del fallo que la EPA "no ha ofrecido una explicación razonada" para su negativa a regular el dióxido de carbono y otras emisiones provenientes de coches y camiones que están contribuyendo al cambio del clima, y le conmina a hacerlo.
La sentencia se encuadra dentro de uno de los casos más importantes sobre medio ambiente que han llegado al Tribunal Supremo de Estados Unidos y supone la primera decisión de la máxima corte referente al calentamiento global.
Corría agosto del año pasado cuando el caso que ayer celebraba la comunidad científica llegó al Supremo. 18 científicos estadounidenses, entre ellos dos premios Nóbel –Mario Molina y Sherwood Rowland–, presentaban un informe en la máxima corte requiriendo a la Agencia de Protección Medioambiental que reconsiderase si el Gobierno de Bush debería regular los gases emitidos por camiones y coches.
El grupo de reputados científicos ha sido el primero en acudir a la Corte, basándose en los avances científicos que apuntan a una mayor responsabilidad del ser humano en el cambio del clima en el mundo.