La cumbre de Copenhague

22.06.2011 | Destacadas

La cumbre de Copenhague lleva tres días y ha estado dominada por el debate entre Estados Unidos y China sobre cómo los países deben enfrentar el cambio climático a partir de una reducción drástica de las emisiones de carbono. Al momento no hay acuerdo y la cumbre corre serios riesgos de fracasar. Acusaciones cruzadas y operaciones de “Climagate”. ¿Qué empresas están en Dinamarca?


 

El clima también se ha visto enrarecido por lo que ya los medios interncionales denominan “climagate” —el robo de correos electrónicos a científicos británicos que supuestamente exageraban los efectos del cambio climático.
Tal vez uno de los pocos avances de la Cumbre fue el anuncio de la Casa Blanca, que reconoció el daño que producen los gases en la atmósfera, y se comprometió a reducir las emisiones.
China, que lleva la voz cantante de los países emergentes, pidió a los países desarrollados demostrar “su sinceridad y voluntad política con compromisos concretos y transferencia de tecnología a las naciones más pobres”.
La confederación patronal europea BusinessEurope, ha transmitido el 7 de diciembre una carta en la que expresa que “la Unión Europea no debería aumentar de su actual 20% a un objetivo de 30% el compromiso para recortar las emisiones en las negociaciones en curso en Copenhague para el cambio climático, a menos que todos los demás países desarrollados asumieran una obligación de análogo valor, lo que resulta prácticamente imposible hoy en día”.
Entre las empresas presentes en Dinamarca reina la expectativa. Siemens, que espera que la facturación de sus productos verdes alcance el 25% del de sus ventas en dos años, ha exhibido su portafolio y estrategias. Renault, a la caza de un nuevo mercado, ha presentado un vehículo eléctrico. General Electric actualizará su estrategia de negocio Ecoimagination a lo largo de esta semana. Representantes de Coca-Cola, Goldman Sachs, Microsoft o China Power International Development también exhiben un evento propio y aportarán ideas que guíen a la economía, según ha informado Guillermo Escribano de Expansión.

El clima también se ha visto enrarecido por lo que ya los medios interncionales denominan “climagate” —el robo de correos electrónicos a científicos británicos que supuestamente exageraban los efectos del cambio climático.Tal vez uno de los pocos avances de la Cumbre fue el anuncio de la Casa Blanca, que reconoció el daño que producen los gases en la atmósfera, y se comprometió a reducir las emisiones.

China, que lleva la voz cantante de los países emergentes, pidió a los países desarrollados demostrar “su sinceridad y voluntad política con compromisos concretos y transferencia de tecnología a las naciones más pobres”.
La confederación patronal europea BusinessEurope, ha transmitido el 7 de diciembre una carta en la que expresa que “la Unión Europea no debería aumentar de su actual 20% a un objetivo de 30% el compromiso para recortar las emisiones en las negociaciones en curso en Copenhague para el cambio climático, a menos que todos los demás países desarrollados asumieran una obligación de análogo valor, lo que resulta prácticamente imposible hoy en día”.

Entre las empresas presentes en Dinamarca reina la expectativa. Siemens, que espera que la facturación de sus productos verdes alcance el 25% del de sus ventas en dos años, ha exhibido su portafolio y estrategias. Renault, a la caza de un nuevo mercado, ha presentado un vehículo eléctrico. General Electric actualizará su estrategia de negocio Ecoimagination a lo largo de esta semana. Representantes de Coca-Cola, Goldman Sachs, Microsoft o China Power International Development también exhiben un evento propio y aportarán ideas que guíen a la economía, según ha informado Guillermo Escribano de Expansión.