La discapacidad en la empresa
Conseguir la integración laboral de las personas con discapacidad a la plantilla es el reto de muchas organizaciones como MRW y Bankinter, que han diseñado un modelo específico para que este colectivo trabaje en la compañía sin sentirse discriminado por su condición física.
Un profesional guía los primeros pasos laborales del discapacitado en MRW. Silvia Vilchez, directora de relaciones corporativas de la firma de transporte urgente, explica que "esta persona velará antes de su incorporación por la adaptación al puesto de trabajo (si el profesional necesita un dispositivo especial para la pantalla de ordenador o silla) y se ocupará más allá de ser una figura socializadora y normalizadora".
Este tutor existe en la organización por iniciativa de un empleado que vio en él una oportunidad de mejora. En cuanto a la integración laboral plena de este colectivo, Vilchez asegura que los mandos intermedios y responsables de selección "se centran en la capacidad o no de la persona para adaptarse técnica y humanamente al puesto, el resto es secundario". Un 10,3% de plantilla de MRW en servicios centrales son discapacitados.
En Bankinter trabajan unas cincuenta personas con algún tipo de discapacidad, en los que se cuida con especial interés que todos ellos trabajen en igualdad de condiciones que sus colegas. "Su discapacidad no merma los requisitos intelectuales que suponen los puestos que ofertamos", dicen en la entidad.
Al igual que MRW cuentan con un programa de mentoring, pero en este caso es el mismo que reciben todos los empleados cuando acceden a la compañía: "La única discriminación tiene que ver con su adaptación física al puesto de trabajo". Por otra parte, reconocen que para sensibilizar a la plantilla en la integración laboral de este colectivo desarrollan reuniones y foros abiertos a todos los profesionales a través de la intranet.
Precisamente, la falta de esta sensibilidad en las compañías es una de las barreras que apunta Francisco Abad, director de la Fundación Empresa y Sociedad, para incorporar a los empleados a plantillas normalizadas.
Desde su punto de vista, la integración requiere de políticas activas, "que suele tener varios capítulos, como son el estudio de los puestos de trabajo vacantes, el apoyo de expertos externos, la formación interna, la accesibilidad de entornos, puestos y herramientas de trabajo. También es importante contar con un apoyo especial desde el principio y poco a poco tender a la normalización por parte de todos, tanto de la dirección como del equipo que trabaja estrechamente con ellos".
(Expansión & Empleo)