La economía verde aportaría crecimiento y menos pobreza
Invertir el dos por ciento del PIB mundial en diez sectores fundamentales puede poner en marcha una transición hacia una economía verde baja en carbono y con un uso más eficiente de los recursos, según un nuevo informe presentado esta semana por Naciones Unidas. Dicha cantidad, equivalente actualmente a alrededor de 1.3 billones de dólares anuales. el informe contradice el mito de la supuesta disyuntiva entre inversión ambiental y crecimiento económico y, en su lugar, apunta hacia una «generalizada asignación incorrecta del capital».
Pero —indica el estudio— sin los riesgos, impactos, carencias y crisis crecientes, cada vez más inherentes a la economía «marrón», caracterizada por el agotamiento de los recursos y elevados niveles de carbono.
Así, el informe pone en entredicho el mito de la supuesta disyuntiva entre inversión ambiental y crecimiento económico y, en su lugar, apunta hacia una «generalizada asignación incorrecta del capital». El informe no solo considera una economía verde como una opción pertinente para las economías más desarrolladas, sino también un catalizador del crecimiento y de la erradicación de la pobreza en las economías en desarrollo, en las que en ocasiones cerca del 90 por ciento del PIB depende de la naturaleza o capital natural, tales como los bosques o el agua dulce.
En el informe se hace referencia a la India, donde más del 80 por ciento de los 8.000 millones de dólares de la Ley Nacional de Garantía de Empleo en Zonas Rurales, que asegura al menos 100 días de trabajo remunerado a los hogares rurales, se invierte en la conservación del agua, la irrigación y el desarrollo del suelo.
- Esta ley ha generado 3.000 millones de días de trabajo remunerado, beneficiando a cerca de 60 millones de hogares.
Actualmente, las enfermedades transmitidas por el agua a causa de servicios de saneamiento inadecuados provocan pérdidas equivalentes al dos por ciento del PIB combinado en Camboya, Indonesia, Filipinas y Vietnam.
- Políticas para reasignar más de una décima parte del uno por ciento del PIB mundial anualmente pueden ayudar no sólo a abordar el problema de los servicios de saneamiento sino también a conservar el agua dulce, reduciendo la demanda de agua en una quinta parte para el 2050, en comparación con la tendencia prevista.
Para realizar este informe se han simulado los resultados que se obtendrían reasignando aproximadamente 1,3 billones de dólares anuales a inversiones verdes en diez sectores fundamentales — cifra equivalente a algo menos de una décima parte de la inversión total anual en capital físico.
Actualmente, el mundo gasta entre el uno y el dos por ciento del PIB mundial en una serie de subvenciones que a menudo no hacen sino perpetuar una utilización insostenible de los recursos en áreas como los combustibles fósiles, la agricultura, incluyendo subvenciones a los plaguicidas, el agua y la pesca.
Muchas de estas subvenciones contribuyen a generar daños ambientales e ineficiencias en la economía mundial, de ahí que su progresiva reducción o eliminación definitiva generaría múltiples beneficios, permitiendo liberar recursos para financiar la transición a una economía verde.
Ingresos y empleo
Además de propiciar un mayor crecimiento, una transición generalizada a una economía verde permitiría obtener ingresos per cápita más elevados que los de los modelos económicos actuales, al mismo tiempo que reduciría la huella ecológica casi en un 50 por ciento en el 2050 respecto al modelo actual.
El informe sobre economía verde reconoce que, a corto plazo, la pérdida de puestos de trabajo en algunos sectores, como el de la pesca, resulta inevitable si se quiere realizar la transición a la sostenibilidad.
Con el fin de garantizar una transición justa y aceptable socialmente será necesario efectuar inversiones,(financiadas, en algunos casos, con los recortes de las subvenciones perjudiciales, para re-entrenar y re-educar a una parte de la fuerza de trabajo mundial.
El informe defiende que, a la larga, el número de «empleos nuevos y dignos» que se crearán en sectores como las energías renovables o la agricultura sostenible compensarán los puestos de trabajo perdidos en la antigua «economía marrón».
Por ejemplo — afirma el informe— invirtiendo cada año aproximadamente el 1,25 por ciento del PIB mundial en eficiencia energética y energías renovables se podría reducir la demanda primaria mundial de energía en un nueve por ciento en 2020 y cerca del 40 por ciento para 2050.
En el informe Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza también se hace hincapié en las enormes oportunidades para el desacoplamiento de la generación de residuos y el crecimiento del PIB (tales como la recuperación y el reciclaje).
El informe, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en colaboración con economistas y especialistas de todo el mundo, plantea sus aspiraciones la de cumplir y mantener los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, entre ellos, reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre así como el de las que no tienen acceso a agua potable.
Otra de sus metas generales es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles más seguros (en torno a 450 partes por millón) antes de 2050.