La RSE avanza en las empresas españolas internacionalizadas

23.07.2014 | Europa

Según una reciente investigación sobre Internacionalización y Responsabilidad Social en la empresa española, realizada por el Global Centre for Sustainable Business de Deusto Business School, con el patrocinio de la Fundación Elecnor, las políticas de RSE están llegando tanto a las líneas de negocio como a las filiales y operaciones locales de la empresa internacional española


De acuerdo con el informe, realizado a partir de entrevistas con los responsables de RSE de las empresas internacionalizadas españolas del Ibex 35, la RSE ha conseguido no solamente ser  útil, sino imprescindible en el día de los negocios. Y en este terreno, la internacionalización ha sido un motor de progreso.

Para un 83% de las empresas analizadas, la razón básica del progreso en la RSE que han experimentado a través del proceso  de internacionalización se ha debido al aprendizaje respecto a los riesgos no financieros de la empresa. Y para el 66%, el motor de su aprendizaje se ha basado en que han encontrado nuevas oportunidades de creación  de valor en los nuevos contextos locales.

Las empresas internacionalizadas reconocen asimismo en el estudio que el papel preponderante jugado por parte de los inversores institucionales. Su creciente exigencia de prácticas de desempeño de la RSE como condición de inversión está impulsando que la RSE se convierta en un elemento activo en los “road shows”  de las empresas.

Por otra parte, la RSE se ha convertido en una palanca de primera importancia para asegurar una relación sostenible y positiva de las empresas cuyas actividades tienen un impacto significativo en las economías y sociedades en países emergentes o en desarrollo con las autoridades de esos países, así como con las comunidades locales.

Las empresas entrevistadas señalan que en los casos en los que venden a clientes que no son consumidores finales, la RSE empieza a ser una herramienta útil para conseguir la contratación de nuevos proyectos.

El informe también refleja que la función de RSE es global y al mismo tiempo actúa de manera local. Así, en un 42% de las sociedades analizadas, el alto comité de RSE que funciona afectando transversalmente a la empresa, se reproduce a escala en los países en los que opera. En un 42% de los casos la función de RSE tiene una red de interlocutores o especialistas en los diversos países, pero el 58% de las empresas, tiene un equipo de RSE en cada país principal donde opera la compañía o está avanzando ya en esa dirección a partir de la existencia de equipos en algunos países.

Además, en el 91% de las organizaciones objeto de este análisis, los objetivos anuales de RSE se realizan en iteración entre la función de RSE y las unidades de negocio o los equipos locales.

La RSE se ha incorporado ya a los elementos de desempeño de las funciones corporativas, las unidades de negocio y las filiales y ese proceso no tiene marcha atrás, señalan las empresas analizadas, de las que un 50% afirma que el compromiso con la sostenibilidad se encuentra inscrito en la misión o en la visión que tienen de su negocio. En la inmensa mayoría de estas empresas (el 83%) existe un órgano ejecutivo y transversal que dirige la RSE y su función se encuentra al más alto nivel. En el 58% de los casos, existe un subcomité del consejo de administración de seguimiento de la RSE.

El autor del informe, Manuel Escudero, director del Global Centre for Sustainable Business destaca el importante avance de la RSE en los últimos cinco años, en plena crisis. Hemos podido  comprobar un avance muy significativo de la RSE. El proceso de cambio del papel de la empresa en el siglo XXI desde una empresa irresponsable cuyo único objetivo era la maximización del valor accionarial hacia una empresa que pone bridas a las conductas irresponsables y previene los impactos negativos tanto sociales como medioambientales, comienza a ser una realidad. Escudero añade que, sin embargo, no todas las empresas objeto de esta investigación han terminado el viaje hacia el centro del negocio. Todas ellas merecen,  y con nota alta, el calificativo de empresas responsables avanzadas. Sin embargo son menos las que han logrado colocar la RSE en el núcleo de su negocio. Las empresas que lo han conseguido tienen, claramente, un propósito social inscrito en el propósito de hacer dinero. Y esto las hace sustancialmente diferentes de las empresas que, siendo avanzadas en sus prácticas de la RSE, todavía no han transformado la naturaleza misma del negocio. Quizás, ésta es la nueva frontera de la RSE.