"La RSE debería funcionar como la Declaración Universal de los DD. HH."

22.08.2011 | Entrevistas

Esta semana estuvo de visita en Buenos Aires Juan José  Almagro García, Director General de Comunicación y Responsabilidad Social del Grupo MAPFRE y uno de los referentes de esta temática en España. En diálogo exclusivo con ComunicaRSE, Almagro García dejó algunas definiciones muy interesantes sobre el Estado de la RSE en Europa y América Latina, la evolución conceptual y su definición, el rol de los sindicatos y los componentes de una buena comunicación. El ejecutivo español considera que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones".


 

ahahaAlmagro percibe que el escenario de la RSE se consolida a nivel mundial pero que existe una deuda pendiente con su definición y alcance conceptual. "Tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la RSE. A mí me gusta el término social en la definición, me parece que las empresas tienen un rol social. Sin embargo, la palabra `corporativa me parece que no refleja con exactitud a todas las empresas", afirmó.
En su visión, la RSE tienen tres componente fundamentales. El buen gobierno corporativo y un respeto por la ley y la ética que constituyen el punto de partida de cualquier responsabilidad social. El segundo, está vinculado con una relación de equidad con los distintos grupos de interés: "Es indispensable hacer un mapa de los grupos que están relacionados con la empresa", recomendó. El último aspecto, tiene que ver con lo social y con el involucramiento de la empresa en las problemáticas de su entorno. "En definitiva, estamos hablando de una nueva forma de gestión basada en valores", destacó.
"Es evidente que la RSE ha dejado de ser una moda, y hoy es una tendencia que se profundiza", afirmó al mismo tiempo que identificó como indicadores de este crecimiento que cada vez hay más foros y medios especializados. Además, subrayó el hecho de que los Gobiernos están también notoriamente más involucrados.
La visión de Almagro con respecto a los intentos de legislación en RSE es contundente. El ejecutivo español considera que el Gobierno debe limitarse a establecer un sistema de incentivos económicos y fiscales para facilitar que las empresas tengan conductas responsables, más nunca fijar normativas que las obliguen.
En otro tramo de la charla exclusiva con ComunicaRSE surgió el tema del rol de los sindicatos. "Es una lástima que los sindicatos no se hayan involucrado en la Responsabilidad Social Empresaria por desconfianza. Ahora que el proceso en marcha es irreversible deberán hacerlo de cualquier forma", comentó.
Se mostró optimista sobre la efectividad de la nueva legislación española de integración de la diversidad en la empresa. Almagro cree que la Ley se inspira en normativas existentes pero viene da darle un nuevo impulso político que es saludable. Los plazos para su implementación le parecen razonables.
Consultado sobre los riesgos de la comunicación de la RSE, recomendó tener un tipo de comunicación para cada público de la empresa. "No es lo mismo relacionarse con la opinión pública que con los empleados", afirmó para luego rematar con un contundente "no creo en la comunicación con apellido, ni tampoco en el maquillaje. Las empresas debemos apelar al  servicio público con compromiso y a la transparencia".
Almagro no visualiza diferencias significativas entre el nivel de desarrollo de la RSE en Europa y América Latina. De paso, destaca que en algunos países de la región como Chile, Argentina, Brasil y México se está avanzado en el mismo nivel.
No cree que el sector de los seguros tenga un desafío particular con respecto a su Responsabilidad Social. "Creo que las empresas de seguros ya somos solidarias, ahora tenemos que mostrárselo a la sociedad", sostuvo.
MAPFRE forma parte del grupo de empresas fundadoras del Pacto Global, y está muy involucrada con la iniciativa. "Creo que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones", concluyó.Almagro percibe que el escenario de la RSE se consolida a nivel mundial pero que existe una deuda pendiente con su definición y alcance conceptual. "Tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la RSE. A mí me gusta el término social en la definición, me parece que las empresas tienen un rol social. Sin embargo, la palabra `corporativa me parece que no refleja con exactitud a todas las empresas", afirmó.
En su visión, la RSE tienen tres componente fundamentales. El buen gobierno corporativo y un respeto por la ley y la ética que constituyen el punto de partida de cualquier responsabilidad social. El segundo, está vinculado con una relación de equidad con los distintos grupos de interés: "Es indispensable hacer un mapa de los grupos que están relacionados con la empresa", recomendó. El último aspecto, tiene que ver con lo social y con el involucramiento de la empresa en las problemáticas de su entorno. "En definitiva, estamos hablando de una nueva forma de gestión basada en valores", destacó.
"Es evidente que la RSE ha dejado de ser una moda, y hoy es una tendencia que se profundiza", afirmó al mismo tiempo que identificó como indicadores de este crecimiento que cada vez hay más foros y medios especializados. Además, subrayó el hecho de que los Gobiernos están también notoriamente más involucrados.
La visión de Almagro con respecto a los intentos de legislación en RSE es contundente. El ejecutivo español considera que el Gobierno debe limitarse a establecer un sistema de incentivos económicos y fiscales para facilitar que las empresas tengan conductas responsables, más nunca fijar normativas que las obliguen.
En otro tramo de la charla exclusiva con ComunicaRSE surgió el tema del rol de los sindicatos. "Es una lástima que los sindicatos no se hayan involucrado en la Responsabilidad Social Empresaria por desconfianza. Ahora que el proceso en marcha es irreversible deberán hacerlo de cualquier forma", comentó.
Se mostró optimista sobre la efectividad de la nueva legislación española de integración de la diversidad en la empresa. Almagro cree que la Ley se inspira en normativas existentes pero viene da darle un nuevo impulso político que es saludable. Los plazos para su implementación le parecen razonables.
Consultado sobre los riesgos de la comunicación de la RSE, recomendó tener un tipo de comunicación para cada público de la empresa. "No es lo mismo relacionarse con la opinión pública que con los empleados", afirmó para luego rematar con un contundente "no creo en la comunicación con apellido, ni tampoco en el maquillaje. Las empresas debemos apelar al  servicio público con compromiso y a la transparencia".
Almagro no visualiza diferencias significativas entre el nivel de desarrollo de la RSE en Europa y América Latina. De paso, destaca que en algunos países de la región como Chile, Argentina, Brasil y México se está avanzado en el mismo nivel.
No cree que el sector de los seguros tenga un desafío particular con respecto a su Responsabilidad Social. "Creo que las empresas de seguros ya somos solidarias, ahora tenemos que mostrárselo a la sociedad", sostuvo.
MAPFRE forma parte del grupo de empresas fundadoras del Pacto Global, y está muy involucrada con la iniciativa. "Creo que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones", concluyAlmagro percibe que el escenario de la RSE se consolida a nivel mundial pero que existe una deuda pendiente con su definición y alcance conceptual. "Tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la RSE. A mí me gusta el término social en la definición, me parece que las empresas tienen un rol social. Sin embargo, la palabra `corporativa me parece que no refleja con exactitud a todas las empresas", afirmó.
En su visión, la RSE tienen tres componente fundamentales. El buen gobierno corporativo y un respeto por la ley y la ética que constituyen el punto de partida de cualquier responsabilidad social. El segundo, está vinculado con una relación de equidad con los distintos grupos de interés: "Es indispensable hacer un mapa de los grupos que están relacionados con la empresa", recomendó. El último aspecto, tiene que ver con lo social y con el involucramiento de la empresa en las problemáticas de su entorno. "En definitiva, estamos hablando de una nueva forma de gestión basada en valores", destacó.
"Es evidente que la RSE ha dejado de ser una moda, y hoy es una tendencia que se profundiza", afirmó al mismo tiempo que identificó como indicadores de este crecimiento que cada vez hay más foros y medios especializados. Además, subrayó el hecho de que los Gobiernos están también notoriamente más involucrados.
La visión de Almagro con respecto a los intentos de legislación en RSE es contundente. El ejecutivo español considera que el Gobierno debe limitarse a establecer un sistema de incentivos económicos y fiscales para facilitar que las empresas tengan conductas responsables, más nunca fijar normativas que las obliguen.
En otro tramo de la charla exclusiva con ComunicaRSE surgió el tema del rol de los sindicatos. "Es una lástima que los sindicatos no se hayan involucrado en la Responsabilidad Social Empresaria por desconfianza. Ahora que el proceso en marcha es irreversible deberán hacerlo de cualquier forma", comentó.
Se mostró optimista sobre la efectividad de la nueva legislación española de integración de la diversidad en la empresa. Almagro cree que la Ley se inspira en normativas existentes pero viene da darle un nuevo impulso político que es saludable. Los plazos para su implementación le parecen razonables.
Consultado sobre los riesgos de la comunicación de la RSE, recomendó tener un tipo de comunicación para cada público de la empresa. "No es lo mismo relacionarse con la opinión pública que con los empleados", afirmó para luego rematar con un contundente "no creo en la comunicación con apellido, ni tampoco en el maquillaje. Las empresas debemos apelar al  servicio público con compromiso y a la transparencia".
Almagro no visualiza diferencias significativas entre el nivel de desarrollo de la RSE en Europa y América Latina. De paso, destaca que en algunos países de la región como Chile, Argentina, Brasil y México se está avanzado en el mismo nivel.
No cree que el sector de los seguros tenga un desafío particular con respecto a su Responsabilidad Social. "Creo que las empresas de seguros ya somos solidarias, ahora tenemos que mostrárselo a la sociedad", sostuvo.
MAPFRE forma parte del grupo de empresas fundadoras del Pacto Global, y está muy involucrada con la iniciativa. "Creo que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones", concluyó.Almagro percibe que el escenario de la RSE se consolida a nivel mundial pero que existe una deuda pendiente con su definición y alcance conceptual. "Tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la RSE. A mí me gusta el término social en la definición, me parece que las empresas tienen un rol social. Sin embargo, la palabra `corporativa me parece que no refleja con exactitud a todas las empresas", afirmó.
En su visión, la RSE tienen tres componente fundamentales. El buen gobierno corporativo y un respeto por la ley y la ética que constituyen el punto de partida de cualquier responsabilidad social. El segundo, está vinculado con una relación de equidad con los distintos grupos de interés: "Es indispensable hacer un mapa de los grupos que están relacionados con la empresa", recomendó. El último aspecto, tiene que ver con lo social y con el involucramiento de la empresa en las problemáticas de su entorno. "En definitiva, estamos hablando de una nueva forma de gestión basada en valores", destacó.
"Es evidente que la RSE ha dejado de ser una moda, y hoy es una tendencia que se profundiza", afirmó al mismo tiempo que identificó como indicadores de este crecimiento que cada vez hay más foros y medios especializados. Además, subrayó el hecho de que los Gobiernos están también notoriamente más involucrados.
La visión de Almagro con respecto a los intentos de legislación en RSE es contundente. El ejecutivo español considera que el Gobierno debe limitarse a establecer un sistema de incentivos económicos y fiscales para facilitar que las empresas tengan conductas responsables, más nunca fijar normativas que las obliguen.
En otro tramo de la charla exclusiva con ComunicaRSE surgió el tema del rol de los sindicatos. "Es una lástima que los sindicatos no se hayan involucrado en la Responsabilidad Social Empresaria por desconfianza. Ahora que el proceso en marcha es irreversible deberán hacerlo de cualquier forma", comentó.
Se mostró optimista sobre la efectividad de la nueva legislación española de integración de la diversidad en la empresa. Almagro cree que la Ley se inspira en normativas existentes pero viene da darle un nuevo impulso político que es saludable. Los plazos para su implementación le parecen razonables.
Consultado sobre los riesgos de la comunicación de la RSE, recomendó tener un tipo de comunicación para cada público de la empresa. "No es lo mismo relacionarse con la opinión pública que con los empleados", afirmó para luego rematar con un contundente "no creo en la comunicación con apellido, ni tampoco en el maquillaje. Las empresas debemos apelar al  servicio público con compromiso y a la transparencia".
Almagro no visualiza diferencias significativas entre el nivel de desarrollo de la RSE en Europa y América Latina. De paso, destaca que en algunos países de la región como Chile, Argentina, Brasil y México se está avanzado en el mismo nivel.
No cree que el sector de los seguros tenga un desafío particular con respecto a su Responsabilidad Social. "Creo que las empresas de seguros ya somos solidarias, ahora tenemos que mostrárselo a la sociedad", sostuvo.
MAPFRE forma parte del grupo de empresas fundadoras del Pacto Global, y está muy involucrada con la iniciativa. "Creo que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones", concluyó.

 

Almagro percibe que el escenario de la RSE se consolida a nivel mundial pero que existe una deuda pendiente con su definición y alcance conceptual. "Tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la RSE. A mí me gusta el término social en la definición, me parece que las empresas tienen un rol social. Sin embargo, la palabra `corporativa me parece que no refleja con exactitud a todas las empresas", afirmó.

 

En su visión, la RSE tienen tres componente fundamentales. El buen gobierno corporativo y un respeto por la ley y la ética que constituyen el punto de partida de cualquier responsabilidad social. El segundo, está vinculado con una relación de equidad con los distintos grupos de interés: "Es indispensable hacer un mapa de los grupos que están relacionados con la empresa", recomendó. El último aspecto, tiene que ver con lo social y con el involucramiento de la empresa en las problemáticas de su entorno. "En definitiva, estamos hablando de una nueva forma de gestión basada en valores", destacó.

 

"Es evidente que la RSE ha dejado de ser una moda, y hoy es una tendencia que se profundiza", afirmó al mismo tiempo que identificó como indicadores de este crecimiento que cada vez hay más foros y medios especializados. Además, subrayó el hecho de que los Gobiernos están también notoriamente más involucrados.

 

La visión de Almagro con respecto a los intentos de legislación en RSE es contundente. El ejecutivo español considera que el Gobierno debe limitarse a establecer un sistema de incentivos económicos y fiscales para facilitar que las empresas tengan conductas responsables, más nunca fijar normativas que las obliguen.

 

En otro tramo de la charla exclusiva con ComunicaRSE surgió el tema del rol de los sindicatos. "Es una lástima que los sindicatos no se hayan involucrado en la Responsabilidad Social Empresaria por desconfianza. Ahora que el proceso en marcha es irreversible deberán hacerlo de cualquier forma", comentó.

 

Se mostró optimista sobre la efectividad de la nueva legislación española de integración de la diversidad en la empresa. Almagro cree que la Ley se inspira en normativas existentes pero viene da darle un nuevo impulso político que es saludable. Los plazos para su implementación le parecen razonables.

 

Consultado sobre los riesgos de la comunicación de la RSE, recomendó tener un tipo de comunicación para cada público de la empresa. "No es lo mismo relacionarse con la opinión pública que con los empleados", afirmó para luego rematar con un contundente "no creo en la comunicación con apellido, ni tampoco en el maquillaje. Las empresas debemos apelar al  servicio público con compromiso y a la transparencia".

 

Almagro no visualiza diferencias significativas entre el nivel de desarrollo de la RSE en Europa y América Latina. De paso, destaca que en algunos países de la región como Chile, Argentina, Brasil y México se está avanzado en el mismo nivel.

 

No cree que el sector de los seguros tenga un desafío particular con respecto a su Responsabilidad Social. "Creo que las empresas de seguros ya somos solidarias, ahora tenemos que mostrárselo a la sociedad", sostuvo.

 

MAPFRE forma parte del grupo de empresas fundadoras del Pacto Global, y está muy involucrada con la iniciativa. "Creo que "la RSE deberá lograr con las empresas lo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos aún no logró con las Naciones", concluyó.