La RSE lucha por encontrar su lugar en la cadena de suministro
La relación que las compañías mantienen con sus proveedores es uno de los pilares fundamentales de la responsabilidad social empresarial. Hoy en día, la transparencia y la comunicación fluida entre compañía y stakeholders son tenidas en cuenta ya como herramientas tan importantes para la buena gestión como las relativas a los costes, el marketing o las cuentas de resultados. Las empresas prestan cada vez más atención a cuestiones como los impactos del cambio climático en el negocio, las condiciones laborales de los empleados, o el respeto a los derechos humanos, pero la RSC no sólo ha de tenerse en cuenta en el “core business”, sino en todas las fases de la cadena de suministro. En un reciente artículo, Journal of Busines Ethics examina los códigos de conducta adoptados por los proveedores de las compañías pertenecientes al índice bursátil FTSE 100, poniendo el acento en la importancia de la incorporación de los criterios de la RSC en las primeras fases de la cadena de abastecimiento.
A pesar de que la Responsabilidad Social cobra cada día más importancia, -un 44% de las empresas analizadas por Journal of Business Ethics incorporan criterios de compras éticas-los proveedores siguen siendo los grandes olvidados a la hora de adoptar criterios respetuosos y , cuando existen, suelen estar encaminados solamente a proteger sus condiciones laborales, mientras que la protección del medio ambiente en las plantas de proveedores y las cuestiones económicas que afectan a las empresas proveedoras reciben menos atención.
LA IMPORTANCIA DE LA CADENA RESPONSABLE
La iniciativa internacional Global Reporting Initiative (GRI) sostiene que "presentar informes" puede ser una parte de la respuesta a la gestión sostenible de las cadenas de suministro, y de la promoción de la responsabilidad empresarial en los proveedores. No es de extrañar que los principales impactos sobre derechos económicos, sociales y ambientales tengan lugar en las cadenas de suministro, si tenemos en cuenta que la externalización de la producción por parte de las compañías es el pan de cada día en un mundo globalizado donde las empresas, nacionalizadas en países de la OCDE, cuentan cada vez más con proveedores y prestadores de servicios en las economías emergentes. Las empresas son la “cabeza” visible de la cadena de suministro, y la responsabilidad social ha de pasar por todas sus fases en lugar de saltarse las iniciales para llegar sólo a ojos y oídos de los grupos de interés.Toda la cadena tiene que funcionar de manera sostenible.
El hecho de que un proveedor publique su informe de sostenibilidad, demostrando que es consciente en asuntos como los problemas laborales, su huella de carbono, o la gestión de residuos, resulta una ventaja clara. Es aquí donde esta la clave para llegar a la verdadera RSC de segunda generación, donde deja de ser un simple barniz “pintado desde arriba”, para convertirse en una herramienta integrada en la empresa.
En este sentido, la GRI puso en marcha en 2008 un proyecto con la agencia de desarrollo alemana GTZ , con varias empresas, entre ellas Telefónica, y con once pequeños y medianos proveedores, para estudiar la forma en que la publicación de informes de sostenibilidad puede crear valor en la cadena de suministro. El proyecto “Transparency in the Supply Chain” gira en torno al modo en que las grandes empresas pueden proporcionar un incentivo a sus proveedores para la publicación de informes de sostenibilidad. A causa de esta demanda real de transparencia en la cadena de suministro de las grandes empresas, la GRI ha puesto también en marcha una Red de Acción Mundial para la Transparencia en la Cadena de Suministro .Partiendo de las lecciones aprendidas en el proyecto, la propuesta central de esta red es que las grandes empresas apoyen a sus proveedores en el proceso de elaboración de sus informes de sostenibilidad y que éstos queden capacitados para utilizar las directrices de la GRI.A través de este apoyo, los proveedores recibirán un certificado de formación de GRI. Esta colaboración ayudará a los proveedores participantes a mejorar sus procesos internos, a elaborar un informe GRI, y a que puedan aportar sus propias opiniones acerca del modo en que hacen frente a las cuestiones de la sostenibilidad.
Por su parte, también la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas presentó el pasado mes de febrero la “Guía de Implantación: La empresa y su cadena de suministro: una alternativa de gestión”, cuyo objetivo principal es ayudar a las empresas a gestionar su cadena de suministro de forma más responsable, con el fin de generar un beneficio sostenible en todas las áreas y actividades del negocio.
Las ventajas de una política de proveedores responsable se manifiestan en una mayor estabilidad, garantía y calidad del servicio, en ahorros derivados de una cartera de proveedores más segura, en un menor número de denuncias, sanciones o multas y en ventajas competitivas provenientes de un mayor grado de colaboración por parte de los proveedores en cuanto a adaptación a nuevos productos o innovación. En definitiva, tener una política de compra responsable significa integrar a los proveedores en la planificación y gestión de la empresa, considerándolos como un grupo de interés tan importante como el de los empleados o el de los clientes.
PROVEEDORES “BAJOS EN CARBONO”
Las emisiones de gases de efecto invernadero se han convertido en protagonistas de una de las mayores preocupaciones a nivel mundial. Las medidas y programas encaminados a reducirlas, jalonan buena parte de los programas de RSC de las compañías cuya actividad se considera “culpable” de incrementarlas, sobre todo en los sectores de automoción, constructoras, petroleras….Esta preocupación por uno de los mayores enemigos medioambientales ha llegado también a los proveedores, ya que en ocasiones es en las primeras fases de la cadena de suministro donde se concentran las actividades más peligrosas para el medio ambiente. Así pues, Carbon Disclosure Project (CDP)- iniciativa mundial sobre cambio climático que actúa como una secretaría de coordinación para más de 385 inversores institucionales-está llevando a cabo estrategias para reducir las emisiones de carbono de la cadena de suministro, conformando una red que incluye ya a algunas de las grandes empresas con mayor poder de compra, como PepsiCo, Tesco, Unilever, P&G, L'Oréal, y Dell. Estas empresas han solicitado a una muestra representativa de sus proveedores más información sobre lo están haciendo para gestionar los desafíos y las oportunidades asociadas con el cambio climático. Los proveedores que responden a CDP, en el proceso de medición a menudo descubren ámbitos de su negocio en los hay un margen para el ahorro de energía y la eficiencia, que nunca antes habían identificado.
(Beatriz Lorenzo para Capital News)