Murió el presidente del Foro Ecuménico Social

25.06.2011 | Mundo

El pasado 13 de enero falleció en París el presidente del Foro Ecuménico Social. Politólogo y teólogo, en los últimos tiempos fue profesor del Centre Sèvres de París y miembro de CERAS, el centro de investigación y acción social de los jesuitas. Escribió numerosas obras; quizá la más conocida es el best seller “El pensamiento de Karl Marx”. El sacerdote jesuita Jean-Yves Calvez fue miembro de la Academia Pontificia de Ciencias, consultor del Consejo Pontificio Justicia y Paz y catedrático de varias universidades, entre ellas la Universidad de Georgetown (EEUU). Fue colaborador directo y asistente del Padre Pedro Arrupe, General de los Jesuitas en Roma. Fue redactor en jefe entre 1989 y 1995 de la revista Etudes. Fue uno de los fundadores del Foro y desde allí de la Cátedra de Responsabilidad Social Empresaria.


 

Como explicó Calvez, la Argentina es un país que conocía desde hacía mucho tiempo. Lo visitó para dar clases, seminarios, conferencias durante más de 20 años, pero ya lo conocía mucho antes. Todo empezó en 1958, cuando un provincial jesuita estaba por fundar el CIAS, un centro de investigación y de acción social. 
Conoció la Argentina bajo el régimen militar y en el momento de la vuelta de la democracia. En la década del noventa tuvo gran cantidad de ocasiones para discutir sobre liberalismo y neo-liberalismo, entre ellos los Coloquios Desafío Empresario, que se realizaban en la Casa de Encuentros del Obispado de San Isidro, y que luego se hicieron también en la Universidad de París, en Francia.
Cuando en la crisis de 2002 el director de Le Monde escribió un editorial bajo el título “La Argentina ya no existe”, Calvez reaccionó porque "conociendo el país, sé de todos sus males, pero se también que con poco habría la posibilidad de obtener consensos y una recuperación de muchos recursos".
Ese año un grupo de religiosos de distintas confesiones, dirigentes de empresas y ONG, catedráticos y personalidades de la cultura le piden que presida el Foro Ecuménico Social, que desarrolla una extraordinaria actividad en la Argentina y en el exterior, particularmente en España. El P. Calvez encabezó esa iniciativa, con su consejo y su palabra en muchas reuniones en Buenos Aires, en el interior del país, y también en Madrid, Salamanca y Almuñecar, en España, por citar solo algunas ciudades.
El había participado en una reunión inicial del Foro, en 2002, y en ese momento tan difícil para la Argentina recibió "la impresión de un gran afán de colaboración entre todos los integrantes de distintas confesiones cristianas y otras religiones. Ellos percibían la importancia cívica, política y social de tal colaboración para el buen estado de la comunidad política argentina, tantas veces amenazada por tantas cosas en los decenios anteriores. Esto confirma que las religiones, cuando colaboran, son un factor positivo de la paz social y cívica internacional".
"También las religiones pueden contribuir juntas a la formación de los ciudadanos para su responsabilidad, para estudiar la Responsabilidad Social y Ciudadana en sus fundamentos e historia, en las formas que debe tomar en la actualidad y esto tanto en el mundo de las empresas como en el de los gobiernos", advirtió entonces.
El inició la Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana, mediante un convenio con la Universidad de Georgetown, de la que era miembro del Board.
¿Hasta dónde puede llegar? se preguntó entonces y se contestó: "No hay muchos límites a priori; pienso en la reconciliación, la resolución de los conflictos en lo familiar, lo socioeconómico y lo cívico, la paz y la organización internacional, y la prevención de las guerras. Pero requiere profundización filosófica y teológica. ¿Cómo por ejemplo llegar a decir que todos somos responsables de todos? ¿con qué fundamento decirlo? Requiere mucha reflexión. ¿O que todos los bienes tienen como destinación a todos? Los temas de una cátedra pueden abarcar un gran número de problemas diversos, muy útiles para la formación del ciudadano. Nuestro esfuerzo en Buenos Aires se puede extender a iniciativas locales convergentes, coordinadas con intercambios de las experiencias". Un programa ambicioso que se cumplió a lo largo de los años, con un foro que alienta la responsabilidad social y el diálogo intercultural.

Como explicó Calvez, la Argentina es un país que conocía desde hacía mucho tiempo. Lo visitó para dar clases, seminarios, conferencias durante más de 20 años, pero ya lo conocía mucho antes. Todo empezó en 1958, cuando un provincial jesuita estaba por fundar el CIAS, un centro de investigación y de acción social. 
Conoció la Argentina bajo el régimen militar y en el momento de la vuelta de la democracia. En la década del noventa tuvo gran cantidad de ocasiones para discutir sobre liberalismo y neo-liberalismo, entre ellos los Coloquios Desafío Empresario, que se realizaban en la Casa de Encuentros del Obispado de San Isidro, y que luego se hicieron también en la Universidad de París, en Francia.

Cuando en la crisis de 2002 el director de Le Monde escribió un editorial bajo el título “La Argentina ya no existe”, Calvez reaccionó porque "conociendo el país, sé de todos sus males, pero se también que con poco habría la posibilidad de obtener consensos y una recuperación de muchos recursos".

Ese año un grupo de religiosos de distintas confesiones, dirigentes de empresas y ONG, catedráticos y personalidades de la cultura le piden que presida el Foro Ecuménico Social, que desarrolla una extraordinaria actividad en la Argentina y en el exterior, particularmente en España. El P. Calvez encabezó esa iniciativa, con su consejo y su palabra en muchas reuniones en Buenos Aires, en el interior del país, y también en Madrid, Salamanca y Almuñecar, en España, por citar solo algunas ciudades.

El había participado en una reunión inicial del Foro, en 2002, y en ese momento tan difícil para la Argentina recibió "la impresión de un gran afán de colaboración entre todos los integrantes de distintas confesiones cristianas y otras religiones. Ellos percibían la importancia cívica, política y social de tal colaboración para el buen estado de la comunidad política argentina, tantas veces amenazada por tantas cosas en los decenios anteriores. Esto confirma que las religiones, cuando colaboran, son un factor positivo de la paz social y cívica internacional".

"También las religiones pueden contribuir juntas a la formación de los ciudadanos para su responsabilidad, para estudiar la Responsabilidad Social y Ciudadana en sus fundamentos e historia, en las formas que debe tomar en la actualidad y esto tanto en el mundo de las empresas como en el de los gobiernos", advirtió entonces.
El inició la Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana, mediante un convenio con la Universidad de Georgetown, de la que era miembro del Board.

¿Hasta dónde puede llegar? se preguntó entonces y se contestó: "No hay muchos límites a priori; pienso en la reconciliación, la resolución de los conflictos en lo familiar, lo socioeconómico y lo cívico, la paz y la organización internacional, y la prevención de las guerras. Pero requiere profundización filosófica y teológica. ¿Cómo por ejemplo llegar a decir que todos somos responsables de todos? ¿con qué fundamento decirlo? Requiere mucha reflexión. ¿O que todos los bienes tienen como destinación a todos? Los temas de una cátedra pueden abarcar un gran número de problemas diversos, muy útiles para la formación del ciudadano. Nuestro esfuerzo en Buenos Aires se puede extender a iniciativas locales convergentes, coordinadas con intercambios de las experiencias". Un programa ambicioso que se cumplió a lo largo de los años, con un foro que alienta la responsabilidad social y el diálogo intercultural.