Obligarán a los dueños a trabajar en sus minas
El Gobierno chino ha decidido poner fin a la inseguridad de sus minas, las más mortales del mundo, con una idea que sorprendió y que consiste en obligar a los propietarios de las minas de menor tamaño, las más peligrosas, a trabajar codo con codo con sus empleados para que así mejoren de una vez por todas las medidas de seguridad.
La nueva regulación, hecha pública ayer y rubricada por siete organismos centrales, estipula que los dueños de pozos con una producción inferior a las 300.000 toneladas anuales deberán unirse a los mineros bajo tierra al menos diez veces al mes, mientras que los gerentes deberán hacerlo al menos quince, según informa hoy el periódico oficial 'Shanghai Daily'.
También señala la norma que en todos los turnos deberá estar presente al menos uno de los responsables de la mina. Y las minas deberán realizar inspecciones para garantizar el buen estado de los dispositivos de seguridad todos los meses, y contar con un departamento dedicado exclusivamente a estas funciones.
Por otro lado, Beijing ha anunciado hoy que su órgano supervisor de la seguridad laboral ha tomado medidas contra un total de 133 personas implicadas en cinco graves accidentes mineros ocurridos en el país que se cobraron la vida de 249 trabajadores. Una cincuentena de los implicados serán procesados y el resto sufrirán castigos disciplinares, según recoge la agencia oficial Xinhua.
El más trágico de estos accidentes tuvo lugar en la provincia de Hebei en diciembre de 2005, cuando 108 mineros fallecieron tras producirse una explosión en un pozo; según se descubrió posteriormente, dos responsables del departamento de seguridad local aceptaron sobornos y dejaron que el dueño de la mina huyera. El resto de los sucesos tuvieron lugar en las provincias de Shaanxi, Shanxi, Yunnan y en la municipalidad de Chongquing; en todos ellos fallecieron un mínimo de 30 mineros.
Beijing parece haber comenzado a tomarse realmente en serio la alta mortalidad de sus minas, en las que pierden la vida una media de 13 personas al día. La mayoría fallecen en los pozos de carbón, origen del 70% del combustible consumido por China; debido al paulatino agotamiento de los recursos, los mineros se ven obligados a trabajar a mayor profundidad, donde las concentraciones de gas grisú son mayores y las medidas de seguridad escasean.
Apenas hace un par de días Li Yizhong, ministro de la Administración Estatal para la Seguridad Laboral, ya advirtió de que el aumento de la demanda del carbón, como consecuencia del imparable crecimiento económico del país, está impulsando a las minas y a otras empresas a aumentar la producción, y "esto supondrá más presión para los trabajadores", dice el cable de agencia de Europa Press.