OEA promueve el rol de sector privado y la sociedad civil en el apoyo a la democracia
El rol del sector privado, la sociedad civil y otros actores en el apoyo a la democracia y a los esfuerzos para combatir las amenazas que enfrenta fue el centro del debate en la inauguración de un seminario realizado esta semana en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que contó con un panel compuesto por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza; los Embajadores de Chile e Italia en Estados Unidos, Arturo Fermandois y Giulio Terzi; y el Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Lituania, Rolandas Kacinskas. Insulza y Hillary Clinton hablaron del rol de la RSE en este escenario.
“La responsabilidad social empresarial no es una tarea filantrópica, no es una actividad aislada para cuando se está actuando sin fines de lucro, sino que debiera ser considerada como una estrategia de inversión o de re-inversión para así facilitar y contribuir a mejorar un ambiente de crecimiento social y económico y de inversión, y de defensa a la democracia y a sus valores y principios”, dijo Insulza.
Hillary Clinton instó a los participantes del seminario a “encontrar más maneras de conectar a los negocios con la sociedad civil y los gobiernos”.
El evento, titulado “Seminario de democracia corporativa: el rol del sector privado y otros actores en el apoyo a la democracia”, se realizó en el marco de las actividades conmemorativas del décimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana, y fue co-presidido por las misiones de Italia y Chile y co-organizado con el Grupo de Trabajo sobre Pobreza, Desarrollo y Democracia de la Comunidad de las Democracias. La inauguración contó además con la proyección de un mensaje grabado en video por la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.
El Secretario General Insulza recordó que “con el fin último de promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en las sociedades de este hemisferio, es necesario tener políticas públicas que protejan la libertad de asociación, que fortalezcan a las organizaciones de la sociedad civil y que fortalezcan la participación del sector privado en los asuntos públicos, porque eso contribuye a crear un ambiente de diálogo y de progreso que la democracia necesita”.
En particular, afirmó que hoy en día “estamos en un buen momento para promover un progreso económico y social para hacernos cargo de los grandes problemas y desafíos que tiene la región, como lo son la desigualdad, la pobreza y los temas de la discriminación, el problema del crimen, el crimen organizado que tenemos que enfrentar en conjunto y la gobernancia”.
Al mismo tiempo, recordó que la región de América Latina y el Caribe en la última década creció más que en las dos décadas anteriores juntas, y que la manera en que superó la reciente crisis económica “ha llenado de optimismo a la mayor parte de nuestros países, que ven que hoy día no somos los últimos en salir de ella ni los más perjudicados por ella, sino que, por el contrario, podemos tener una mirada mucho más confiada hacia el futuro”.
El máximo representante de la OEA insistió en que la responsabilidad de promover el progreso social y económico “no es sólo una tarea de los gobiernos, sino de la sociedad entera”, incluyendo el sector privado.
Sobre este punto, señaló que la Organización que encabeza trabaja “en implementar y promocionar dentro de nuestra región la responsabilidad social empresarial, respecto de la cual hoy en día hay mayor claridad y consenso sobre su definición”. Sin embargo, advirtió que “aún es necesario sensibilizar más a todos los actores o involucrados acerca de los beneficios de este concepto”.
Por su parte, el Embajador Terzi, ofreció el ejemplo de su país para reafirmar la importancia de la participación del sector privado en la construcción de las democracias y el crecimiento económico. “El boom económico que caracterizó las décadas de la posguerra en Italia representa esta tendencia”, dijo, refiriéndose a la época tras la Segunda Guerra Mundial.
“La consolidación de una sociedad pluralista gobernada por instituciones democráticas ha sido esencial para la industrialización de Italia y el crecimiento de su economía. Ese modelo resalta la importancia de la asociación entre los sectores público y privados. También cabe resaltar que en esa época la intervención del Estado en los proyectos de infraestructura y del sector privado permitieron la profundización del progreso económico”.
El Embajador Fermandois citó el caso de Chile para recordar que, “gracias a la implementación de sistemas, por ejemplo, de concesiones, hemos podido reparar y modernizar en breve tiempo gran parte de la infraestructura habitacional, caminera, hospitalaria, educacional, portuaria y aeroportuaria de Chile después del terremoto del 27 de febrero de 2010”.
Además, señaló que el gobierno de su país ha tenido “experiencias público-privadas muy intensas”, como en materia de pensiones y en materia de empresas de servicios sanitarios. “Sin el aporte de la empresa privada nos habríamos demorado décadas quizá en enfrentar problemas gravísimos como la salubridad”, afirmó, y agregó que “los esfuerzos conjunto público-privados han contribuido entonces a potenciar el desarrollo y a reducir nuestra pobreza”.
La Secretaria de Estado Clinton, en un mensaje por video, recordó los tres elementos que considera esenciales para las democracias: un gobierno con rendición de cuentas, un sector privado vibrante y una sociedad civil fuerte. “Juntos funcionan como las tres patas de un taburete. Hoy en América Latina los vemos trabajar juntos mejor que nunca. En las democracias vibrantes a lo largo de la región, las empresas y los grupos de la sociedad civil están estimulando el crecimiento y expandiendo las oportunidades. Y muchos gobiernos están desempeñando sus propios papeles también al comprometerse con políticas que fomentan la innovación y hacen florecer una nueva cultura de responsabilidad social empresarial”, puntualizó.
Finalmente, el Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Lituania, Rolandas Kacinskas, afirmó que el caso de su país demuestra que “la democracia y las libertades no pueden darse por sentadas, sino que requieren de trabajo duro a diario” y que las experiencias vividas en Europa del Este y en otras regiones del mundo indican que el proceso democrático “no es irreversible”, porque democracias establecidas pueden ser derrocadas por regímenes autoritarios.
El representante de Lituania, país que preside la Comunidad de las Democracias, recordó que “la lección de mi país es que la democracia requiere de apoyo, necesita ayuda” y que ella “debe recibir apoyo de los instrumentos relevantes, lo cual ha sido una de las tareas originales de la Comunidad de las Democracias.
Como Presidente, Lituania ha tratado de involucrar a todos los estratos de la sociedad, a los gobiernos, los miembros del parlamento, los líderes de la juventud, las organizaciones no gubernamentales, las mujeres y los negocios. Los negocios pueden y deben jugar un rol importante. Por lo tanto, debemos invitar a la comunidad empresarial a que desempeñe n papel activo en esta reunión”.
El panel de introducción fue moderado por Irene Klinger, Directora del Departamento de Asuntos Internacionales de la OEA.