Premian al Informe Stern sobre economía y cambio climático

15.04.2011 | Mundo

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático se ha concedido en su tercera edición al economista británico Nicholas Stern, “cuyo informe pionero estructuró el discurso económico del cambio climático”, señala el acta del jurado. El avanzado análisis económico aplicado por Stern ha permitido cuantificar los impactos y costes derivados de la alteración del clima del planeta, y ha proporcionado herramientas únicas y robustas para la toma de decisiones.


El Informe Stern concluye que no combatir el cambio climático ocasionaría gastos económicos muy superiores a los de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Esta conclusión “ha generado un cambio fundamental en el debate internacional en torno al cambio climático y ha provocado que se actúe al respecto”, afirma el jurado.

“Me siento un privilegiado por recibir este premio, dedicado específicamente a la investigación en cambio climático”, ha dicho Stern tras conocer telefónicamente la noticia del fallo. “Su mera creación es un mensaje claro de la importancia que concede la Fundación BBVA a esta área, que es absolutamente esencial para la futura existencia de los seres humanos en este planeta”.

Stern confiesa que para él el impacto de su trabajo, publicado en 2006, fue una sorpresa. El Stern Review on the Economics of Climate Change analiza en 700 páginas los efectos del cambio climático en la economía. Considerado un trabajo pionero, y el más completo jamás realizado sobre esta materia, este documento ha tenido una enorme influencia en los foros internaciones científicos y de toma de decisiones.

La candidatura de Stern ha sido presentada por la British Academy y la London School of Economics and Political Science.

Más impactos, mayores costes

El Informe Stern da cifras: el crecimiento económico mundial disminuirá entre un cinco y un veinte por ciento si no se hace nada, mientras que pasar a una economía de bajas emisiones puede costar un uno por ciento del PIB mundial cada año. “Actuando ahora evitamos daños mucho más graves después”, señala Stern.

No obstante, el galardonado con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento corregiría hoy esos números: “El coste de reducir las emisiones es mayor de lo que estimamos, porque las consecuencias del cambio climático están manifestándose más rápidamente”, afirma. “Las emisiones están subiendo mucho, y la capacidad del océano para actuar como sumidero de carbono es menor de lo que creíamos. Otros efectos, como el deshielo de las regiones polares, también se están notando mucho más rápido. Hay que emprender acciones más drásticas, por eso los costes son mayores”.

Pero esto no debe entenderse como una derrota económica. Más bien al contrario: “La economía del cambio climático es la revolución industrial del futuro. Es una auténtica oportunidad. Los países que se sumen pronto a este nuevo mercado en crecimiento sabrán aprovecharla, los que no, se quedarán atrás”.

España y la energía renovable, en la buena dirección

China y algunos países europeos, “entre ellos España –ha comentado Stern–, han visto las ventajas” y fomentan una economía de bajas emisiones, pero Estados Unidos y otros países ricos “van más despacio”. Stern ha expresado su deseo de que España mantenga su apuesta por las energías renovables.

“El cambio climático ofrece una gran oportunidad económica, pero exige una inversión”, señala. De hecho, Stern vincula la salida de la actual crisis económica a la toma de medidas frente al cambio climático, y critica que algunos países hagan justo lo contrario: escudarse en la crisis para no actuar.

Stern alerta de que el cambio climático puede ser la mayor distorsión del mercado jamás sufrida, puesto que los costes asociados a los daños generados por el cambio climático no se han incluido en el precio de los bienes y servicios cuya producción ha causado el problema. La respuesta, a su juicio, ha de ser un impulso al desarrollo de un patrón de crecimiento bajo en emisiones de carbono, mediante políticas basadas en tres pilares: la asignación de precio al carbono mediante el establecimiento de impuestos y el desarrollo de un mercado de derechos de emisión, una política tecnológica adecuada y la eliminación de obstáculos al cambio de los comportamientos sociales que fomente la aceptación del esfuerzo de ahorro energético.

Nicholas Stern (1946, Hammersmith, Reino Unido) es actualmente catedrático I. G. Patel de Economía y Gobierno en la London School of Economics. También es jefe del Observatorio de India del Centro de Investigación de Asia, y del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente. En 2010 fue nombrado catedrático del Collège de France. Ha trabajado en centros académicos de todo el mundo, entre ellos las universidades de Oxford y Warwick (Reino Unido); el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU); la École Polytechnique (Francia); el Instituto Indio de Estadística (India); y la Universidad del Pueblo (China). Entre 2000 y 2003 Stern fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial. Después ejerció como alto cargo del departamento responsable de las políticas fiscal y económica del Gobierno británico, y como director de Política e Investigación para la Comisión de África. Desde este puesto llevó a cabo una revisión de la economía del cambio climático y del desarrollo, que dio lugar al conocido Informe Stern.

Jurado internacional

El jurado en esta categoría ha estado presidido por Edward Rubin, catedrático de Ingeniería y Política Pública en la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, PA, Estados Unidos). Bjorn Stevens, director del Instituto Max Planck de Meteorología (Hamburgo, Alemania), ha actuado como secretario. Los otros miembros del jurado han sido Hans Joachim Schellnhuber, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research (Alemania); Miquel Canals, catedrático de Geología Marina de la Universidad de Barcelona; Kirsten Halsnaes, jefa del Centro del Clima en el Laboratorio Nacional Risoe para Energías Renovables de la Universidad Técnica de Dinamarca; y Sergio Alonso, catedrático de Meteorología en la Universitat de les Illes Balears.