Se trata del primer Reporte de Sustentabilidad que publica la empresa. El hito más destacado en el reporte es la medición de su huella hídrica que la convierte en la primera viña en el mundo en medirla.
Según la medición, la compañía utiliza un 25% menos de agua que el promedio de la industria a nivel mundial en elaborar una copa de vino. En el informe se destaca también la medición y disminución de su huella de carbono, algo que Concha y Toro viene realizando desde el año 2007. En concreto, redujeron un 28% su huella de carbono en 2012 comparado con el año anterior.
Esto se logró gracias a un intensivo trabajo con proveedores, práctica que la compañía viene realizando desde el 2011, en el cual el foco central es acercar a los proveedores a la temática de sustentabilidad, comenzando con la medición de su huella de carbono. Además, continuaron con la introducción de envases más livianos, estrategia que implicó el uso de una menor cantidad de vidrio por cada botella y, por consiguiente, de una reducción importante en la cantidad de energía requerida en el proceso de producción de cada envase. Además, al transportar botellas más livianas se reducen las emisiones por concepto de transporte.
Otro hito que destacó Concha y Toro en su primer Reporte de Sustentabilidad es la protección y registro de bosque nativo en la Conaf.
Según explica la subgerente de Sustentabilidad de Viña Concha y Toro, Valentina Lira, la existencia de bosques endémicos mediterráneos en algunas zonas del patrimonio de la compañía los impulsó a proteger el ecosistema. "La sustentabilidad siempre ha estado en nuestro ADN, ya que somos una empresa agrícola, históricamente vinculada con la tierra y la naturaleza. Entendemos que el bosque y el viñedo forman un solo ecosistema, el cual se retroalimenta de beneficios y, por lo tanto, sentimos que es nuestra tarea protegerlo y conservarlo", dice.
El cuidado y manejo sustentable del bosque nativo presente en algunos fundos de Viña Concha y Toro permitirá resguardar especies como Boldo, Tevo, Salvia macho, Litre, Colihue, Romerillo, Olivo, Espino, Quillay, Peumo, Maqui, Mora y Tralhuen.
La compañía está desarrollando, además, un programa de conservación de biodiversidad en su patrimonio. La ejecutiva detalla que con el apoyo del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) han realizado inventarios de biodiversidad para caracterizar la flora y la fauna. Explica que la idea a futuro es generar planes específicos de conservación ajustados a la realidad y necesidades particulares de cada fundo. A octubre de 2013, han inventariado 2.878 hectáreas, equivalentes al 87% de la superficie total de bosque nativo de la empresa.
Los resultados de los inventarios muestran efectos positivos en la biodiversidad, en espacios naturales protegidos o áreas de alta biodiversidad no protegida. "Hay fauna, en distinto grado de peligro de extinción, cuyo hábitat se encuentra en buen estado de conservación y localizado dentro de los bosques nativos de la compañía, lo cual garantiza su protección, ya que se encuentran dentro de nuestro programa de protección de bosque nativo", destaca Valentina Lira.
Otro hito que destacó Concha y Toro en su primer Reporte de Sustentabilidad es que se convirtió en la primera viña en el mundo en medir su huella hídrica. Según la medición, la compañía utiliza un 25% menos de agua que el promedio de la industria a nivel mundial en elaborar una copa de vino.
En el informe se destaca también la medición y disminución de su huella de carbono, algo que Concha y Toro viene realizando desde el año 2007. En concreto, redujeron un 28% su huella de carbono en 2012 comparado con el año anterior. Esto se logró gracias a un intensivo trabajo con proveedores, práctica que la compañía viene realizando desde el 2011, en el cual el foco central es acercar a los proveedores a la temática de sustentabilidad, comenzando con la medición de su huella de carbono. Además, continuaron con la introducción de envases más livianos, estrategia que implicó el uso de una menor cantidad de vidrio por cada botella y, por consiguiente, de una reducción importante en la cantidad de energía requerida en el proceso de producción de cada envase. Además, al transportar botellas más livianas se reducen las emisiones por concepto de transporte. "Es decir, se produce un círculo virtuoso. Esto revela que la sustentabilidad no solo puede generar aportes al medio ambiente, sino que también a nivel económico", comenta Valentina Lira.
El informe fue elaborado bajo la metodología Global Reporting Initiative (GRI), alcanzando un nivel de aplicación A.
Según explica la subgerente de Sustentabilidad de Viña Concha y Toro, Valentina Lira, la existencia de bosques endémicos mediterráneos en algunas zonas del patrimonio de la compañía los impulsó a proteger el ecosistema.
"La sustentabilidad siempre ha estado en nuestro ADN, ya que somos una empresa agrícola, históricamente vinculada con la tierra y la naturaleza. Entendemos que el bosque y el viñedo forman un solo ecosistema, el cual se retroalimenta de beneficios y, por lo tanto, sentimos que es nuestra tarea protegerlo y conservarlo", dice.
La compañía está desarrollando, además, un programa de conservación de biodiversidad en su patrimonio. La ejecutiva detalla que con el apoyo del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) han realizado inventarios de biodiversidad para caracterizar la flora y la fauna. Explica que la idea a futuro es generar planes específicos de conservación ajustados a la realidad y necesidades particulares de cada fundo. A octubre de 2013, han inventariado 2.878 hectáreas, equivalentes al 87% de la superficie total de bosque nativo de la empresa.
