Principales tendencias de la filantropía en América Latina

05.05.2011 | Investigaciones

El BID y Avina publicaron el estudio Principales tendencias de la filantropía en América Latina donde se traza un exhaustivo panorama sobre el volumen, actores y temáticas de la inversión social en la región. Entre 2004 y 2007, la filantropía en América Latina aumentó un 58% con 283 actores invirtiendo US$7.719 millones. Quiénes son los principales jugadores en la región, qué temáticas prefieren apoyar, qué papel cumple el sector privado (15% del total) y cómo será el futuro escenario de la filantropía transformada en inversión social.


Según el estudio, entre 2004 y 2007, la filantropía en América Latina aumentó un 58%, según la información de las organizaciones registradas en el índice de donantes para América Latina. Si bien el principal incremento se dio entre 2004 y 2005, en 2007 los niveles de los montos destinados a la filantropía lograron estabilizarse en unos 7.719 millones de dólares, lo que equivale al 0,2% del PBI y 1,3% del gasto público de la región.

En 2007, de los US$7.719 millones destinados a la filantropía regional, el 45% provino de agencias de desarrollo. En segundo lugar de importancia, se ubicaron las ONG (30%). Por último, los donantes privados y los corporativos dieron cuenta del 15% y 10%, respectivamente.

Entre 2004 y 2007, cayó la participación de las agencias de desarrollo y creció la de donantes corporativos y donantes privados. Mientras en 2004 los donantes corporativos y los privados sumaban 8%, en 2007 estos dos representaron 25%.

“La mayoría de las organizaciones vinculadas a la actividad filantrópica en la región proviene de América Latina, seguida por instituciones norteamericanas y europeas, respectivamente”, afirman los autores.

En 2007, las 283 organizaciones registradas en el índice de donantes para América Latina alcanzaron los US$69.168 millones a nivel mundial en fondos para filantropía, de los cuales sólo un 11% se destinaron a América Latina (unos US$7.719 millones).

- El impacto de la crisis

Fuera del crecimiento de la filantropía local, las regiones del mundo que más invierten en América Latina son América del Norte y Europa. Sin embargo, entre 2004 y 2007, cayó la participación de América del Norte en favor de un incremento en los fondos propios de América Latina. Es posible que, por la crisis internacional -cuyo epicentro se ubicara en el mercado inmobiliario estadounidense-, las principales 20 fundaciones donantes de los EE.UU. hayan reducido sus envíos a América Latina en 2008. Quizás porque la propagación de la crisis demoró en llegar al Antiguo Continente, a diferencia de los donantes de los EE.UU., los principales 20 fondos privados hacia América Latina provenientes de Europa crecieron en 2008 un 14%.

Si bien aún no hay datos compilados sobre la evolución en 2009 y 2010 de los fondos de la filantropía en general, se puede proyectar la tendencia de los donantes en los EE.UU. en los últimos años a través del “Chronicle Index”.

Este índice, elaborado por Chronicle of Philantropy, es un indicador adelantado de la filantropía en EE.UU. Analiza la evolución de cuatro indicadores de la economía que anticipan el comportamiento de las donaciones. Según los resultados de este índice, se observó una tendencia a la baja en las donaciones en los EE.UU. desde el último trimestre de 2008 hasta la primera mitad de 2009, que se revirtió levemente en la segunda mitad de 2009 y en los primeros tres meses de 2010.

- Qué tipo de acciones se apoyan

Los temas tradicionales, como la pobreza, la educación y la salud, perdieron protagonismo en la agenda filantrópica, que ahora concentra las causas de gobernabilidad democrática, que atraen el mayor volumen de donaciones en la región. Las organizaciones registradas en el Índice de Donantes destinan más fondos a programas que apuntan a la transparencia en la gestión pública y la lucha contra la corrupción, los derechos humanos, el desarrollo social y comunitario, la participación y vigilancia ciudadana y la ayuda humanitaria.

Por su parte, cada vez más recursos se asignan a la promoción del desarrollo económico. En especial, el foco está puesto en impulsar el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Otro de los nuevos ejes de interés es el medioambiental, aunque aún no ocupa una participación significativa en los montos destinados a la región. Entre los temas prioritarios de la agenda ambiental, se encuentran la conservación y la biodiversidad, las medidas para el saneamiento de aguas y la reversión de los efectos de la contaminación.

- El futuro de la inversión social en América Latina

En los próximos años, la filantropía no sólo deberá ser más eficiente sino también adaptarse mejor y trabajar a mayor escala para actuar en un mundo cambiante. Además, tendrá que satisfacer las crecientes demandas tanto de quienes hacen filantropía como de los que están fuera del sector.

Actualmente, la filantropía considera a las personas ya no como objetos de una donación sino como sujetos de derechos. Comienza a hablarse así de “inversión social” como la implementación planificada, supervisada y voluntaria de recursos privados en proyectos de interés público para promover el desarrollo humano y social. De este modo, los recursos privados apuntan a financiar proyectos de interés público a través de fondos de inversión para alcanzar así una rentabilidad social medible y replicable.

América Latina no es ajena al contexto dinámico global que afecta a la filantropía a nivel mundial. Históricamente, la actividad filantrópica en la región ha sido impulsada por los fondos de la cooperación internacional y de donantes de América del Norte y de Europa.

Sin embargo, en los últimos años, diversos donantes de la región ganaron protagonismo (como la Fundación Bradesco, Fundación Televisa, Natura Cosméticos, Fundación YPF, entre otros), mientras que muchos donantes extranjeros redirigieron la mayor parte de sus fondos hacia otras regiones (como Asia y África) o redujeron sus aportes como consecuencia de la crisis internacional.

En este contexto, los principales desafíos de la nueva filantropía en la región son dos. En primer lugar, revisar y potenciar estratégicamente su rol como inversor social. En segundo, rever el papel de los receptores y canalizadores de fondos y donaciones para que la construcción de alianzas y sinergias entre ambos estimule efectivamente la innovación y el cambio social.