Producen biodiesel a partir de aceite doméstico residual

06.06.2011 | Contratapa

Desde hace algunos meses, circulan por el oeste del conurbano bonaerense algunos automóviles con biodiesel en sus tanques, obtenido a partir del aceite de cocina recuperado por Biocoop, una cooperativa de jóvenes técnicos químicos. Ellos llevan adelante un emprendimiento autogestionado que tiene en cuenta la innovación tecnológica, el trabajo social y el bajo impacto ambiental.


 

Son ex-alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº 2 de Hurlingham, quienes, a partir de un curso de cooperativismo en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), combinaron conocimientos para convertir parte de la "basura urbana" en "energía limpia".
Producir biodiesel a partir del reciclado de aceite comestible usado de una manera sustentable, tanto económica como energéticamente, es el proyecto de un equipo que coordinó el analista programador Hugo Capuya e integraron Matías Ribeiro, Gabriel Rodríguez y Matías Cornejo. El proyecto se propone un modelo productivo que toma como insumo un desperdicio y lo transforma en dos productos útiles que no generan desechos industriales: biodiesel para vehículos gasoleros y residuo con alto contenido de glicerol. También puede contribuir a preservar los cursos de agua, previniendo la contaminación y promoviendo las buenas prácticas ambientales para la disposición final del aceite. 
  
Este biodiesel se obtiene mediante un proceso de transesterificación del aceite, conocido y utilizado en algunas ciudades del mundo, que pueden suministrar los grandes usuarios (comedores, restaurantes, fábricas, bares, etc.), acostumbrados a tirarlo a los conductos y desagües residenciales. Del proceso se obtiene, además, un residuo con alto contenido de glicerol, el cual puede reprocesarse para venderlo como artículo de limpieza.
La planta piloto la emplazaron gracias a un comodato gestionado por la CTA con otra cooperativa de trabajo. Allí realizaron testeos y reinventaron metodologías de procesos para aumentar la calidad de lo producido. Con ayuda de la Red de Apoyo al Trabajo Popular (ATP) del INTI, están alcanzando estándares para certificar el biodiesel.
Actualmente se distribuye entre los miembros adherentes a Biocoop, quienes se asociaron para comprar 20 litros mensuales a un precio subsidiado de $1,70 por litro. Con la capacidad instalada puede abastecerse la demanda de 200 propietarios de automóviles gasoleros. Sin embargo, como aún existe capacidad ociosa –habría que conseguir los litros de aceite necesarios, pero los canales de recolección aún no fueron abiertos-, se podrían elaborar hasta 2.000 litros por semana para unos 4.000 automotores.
El emprendimiento tiene una baja intensidad productiva y alto impacto social, como así también una alta capacidad inclusiva y bajo impacto ambiental, destacándose cuatro condiciones básicas para emplazarlo:
1. Alta conciencia ambiental.
2. Ubicarlo en municipios que no necesariamente tengan muchos habitantes.
3. Voluntad política, ya que una simple ordenanza comunal puede  orientar al comercio para que apoye esta iniciativa. Por otra parte, si el Estado participa, los grandes actores locales generalmente acompañan.
4. Una fuerte red social, que en el caso de faltar las anteriores condiciones, suplante la voluntad política.
Por los relevamientos efectuados pudo averiguarse que un bar céntrico del conurbano (Morón y Hurlingham, por ejemplo) utiliza unos 20 litros de aceite por semana. O sea que si se establecen vínculos con cinco de esos establecimientos para que donen en total 100 litros semanales, su procesamiento como biodiesel puede llegar a generar ingresos por $170, a razón de $1,70 el litro, aproximadamente $680 en el primer mes.
Aunque los ingresos por litro no son elevados, el trabajo para obtenerlo tampoco lo es. Esto significa que los ingresos se consideran aceptables para una tarea de 4 horas diarias. Y más redituables aún si se realiza en el hogar, durante el tiempo libre. De cualquier manera, a fin de asegurar una línea productiva, hay que sondear el territorio para ubicar los potenciales recolectores y puntos de emisión.
¿Sabía qué?
Un litro de aceite vertido en un curso de agua puede contaminar hasta 1.000 tanques de 500 litros. Si se procesaran hasta 400 litros diarios de aceite, se estarían retirando de los desagües igual cantidad de aceite quemado que actualmente contaminan 200 millones (400 x 500) de litros de agua.
Con la demanda de 200 propietarios de autos gasoleros por semana, la planta podría producir hasta 2.000 litros semanales, lo que aseguraría -a precios actuales- un ingreso de $3.400 semanales (2.000 litros por $1,70), con una tasa de ganancia del 30% (costo estimado bruto). Esta podría llegar al 40% por la obligatoriedad que se generará en 2010, siempre que se venda al mismo precio que el gasoil subsidiado.
La Ley 26.093 entrará en vigencia en 2010 y obligará a los usuarios de automotores a tener en sus tanques un 5% de biodiesel o bioetanol. Por lo tanto, como producto masivo, alcanzará su "pico" máximo a partir del año próximo. Pese a que la producción tiene una limitación en cuanto a la provisión del insumo potencialmente reutilizable, la demanda y el precio del biodiesel puede equipararse o incluso superar al gasoil.
Sobre el volumen de aceite recolectado, hasta el 90% podría reprocesarse en biodiesel y el 10% en glicerol que, al final, será transformado en una sustancia que sirva para utilizarla como un detergente diluido. La calidad del producto está relacionada con la metodología y rigurosidad del proceso, que está siendo evaluada por el INTI a fin de determinar los parámetros de viscosidad, punto de inflamación, densidad y contenido de éster (del proceso de transesterificación) en la sustancia, que están tipificados en la disposición vigente (Norma IRAM 6515-1). A la par de la calidad del producto está la del proceso, que tiene la particularidad de no generar desechos industriales. 
Contacto: Hugo Capuya, contacto@biocoop.com.ar
(INTI)

Son ex-alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº 2 de Hurlingham, quienes, a partir de un curso de cooperativismo en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), combinaron conocimientos para convertir parte de la "basura urbana" en "energía limpia".

Producir biodiesel a partir del reciclado de aceite comestible usado de una manera sustentable, tanto económica como energéticamente, es el proyecto de un equipo que coordinó el analista programador Hugo Capuya e integraron Matías Ribeiro, Gabriel Rodríguez y Matías Cornejo.

El proyecto se propone un modelo productivo que toma como insumo un desperdicio y lo transforma en dos productos útiles que no generan desechos industriales: biodiesel para vehículos gasoleros y residuo con alto contenido de glicerol. También puede contribuir a preservar los cursos de agua, previniendo la contaminación y promoviendo las buenas prácticas ambientales para la disposición final del aceite.   Este biodiesel se obtiene mediante un proceso de transesterificación del aceite, conocido y utilizado en algunas ciudades del mundo, que pueden suministrar los grandes usuarios (comedores, restaurantes, fábricas, bares, etc.), acostumbrados a tirarlo a los conductos y desagües residenciales. Del proceso se obtiene, además, un residuo con alto contenido de glicerol, el cual puede reprocesarse para venderlo como artículo de limpieza.

La planta piloto la emplazaron gracias a un comodato gestionado por la CTA con otra cooperativa de trabajo. Allí realizaron testeos y reinventaron metodologías de procesos para aumentar la calidad de lo producido. Con ayuda de la Red de Apoyo al Trabajo Popular (ATP) del INTI, están alcanzando estándares para certificar el biodiesel.

Actualmente se distribuye entre los miembros adherentes a Biocoop, quienes se asociaron para comprar 20 litros mensuales a un precio subsidiado de $1,70 por litro. Con la capacidad instalada puede abastecerse la demanda de 200 propietarios de automóviles gasoleros. Sin embargo, como aún existe capacidad ociosa –habría que conseguir los litros de aceite necesarios, pero los canales de recolección aún no fueron abiertos-, se podrían elaborar hasta 2.000 litros por semana para unos 4.000 automotores.

El emprendimiento tiene una baja intensidad productiva y alto impacto social, como así también una alta capacidad inclusiva y bajo impacto ambiental, destacándose cuatro condiciones básicas para emplazarlo:

1. Alta conciencia ambiental.
2. Ubicarlo en municipios que no necesariamente tengan muchos habitantes.
3. Voluntad política, ya que una simple ordenanza comunal puede  orientar al comercio para que apoye esta iniciativa. Por otra parte, si el Estado participa, los grandes actores locales generalmente acompañan.
4. Una fuerte red social, que en el caso de faltar las anteriores condiciones, suplante la voluntad política.

Por los relevamientos efectuados pudo averiguarse que un bar céntrico del conurbano (Morón y Hurlingham, por ejemplo) utiliza unos 20 litros de aceite por semana. O sea que si se establecen vínculos con cinco de esos establecimientos para que donen en total 100 litros semanales, su procesamiento como biodiesel puede llegar a generar ingresos por $170, a razón de $1,70 el litro, aproximadamente $680 en el primer mes.

Aunque los ingresos por litro no son elevados, el trabajo para obtenerlo tampoco lo es. Esto significa que los ingresos se consideran aceptables para una tarea de 4 horas diarias. Y más redituables aún si se realiza en el hogar, durante el tiempo libre. De cualquier manera, a fin de asegurar una línea productiva, hay que sondear el territorio para ubicar los potenciales recolectores y puntos de emisión.

¿Sabía qué?
Un litro de aceite vertido en un curso de agua puede contaminar hasta 1.000 tanques de 500 litros. Si se procesaran hasta 400 litros diarios de aceite, se estarían retirando de los desagües igual cantidad de aceite quemado que actualmente contaminan 200 millones (400 x 500) de litros de agua.

Con la demanda de 200 propietarios de autos gasoleros por semana, la planta podría producir hasta 2.000 litros semanales, lo que aseguraría -a precios actuales- un ingreso de $3.400 semanales (2.000 litros por $1,70), con una tasa de ganancia del 30% (costo estimado bruto). Esta podría llegar al 40% por la obligatoriedad que se generará en 2010, siempre que se venda al mismo precio que el gasoil subsidiado.

La Ley 26.093 entrará en vigencia en 2010 y obligará a los usuarios de automotores a tener en sus tanques un 5% de biodiesel o bioetanol. Por lo tanto, como producto masivo, alcanzará su "pico" máximo a partir del año próximo. Pese a que la producción tiene una limitación en cuanto a la provisión del insumo potencialmente reutilizable, la demanda y el precio del biodiesel puede equipararse o incluso superar al gasoil.
Sobre el volumen de aceite recolectado, hasta el 90% podría reprocesarse en biodiesel y el 10% en glicerol que, al final, será transformado en una sustancia que sirva para utilizarla como un detergente diluido. La calidad del producto está relacionada con la metodología y rigurosidad del proceso, que está siendo evaluada por el INTI a fin de determinar los parámetros de viscosidad, punto de inflamación, densidad y contenido de éster (del proceso de transesterificación) en la sustancia, que están tipificados en la disposición vigente (Norma IRAM 6515-1). A la par de la calidad del producto está la del proceso, que tiene la particularidad de no generar desechos industriales. 

Contacto: Hugo Capuya, contacto@biocoop.com.ar
(INTI)