Reciclan los residuos mineros

27.09.2011 | Contratapa

Investigadores de la UNSa encontraron que los desechos de la producción de ácido bórico pueden transformarse en ladrillos, cerámicos o baldozas. La idea es darle utilidad a las 100 mil toneladas anuales que se acumulan y amenazan con contaminar el suelo. Un aporte que puede ser rentable. Una vez más la investigación científica vuelve a hacerse eco de la demanda ecológica. Expertos de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) estudian la manera de convertir en ladrillos y baldosas para aceras los desechos que deja la explotación de minerales y que hoy se acumulan sin cesar con un alto riesgo de contaminación en el suelo.


 

Desde hace dos años, un grupo de investigadores del Instituto de Beneficios Minerales (INBEMI) de la UNSa viene probando la posibilidad de crear productos comerciales aptos para la construcción a partir de la cocción del barro que genera la producción del ácido bórico, un mineral que se extrae de los yacimientos de borato.
Al parecer, Salta genera unas 30 mil toneladas anuales de este ácido que se exporta al mundo en su mayoría debido a que se utiliza en la industria metalúrgica, química y hasta en la elaboración de elementos tan comunes como la vajilla que se utiliza a diario para comer, la cristalería o los plásticos ignífugos.
Sin embargo, los especialistas de la UNSa indicaron que la obtención del ácido bórico genera unas 100 mil toneladas de residuos que hasta ahora no han sido aprovechados y sólo yacen en enormes piletones en las puertas de la propia ciudad capital.
En diálogo con Universia, el titular del INBEMI, Horacio Flores, reconoció que una planta en las cercanías del centro urbano debió cerrar debido a la acumulación del barro. De hecho, consignó que "existe un área de unas tres manzanas completamente desertizada por este proceso de acopio que viene desde hace 20 años atrás".
Por eso la clave ahora es ver qué beneficios se pueden obtener con este material inerte que siguen produciendo otras plantas ubicadas en el Valle de Lerma. "Con que sirva para fabricar algo y que eso sea inocuo para mi es suficiente. El pasivo ambiental es tan grande que el sólo hecho de encontrar en qué usarlo ya es importante", indicó Flores.
Tras haber comprobado que estos barros arcillosos son fundentes y generan ladrillos resistentes a la compresión y el desgaste, los especialistas de la UNSa apuntarán ahora a comprobar que el producto no agreda al ambiente. "Es decir que debemos apuntar a una pasivación por efecto de esta cocción y que el resultado no sea soluble después por efecto del agua, por ejemplo", graficó el investigador.
El INBEMI, creado el 27 de noviembre de 1980, es un referente salteño en materia de investigaciones científicas y de desarrollo tecnológico en el campo de la minería. De hecho, tal como dio a conocer el diario El Tribuno, desde 2004 se estudian cómo lograr borato de cinc, útil para fabricar materiales ignífugos y perborato de sodio, utilizado en sustancias blanqueadoras que llevan los jabones en polvo.
Además, desde su propio laboratorio y la planta piloto, este centro apunta a generar nuevas alternativas de producción para las empresas, con las que colabora en materia de investigación y desarrollo para mejorar la elaboración de productos exportables. 
Hoy la explotación minera en Salta ocupa un millón de hectáreas. Los boratos y derivados son los más producidos ya que su uso se aplica para las industrias de esmaltes, vidrios, fibras textiles y sustancias farmaceúticas.
"No hay día en que nos levantemos y no toquemos algo con boro. El tema es no verlo como un enemigo. La cuestión es usar bien el mineral y a eso vamos, para proteger el ambiente y generar nuevos puntos de interés para las empresas", culminó el investigador desde su sede en las afueras de la ciudad de Salta.

Desde hace dos años, un grupo de investigadores del Instituto de Beneficios Minerales (INBEMI) de la UNSa viene probando la posibilidad de crear productos comerciales aptos para la construcción a partir de la cocción del barro que genera la producción del ácido bórico, un mineral que se extrae de los yacimientos de borato.

Al parecer, Salta genera unas 30 mil toneladas anuales de este ácido que se exporta al mundo en su mayoría debido a que se utiliza en la industria metalúrgica, química y hasta en la elaboración de elementos tan comunes como la vajilla que se utiliza a diario para comer, la cristalería o los plásticos ignífugos.
Sin embargo, los especialistas de la UNSa indicaron que la obtención del ácido bórico genera unas 100 mil toneladas de residuos que hasta ahora no han sido aprovechados y sólo yacen en enormes piletones en las puertas de la propia ciudad capital.

En diálogo con Universia, el titular del INBEMI, Horacio Flores, reconoció que una planta en las cercanías del centro urbano debió cerrar debido a la acumulación del barro. De hecho, consignó que "existe un área de unas tres manzanas completamente desertizada por este proceso de acopio que viene desde hace 20 años atrás".
Por eso la clave ahora es ver qué beneficios se pueden obtener con este material inerte que siguen produciendo otras plantas ubicadas en el Valle de Lerma. "Con que sirva para fabricar algo y que eso sea inocuo para mi es suficiente. El pasivo ambiental es tan grande que el sólo hecho de encontrar en qué usarlo ya es importante", indicó Flores.

Tras haber comprobado que estos barros arcillosos son fundentes y generan ladrillos resistentes a la compresión y el desgaste, los especialistas de la UNSa apuntarán ahora a comprobar que el producto no agreda al ambiente. "Es decir que debemos apuntar a una pasivación por efecto de esta cocción y que el resultado no sea soluble después por efecto del agua, por ejemplo", graficó el investigador.

El INBEMI, creado el 27 de noviembre de 1980, es un referente salteño en materia de investigaciones científicas y de desarrollo tecnológico en el campo de la minería. De hecho, tal como dio a conocer el diario El Tribuno, desde 2004 se estudian cómo lograr borato de cinc, útil para fabricar materiales ignífugos y perborato de sodio, utilizado en sustancias blanqueadoras que llevan los jabones en polvo.
Además, desde su propio laboratorio y la planta piloto, este centro apunta a generar nuevas alternativas de producción para las empresas, con las que colabora en materia de investigación y desarrollo para mejorar la elaboración de productos exportables. 

Hoy la explotación minera en Salta ocupa un millón de hectáreas. Los boratos y derivados son los más producidos ya que su uso se aplica para las industrias de esmaltes, vidrios, fibras textiles y sustancias farmaceúticas.
"No hay día en que nos levantemos y no toquemos algo con boro. El tema es no verlo como un enemigo. La cuestión es usar bien el mineral y a eso vamos, para proteger el ambiente y generar nuevos puntos de interés para las empresas", culminó el investigador desde su sede en las afueras de la ciudad de Salta.