Recolección de chatarra para Reciclaje
Con fondos provenientes de la siderúrgica Gerdau AZA, Inter American Foundation (IAF) -administrados por Acción RSE- y Fundación Avina , Casa de la Paz implementará el programa "Fortalecimiento de Centros de Acopio para Recolección de Chatarra Domiciliaria". Este innovador proyecto busca mejorar la calidad de vida y el nivel de ingreso de los chatarreros mediante la organización territorial de la recolección del acero usado domiciliario. Asimismo, cuenta con un fuerte componente de educación ambiental para lograr una efectiva participación de la comunidad en la separación en origen de estos residuos y sensibilizarlos en el cuidado del medioambiente.
"Estamos muy contentos y entusiasmados con el positivo impacto social y medioambiental que tendrá esta experiencia, lo cual no habría sido posible sin la necesaria asociatividad entre las partes. Creemos que la mejor fórmula para llevar a cabo proyectos exitosos y de más amplio rango es a través de la realización de alianzas estratégicas entre quienes comparten metas en común" destaca León Guzmán, gerente general de Acción RSE, organización empresarial dedicada a la promoción de la RSE a nivel nacional.
Se estima que en el país existen alrededor de 178.000 recolectores primarios de chatarra, con ingresos que fluctúan entre $170.000 y $200.000. Si bien esta cifra es superior al sueldo mínimo, el grado de informalidad del negocio es bastante alto. Por esto es que gran parte de estos chatarreros abandonan la actividad constantemente y se calcula que son sólo unos 17 mil quienes lo ejercen de manera estable.
Además, los centros de acopio que reúnen la chatarra y la comercializan, muchas veces carecen de los sistemas de gestión que les permitan mantenerse de manera estable y aumentar los volúmenes de manera de generar un mayor impacto en el medioambiente.
El proyecto busca capacitarlos, entregándoles herramientas suficientes para ingresar así al área formal de la economía. Se trata de un elemento clave en el desarrollo actual de la RSE a nivel mundial, puesto que se ha comprobado que el gran escollo de los pequeños emprendimientos es acceder a la formalización de su negocio, lo que les permitiría salir de los niveles de subsistencia.
Al mismo tiempo, existe un interés creciente por parte de la ciudadanía de participar en programas de reciclaje, faltando aún las condiciones necesarias para separar e integrar al círculo del reciclaje el acero usado, más conocido como chatarra.
Gerdau AZA aportará US$ 100.000 al proyecto y el resto proviene de IAF (US$50.000), entregado a través de Acción RSE, y de Fundación Avina (US$ 30.000). Con estos recursos, Casa de la Paz implementará el proyecto en al menos 5 centros de acopio de la Región Metropolitana. Se espera formalizar medio centenar de recolectores primarios y, en forma paralela, promover el reciclaje de chatarra en los establecimientos educativos de las áreas de influencia de los centros de acopio.
"No sólo estaremos ayudando a la conservación ambiental al reducir los volúmenes de chatarra que llegan a los vertederos, sino que además apoyaremos de manera efectiva a los recolectores y sus familias con instrumentos de gestión efectivos que les permitan ir profesionalizándose y mejorar sus condiciones de vida", comenta Ximena Abogabir, Presidenta de Fundación Casa de la Paz.
El proyecto incluye una campaña de sensibilización en la comunidad. Se espera que unas 5.000 personas conozcan los beneficios medioambientales y económicos que tiene el reciclaje de la chatarra ferrosa.
La sustentabilidad del proyecto está garantizada, pues se generará una relación directa entre los centros de acopio y Gerdau AZA, actuando como proveedores y cliente respectivamente.
Con esta experiencia, se busca generar un modelo de gestión que pueda replicarse en otras zonas del país y, con ello, fortalecer la red de recolección domiciliaria para aumentar la cantidad, seguridad y eficiencia en el abastecimiento de chatarra.
Este es un proyecto de características únicas, pues por primera vez una empresa privada, Gerdau AZA, invierte en un programa de beneficio a la comunidad, que repercute directamente en su cadena de valor pues el programa aumenta la generación de chatarra ferrosa, materia prima para la elaboración del acero reciclado.