Alrededor de un tercio de las empresas (31%) pueden señalar al menos alguna iniciativa de gestión de la sostenibilidad, pero la gestión de la sostenibilidad sigue sin ser sistemática y globalmente integrada en los sistemas de gestión de las empresas. Más de la mitad de las empresas (52,3%) han tenido hasta ahora poca o ninguna acción en este ámbito.

En la comparación sectorial, las empresas de la industria del papel y de la silvicultura han tomado la delantera. Lograron una puntuación media de 47,7 sobre un máximo de 100 por su gestión de la sostenibilidad. Los Segundo y Terceros lugares en el ranking fueron para los fabricantes de productos para el hogar (45,4) y los fabricantes de automóviles (40,8). En la parte inferior quedaron el retail (21,7), el sector inmobiliario (20,6) y la industria del petróleo y gas (18,9). Los Bancos (23,0) y las compañías de seguros (24,1) tampoco pudieron llegar hasta el 25 por ciento de los posibles puntos de la máxima puntuación.

El director de la investigación, Matthias Bonning señala que "también hay grandes diferencias en la forma en que las empresas están abordando los siete grandes desafíos del desarrollo sostenible: protección del clima, biodiversidad, la lucha contra la pobreza, suministro de agua potable, protección de los bosques,  cambio demográfico y  lucha contra la corrupción".

Un avance destacado por el estudio es el de las compañías farmacéuticas y sus programas en los países en desarrollo para proporcionar a las personas que no tienen acceso los medicamentos que necesitan. La empresa con mejor desempeño en este asunto es GlaxoSmithKline que anotó 83 de un máximo de 100 por sus medidas en este ámbito. 

Las medidas de ahorro de agua por parte de productores de alimentos son otro ejemplo. En este caso, el grupo de alimentos Unilever presentó el mayor nivel de compromiso entre las empresas calificadas. Danone (32 puntos) y McDonald (19) quedaron postergados en la parte inferior de la tabla de esta sección.

El informe contiene muchos otros ejemplos específicos de qué medidas las empresas de diversos sectores están tomando en los distintos ámbitos de actuación. Estos incluyen el desarrollo de las unidades alternativas en la producción de automóviles, las estrategias climáticas principales de los grandes proveedores energéticos, la protección de especies en las empresas turísticas y el uso de madera de producción sostenible en la construcción, así como la participación de los bancos y compañías de seguros en el área de microcréditos y microseguros.

Bonning resume los resultados del análisis de la siguiente manera: "A pesar de ejemplos individuales de buenas prácticas, la mayoría de las empresas se están quedando cortas en lo que se necesita desde el punto de vista de la sostenibilidad. Muchas de ellas ni siquiera logran alcanzar una puntuación de 40 sobre un total de 100. A la luz de los enormes desafíos que enfrentamos, queda claro que esto no es suficiente".