Una mirada a la RSE boliviana

29.07.2011 | América Latina

El nuevo panorama político boliviano ha tenido un evidente impacto en el mundo empresario y en cómo este replantea su rol en el marco del desarrollo social. Además, los precios internacionales de las materias primas que exporta el país andino han desatado una fuerte puja social en pos de una redistribución de la riqueza. Por otra parte, el aumento del flujo en el comercio exterior ha conectado a la economía boliviana con las economías más desarrolladas del mundo que exigen nuevos y más exigentes estándares de calidad. En este informe que recoge datos de una investigación de La Razón, destacados referentes del mundo empresario boliviano realizan un balance del estado de la Responsabilidad Social Corporativa en ese país. Conozca la visión de las organizaciones promotoras de RSE y sus principales iniciativas. Asimismo, la semana pasada  un total de 32 firmas bolivianas, entre empresas y organizaciones, entró a formar parte del Pacto Global de responsabilidad social de las Naciones Unidas.


 

Rentabilidad sí, pero también responsabilidad. En tiempos donde todo parece estar cambiando, el sector productivo y la gran industria exportadora no quieren estar al margen. Palabras y conceptos que se pusieron de moda en el contexto general, como el de responsabilidad social o inclusión social, también están de moda en el campo empresarial y cada vez se abren un mayor espacio.
Aunque ya tiene algo de historia, hace apenas un par de años que en Bolivia se comenzó a trabajar con fuerza en lo que es la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Algunos estudios dicen que lo ocurrido con la empresa Aguas del Illimani en La Paz, donde la población alteña se movilizó para echarla, pero también la llamada ´guerra del gas´, donde la gente pidió la nacionalización del gas y la expulsión de las empresas petroleras, son los puntos de inicio. De aquí en adelante, las empresas tomaron mayor conciencia de la importancia que tiene para ellas la relación con sus trabajadores, el medio ambiente, la sociedad y la comunidad en la que operan, sectores donde también deberían ganar y sacar rentabilidad.
La responsabilidad básica de la empresa es ser eficiente y rentable, pero también debe ser consciente de que hay una meta de responsabilidad que es el desarrollo de su entorno y el empoderamiento ciudadano. Para lograr esto es necesario incorporar los conceptos de ética, transparencia y actitud responsables, dice Raúl Aparicio, director de Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse) una Fundación dedicada a promover esta práctica.
Tratar bien al trabajador, al cliente, al proveedor y dejar para la comunidad y para el país lo que corresponde, es lo que en cristiano se podría entender por responsabilidad e inclusión social, dice Pablo Antelo, gerente de la empresa La Chonta de Santa Cruz.
Dice que ya son varios años en que las empresas trabajan en el campo social, construyendo obras y generando proyectos para las comunidades. Sin embargo, asegura que esta labor no fue bien difundida. Por eso, admite, hoy por hoy aún existe en gran parte de la población el criterio de que las empresas producen, venden y exportan sólo para enriquecer a los dueños. Es más, en algunos sectores sociales incluso se considera que las empresas ´explotan a sus trabajadores y engañan a sus comunidades´.
´Pero esto ya no es así´, dice Cristóbal Roda, presidente de Guabirá. Esta empresa instalada en la población de Montero, en Santa Cruz, se considera un patrimonio de esta región, de sus trabajadores y la población en su conjunto.
El año pasado, a raíz de la llegada al poder de un nuevo gobierno, otro término comenzó a ganar espacio en el contexto nacional y también entre los productores: inclusión. También tiene el fin de incluir entre las actividades de la empresa un trabajo especial en beneficio de sus trabajadores y la comunidad que les rodea. ´Tiene que ver con la forma cómo las empresas y las organizaciones en general integran de manera voluntaria preocupaciones laborales, sociales y medioambientales en sus operaciones diarias y en su interacción con las partes interesadas, vale decir con sus trabajadores y con su ámbito externo, la comunidad laboral, proveedores, clientes, autoridades, instituciones y medio ambiente´, dice Gary Rodríguez, gerente general del IBCE.
En El Alto, centro del principio de los cambios que hoy se experimentan incluso en el sector empresarial, también estos nuevos criterios se abren espacio. El Centro de Apoyo al Desarrollo Laboral (Labor) por ejemplo, trabaja en el impulso de estos nuevos conceptos como parte del desarrollo empresarial y económico de esta ciudad. ´Por ello la práctica de la RSE se constituye en un agente de cambio social. Es decir mediante su implementación se puede lograr en el mediano y largo plazo que la ciudad de El Alto no sólo sea un centro manufacturero importante del país, sino también que sea un lugar en el que el respeto al trabajo, al medio ambiente y a los vecinos sea el más adecuado´, dice Rodolfo Arostegui, gerente de esta entidad.
Destaca que en los últimos 10 años estos conceptos estuvieron en constante evolución, hasta ser hoy una preocupación prioritaria tanto para las empresas como para las organizaciones sociales.
Según Raúl Aparicio, de Amigarse, se debe tener en cuenta que hay empresas y organizaciones que entienden a la RSE como una estrategia de negocios o como un maquillaje de marketing de alto impacto para su imagen.
Sin embargo, hay otras organizaciones que ven a la RSE como una estrategia para el desarrollo sustentable, ´donde lo central es cambiar la actitud y el comportamiento de los empresarios, para que de forma ejemplificadora se irradie esto a la estructura de la sociedad civil y la cultura de las futuras generaciones´.
A la fecha, lo cierto parece ser que las empresas entendieron que sin inclusión y sin responsabilidad social no podrán crecer ni tener seguridad, más allá del éxito o las ganancias que puedan lograr.
´Una empresa que tiene la intención de crecer y expandirse debe entender que existen diversos actores en su entorno y que todas sus acciones de una u otra manera tienen consecuencias´, señala también Gary Rodríguez.
Un proyecto piloto busca generar más conciencia
PROPUESTA • El año pasado el IBCE puso en marcha el plan Exportación con Inclusión Social.
Para generar una mayor conciencia entre los empresarios y romper el mito de que con las exportaciones ganan sólo los empresarios, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior puso en marcha el año pasado el proyecto piloto ´Desarrollo Exportador con Inclusión Social´, informó su gerente, Gary Rodríguez.
´El proyecto Desarrollo Exportador con Inclusión Social busca cambiar el paradigma de que la exportación es simplemente un negocio que sirve para enriquecer al dueño de la empresa, mito que aún persiste a pesar de que cientos de empresas exportadoras en el país están demostrando lo contrario. Sin embargo, ahora debemos demostrar y hacer visible estos hechos y convertir a la causa exportadora en un objetivo de todos los bolivianos´.
Este proyecto trabaja con empresas que estén dispuestas a dar una respuesta sistemática a las expectativas de los sectores con los cuales tiene relación en materia de desarrollo integral de sus trabajadores y en aporte a la comunidad que le permitió crecer y desarrollarse como empresa. Compañías líderes como Guabirá y La Chonta están en este proceso, dijo.
Muchos países industrializados establecieron mecanismos de cooperación comercial como los Sistemas de Preferencias Generalizadas (SGP) en Europa, pero para ello exigen que se cumplan algunas normas internacionales propias de la inclusión y la responsabilidad social.
´Si las empresas desean incursionar en la exportación deben tener muy en cuenta que existen condiciones laborales, medioambientales y de calidad que deben ser cumplidas para que sus productos accedan a estos mercados´.
Puntos de vista

Rentabilidad sí, pero también responsabilidad. En tiempos donde todo parece estar cambiando, el sector productivo y la gran industria exportadora no quieren estar al margen. Palabras y conceptos que se pusieron de moda en el contexto general, como el de responsabilidad social o inclusión social, también están de moda en el campo empresarial y cada vez se abren un mayor espacio.

Aunque ya tiene algo de historia, hace apenas un par de años que en Bolivia se comenzó a trabajar con fuerza en lo que es la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Algunos estudios dicen que lo ocurrido con la empresa Aguas del Illimani en La Paz, donde la población alteña se movilizó para echarla, pero también la llamada ´guerra del gas´, donde la gente pidió la nacionalización del gas y la expulsión de las empresas petroleras, son los puntos de inicio. De aquí en adelante, las empresas tomaron mayor conciencia de la importancia que tiene para ellas la relación con sus trabajadores, el medio ambiente, la sociedad y la comunidad en la que operan, sectores donde también deberían ganar y sacar rentabilidad.
La responsabilidad básica de la empresa es ser eficiente y rentable, pero también debe ser consciente de que hay una meta de responsabilidad que es el desarrollo de su entorno y el empoderamiento ciudadano. Para lograr esto es necesario incorporar los conceptos de ética, transparencia y actitud responsables, dice Raúl Aparicio, director de Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse) una Fundación dedicada a promover esta práctica.
Tratar bien al trabajador, al cliente, al proveedor y dejar para la comunidad y para el país lo que corresponde, es lo que en cristiano se podría entender por responsabilidad e inclusión social, dice Pablo Antelo, gerente de la empresa La Chonta de Santa Cruz.

Dice que ya son varios años en que las empresas trabajan en el campo social, construyendo obras y generando proyectos para las comunidades. Sin embargo, asegura que esta labor no fue bien difundida. Por eso, admite, hoy por hoy aún existe en gran parte de la población el criterio de que las empresas producen, venden y exportan sólo para enriquecer a los dueños. Es más, en algunos sectores sociales incluso se considera que las empresas ´explotan a sus trabajadores y engañan a sus comunidades´.
´Pero esto ya no es así´, dice Cristóbal Roda, presidente de Guabirá. Esta empresa instalada en la población de Montero, en Santa Cruz, se considera un patrimonio de esta región, de sus trabajadores y la población en su conjunto.
El año pasado, a raíz de la llegada al poder de un nuevo gobierno, otro término comenzó a ganar espacio en el contexto nacional y también entre los productores: inclusión. También tiene el fin de incluir entre las actividades de la empresa un trabajo especial en beneficio de sus trabajadores y la comunidad que les rodea. ´Tiene que ver con la forma cómo las empresas y las organizaciones en general integran de manera voluntaria preocupaciones laborales, sociales y medioambientales en sus operaciones diarias y en su interacción con las partes interesadas, vale decir con sus trabajadores y con su ámbito externo, la comunidad laboral, proveedores, clientes, autoridades, instituciones y medio ambiente´, dice Gary Rodríguez, gerente general del IBCE.

En El Alto, centro del principio de los cambios que hoy se experimentan incluso en el sector empresarial, también estos nuevos criterios se abren espacio. El Centro de Apoyo al Desarrollo Laboral (Labor) por ejemplo, trabaja en el impulso de estos nuevos conceptos como parte del desarrollo empresarial y económico de esta ciudad. ´Por ello la práctica de la RSE se constituye en un agente de cambio social. Es decir mediante su implementación se puede lograr en el mediano y largo plazo que la ciudad de El Alto no sólo sea un centro manufacturero importante del país, sino también que sea un lugar en el que el respeto al trabajo, al medio ambiente y a los vecinos sea el más adecuado´, dice Rodolfo Arostegui, gerente de esta entidad.
Destaca que en los últimos 10 años estos conceptos estuvieron en constante evolución, hasta ser hoy una preocupación prioritaria tanto para las empresas como para las organizaciones sociales.
Según Raúl Aparicio, de Amigarse, se debe tener en cuenta que hay empresas y organizaciones que entienden a la RSE como una estrategia de negocios o como un maquillaje de marketing de alto impacto para su imagen.
Sin embargo, hay otras organizaciones que ven a la RSE como una estrategia para el desarrollo sustentable, ´donde lo central es cambiar la actitud y el comportamiento de los empresarios, para que de forma ejemplificadora se irradie esto a la estructura de la sociedad civil y la cultura de las futuras generaciones´.
A la fecha, lo cierto parece ser que las empresas entendieron que sin inclusión y sin responsabilidad social no podrán crecer ni tener seguridad, más allá del éxito o las ganancias que puedan lograr.
´Una empresa que tiene la intención de crecer y expandirse debe entender que existen diversos actores en su entorno y que todas sus acciones de una u otra manera tienen consecuencias´, señala también Gary Rodríguez.
Un proyecto piloto busca generar más conciencia

PROPUESTA • El año pasado el IBCE puso en marcha el plan Exportación con Inclusión Social.
Para generar una mayor conciencia entre los empresarios y romper el mito de que con las exportaciones ganan sólo los empresarios, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior puso en marcha el año pasado el proyecto piloto ´Desarrollo Exportador con Inclusión Social´, informó su gerente, Gary Rodríguez.
´El proyecto Desarrollo Exportador con Inclusión Social busca cambiar el paradigma de que la exportación es simplemente un negocio que sirve para enriquecer al dueño de la empresa, mito que aún persiste a pesar de que cientos de empresas exportadoras en el país están demostrando lo contrario. Sin embargo, ahora debemos demostrar y hacer visible estos hechos y convertir a la causa exportadora en un objetivo de todos los bolivianos´.

Este proyecto trabaja con empresas que estén dispuestas a dar una respuesta sistemática a las expectativas de los sectores con los cuales tiene relación en materia de desarrollo integral de sus trabajadores y en aporte a la comunidad que le permitió crecer y desarrollarse como empresa. Compañías líderes como Guabirá y La Chonta están en este proceso, dijo.
Muchos países industrializados establecieron mecanismos de cooperación comercial como los Sistemas de Preferencias Generalizadas (SGP) en Europa, pero para ello exigen que se cumplan algunas normas internacionales propias de la inclusión y la responsabilidad social.
´Si las empresas desean incursionar en la exportación deben tener muy en cuenta que existen condiciones laborales, medioambientales y de calidad que deben ser cumplidas para que sus productos accedan a estos mercados´.
Puntos de vista

 

"Permitirá un mayor equilibrio social"

PABLO ANTELO, gerente general La Chonta

 

´En el caso nuestro el relacionamiento con las comunidades que rodean a La Chonta data desde lo inicios de la empresa, pero ahora se empieza a sistematizar y socializar ese trabajo que hemos desarrollado durante años. Considero que en la medida en que se observen los resultados positivos de estas labores, otras empresas pueden llevar adelante proyectos de responsabilidad social que permitan elevar el nivel de vida de los pobladores circundantes a los centros empresariales así como de sus mismos trabajadores. Entre los empresarios tenemos que ser conscientes de que el éxito de nuestros emprendimientos no depende de un solo sector sino de todos los que interactúan. Un trabajo más sostenido en lo que es responsabilidad social permite a mediano y largo plazo un mayor equilibrio social en las comunidades así como en el país´.

 

"El éxito también se mide en lo social"

Cristóbal Roda, presidente ingenio Guabirá

 

´Nosotros somos conscientes de que en la actualidad una gestión empresarial exitosa no sólo se mide en términos económicos, sino que se debe actuar con responsabilidad social, se debe tener un impacto social positivo con todos los sectores de interés con los que la empresa se relaciona. Así contribuiremos en la mejora de la calidad de vida de los mismos. Tenemos que entender que es un beneficio porque brinda posibilidades de acceso a mercados externos que valorizan este comportamiento; creemos que en un futuro cercano los consumidores y ciudadanos bolivianos también se darán cuenta y le darán el valor que corresponde. Guabirá ha participado en el proyecto de desarrollo exportador con inclusión; este estudio nos ha demostrado un impacto social positivo´.

 

"Es un compromiso de trabajo ético"

Juan Américo Díaz, gerente RRHH, Exportadores Bolivianos.

 

´La responsabilidad empresarial es el tener conciencia de que las empresas son entes que afectan y son afectadas por diferentes agentes con quienes deben tener un compromiso de trabajo ético y transparente; además, deberán a su vez contribuir positivamente a sus trabajadores, proveedores, clientes, medio ambiente o los agentes y públicos interesados con quienes trabaja y afecta.

 

Sin duda este concepto de empresa social responsable engloba e integra a todas las instancias de desarrollo de la conciencia empresarial; en consecuencia es una fase superior de su desarrollo como buen ciudadano corporativo. Es en los últimos años que se ha desarrollado este último concepto dentro del mundo empresarial, es el concepto de tener empresas socialmente responsables´.

 

Coborse

Una institución surge para apoyar el trabajo

 

En noviembre del año 2004 se crea el Consejo Boliviano de Responsabilidad Social. Está integrado por personas, organizaciones empresariales, ONG, fundaciones e instituciones de cooperación internacional, educativas y empresas involucradas. Tiene tres ámbitos de trabajo: el Consejo como tal, un comité impulsor de la Responsabilidad Social Empresarial y una secretaría técnica a cargo de la Fundación Emprender.

 

La misión es instalar la conciencia sobre la RSE

 

La misión de Coborse es incrementar la participación del sector empresarial, el sector público y la sociedad boliviana en la aplicación de políticas y prácticas relacionadas a la RSE, para la construcción del bien común. El desafío al corto plazo es instalar en las empresas la conciencia y el interés sobre la gestión responsable y en la sociedad el debate sobre este tema. En el largo plazo será una red, señala la página web de esta entidad.

 

Dos ámbitos de acción en responsabilidad social

 

El trabajo de la RSE se despliega en dos campos: En lo interno, las organizaciones deben tomar en cuenta a sus empleados en temas que van desde sus condiciones laborales (salud y seguridad) hasta su capacitación. También transparencia con sus inversionistas. En lo externo, incluye a la comunidad local, los proveedores, los clientes, las autoridades y la sociedad en su conjunto, con temas como el trato, medio ambiente, entre otros.

 

Pacto Global

 

En otro orden, se conoció la semana pasada que un total de 32 firmas bolivianas, entre empresas y organizaciones, entró a formar parte del Pacto Global de responsabilidad social de las Naciones Unidas. El acto estuvo organizado por el Consejo Boliviano de Responsabilidad Social de la Empresa (COBERSE) y la CAINCO.

 

Las instituciones que se incorporaron al Pacto Global son: Amigarse; AON-Bolivia; Banco los Andes; Banco Nacional de Bolivia; Banco de Crédito; Exportadores Bolivianos; FIE FFP S.A; Fundación para la Producción; Fundación Prodem; Fundación Bolivia Exporta y GasTransboliviano, Idepro; Repsol-YPF; Soboce; Tahuamanu; Transredes; Transportadora de Electricidad; Universidad Privada Boliviana; Universidad Técnica Privada de Santa Cruz; Universidad Privada de Santa Cruz; Agrocapital; Fundación Amigos de la Naturaleza; Grupo Kantutani y Multimass Supermercados, La Chonta; BG-Bolivia; Pro Mujer; Prodem FFP; Sinchi Wayna; Fundación Emprender; Empresa Minera Inti Raymi y la Fundación Cultural Guy de Chaza.