La empresa organizó una reunión en Joinville, municipio brasileño del Estado de Santa Catarina, a principios de mayo, con profesionales de Celesc, Elektro, Eletrobrás, CPFL Energia, CEB y Luz para discutir sobre las mejores prácticas en la aplicación del Programa de Eficiencia Energética, que tiene, como uno de los principales frentes, la sustitución de refrigeradores viejos por modelos más eficientes y la reducción del consumo de energía, tanto en el proceso de producción y el rendimiento del producto.

Uno de los temas centrales de la discusión es el hecho de que Brasil tiene actualmente dos millones de consumidores de las clases D y E con refrigeradores con más de 15 años de uso. Para reemplazarlos con nuevos y más económico, la compañía participa en el programa de intercambio patrocinado por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel). A través de esta iniciativa, las distribuidoras de electricidad proponen los consumidores de bajos ingresos devolver los aparatos viejos para cerrar el ciclo de vida del producto.

"Es un gran orgullo para Whirlpool contribuir a un programa que, además de ayudar al medio ambiente mediante la recolección y reciclaje de productos ineficientes, beneficia a muchas familias de bajos ingresos", dijo Evelyn Veronese, gerente general de ventas de Whirlpool América Latina.

En 2015, sólo a través de la asociación con hidromasaje, más de 32.000 familias se han beneficiado, y el objetivo es intercambiar más de 70.000 refrigeradores a finales de este año.

 La compañía ofrece refrigeradores de la marca Consul con un sistema de refrigeración que permite el funcionamiento del dispositivo con el consumo de energía de tan sólo 24 kWh / mes. En el año 2014, Whirlpool negoció más de 80 mil refrigeradores y recogió más de 50.000 dispositivos para su eliminación adecuada a través de una asociación con empresas de reciclaje.