“El contacto de las empresas con niños/as y adolescentes es cotidiano y constante pero no hay conciencia de ello”
Así lo afirma Mercedes Eisele, Oficial de Derechos de Niños, Niñas, Adolescentes y Empresas de UNICEF Argentina. Los avances y desafíos que dejan la primera década de los “Derechos del Niño y Principios Empresariales”, el impacto de la pandemia en la infancia y su relación con el sector privado, su mirada sobre si es un grupo de interés invisibilizado, las propuestas para que las empresas aborden su relación con ellos, y un adelanto sobre el Foro de Empresas por la Infancia y la Adolescencia 2025, fueron algunos de los temas abordados en la entrevista.
¿Qué balance dejan los primeros 10 años de la creación de los “Derechos del Niño y Principios Empresariales”?
En UNICEF estamos haciendo ese análisis internamente. Para ello, hemos desarrollado talleres que nos permitieron hablar y discutir sobre la cuestión de los avances y los desafíos.
Creo que se han producido avances significativos durante esta primera década. Se puede atestiguar esto con el creciente número de empresas que están hablando de sostenibilidad, de derechos humanos, temas relacionados también a derechos de niños/as y adolescentes.
Vemos que hay predisposición de las empresas a empezar a poner sobre la mesa y discutir sobre estos temas que, tanto desde UNICEF como desde los organismos de Derechos Humanos, creemos que es relevante. También vemos avances en los Estados nacionales, a nivel regional, y a nivel global (sobre todo en Europa), en lo que son los Planes Nacionales de Acción sobre Derechos Humanos y Empresas.
Con respecto a lo que está haciendo Europa en materia de debida diligencia de Derechos Humanos y Empresas, vemos que a nivel normativo y a nivel de políticas corporativas hay muchos avances, pero que obviamente eso tarda en traducirse en cuestiones concretas, en los territorios, y en la vida de los ciudadanos, como son los niños/as y adolescentes, que es nuestro caso.
En síntesis, en el análisis interno que hacemos desde UNICEF vemos muchas políticas, temas específicos, prioridades, que son parte de la agenda de UNICEF, que marcan los Principios Empresariales como relevantes en términos normativos, legislativos, de políticas públicas, y de políticas corporativas. Pero todavía vemos muchos desafíos para que eso se traduzca en acciones concretas, en impactos positivos para los derechos de niños/as y adolescentes.
¿Qué impacto ha tenido la pandemia en los derechos de los niños/as y su relación con el sector privado?
La pandemia fue una desgracia a nivel global que produjo muchos impactos en temas de salud y pérdida de vida de millones de personas, que derivó también en una emergencia económica en una gran cantidad países.
Por otro lado, puso en primera plana muchos de los temas que nosotros desde UNICEF veníamos impulsando previo a la pandemia, como hablar de políticas de cuidado, o de conciliación de la vida familiar y laboral, que antes no eran tan evidentes. Si bien muchas empresas hacían bastante, quizás no lo tenían como muy consciente. O tal vez no eran conscientes de que garantizaban derechos no solamente de mujeres trabajadoras sino también de los niños/as que estaban en la ecuación de la familia. Y la pandemia nos hizo poner en primera plana estos temas, que para nosotros son sumamente relevantes.
En UNICEF Argentina venimos abogando por un sistema integral de cuidados hace muchos años y estamos convencidos de que el sector privado tiene un rol clave en la promoción de mejores políticas para garantizar derechos de las mujeres, pero también de los niños/as que tienen a cargo en las familias los trabajadores.
Pero además puso en evidencia otros aspectos que son parte de las prioridades de la agenda de UNICEF. Por ejemplo, el acceso a la salud por parte de los/las adolescentes, sobre todo lo que tiene que ver con salud mental. El mismo es un tema que muchas veces es ninguneado o no considerado como prioritario en las agendas del sector privado, o de los proveedores privados de la salud. Creemos que el grupo etario de adolescentes junto con la salud mental son aspectos a los que vamos a tener que ponerle foco en esta etapa de la pandemia y pospandemia, ya que no podemos dejarlo de lado.
Otro tema es la protección online de niños/as y adolescentes. Sabemos que se intensificó mucho la presencia de lo digital en la vida de los chicos/as, y los entornos digitales no son 100% seguros. Hay todavía mucho para trabajar con quienes son dueños de las plataformas digitales para garantizar la seguridad y la protección de los niños/as en lo digital.
Además, la pandemia también impulsó cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de habilidades para los/as adolescentes. Hoy lo híbrido y las diferentes plataformas nos permiten acceder a cursos, capacitaciones, nos permiten trabajar con empresas que ya tienen una gran oferta en relación a habilidades transferibles y digitales para adolescentes, y para poder llegar a lugares donde antes quizás no lo pensábamos de ese modo.
Por eso destaco que a pesar de que la pandemia generó muchos impactos negativos e implicó una crisis social, por otro lado habilitó a que muchos temas prioritarios para la agenda de UNICEF se hayan puesto en un primer plano, y que permitan que las empresas sean conscientes de que hay que trabajar fuertemente en articulación con nosotros, con el Estado, y con múltiples actores que estamos interesados en promover derechos, en poder impulsarlos, en poder mejorar las políticas, y en poder mejorar los negocios para garantizar derechos.
¿Considera que la infancia es un grupo de interés muchas veces invisibilizado?
El punto de contacto de las empresas con niños/as y adolescentes es cotidiano y constante, pero no hay conciencia de ello. Hay que entender que dentro de los stakeholders los niños/as y adolescentes están en tanto consumidores, trabajadores jóvenes, o en tanto miembros de las comunidades en donde las empresas operan. Por eso es un actor que debería de ser considerado como relevante. Pero todavía el sector privado, o el sector corporativo, no son conscientes de la importancia de este stakeholder como clave.
Además los niños/as y adolescentes son un actor vulnerable, porque cualquier impacto que pueda tener el sector corporativo sobre los niños incide a largo plazo de manera mucho más profunda que en un adulto.
Sin embargo esta cuestión de la vulnerabilidad y de que son un actor clave para las empresas que están en contacto cotidiano con ellos todavía no es algo que las empresas hayan interiorizado, por ejemplo en los análisis de riesgos, o al momento de planificar sus intervenciones como actores sociales.
Sí hay una gran inversión por parte del sector corporativo en temas de salud y educación. Pero quizás no analizan a los niños/as y adolescentes como un actor clave al momento medir los impactos de sus negocios.
Por eso, como decíamos al principio hay avances, hay empresas que demuestran ser punta de lanza en esta agenda del cumplimiento y el respeto de los derechos de niños/as y adolescentes en su negocio. Pero todavía nos queda un largo trecho por recorrer y una gran cantidad de empresas por las cuales tenemos que trabajar para poder avanzar en esta agenda.
Un dato para tener en cuenta: en 2019 hicimos una línea de base representativa del sector privado que opera en Argentina, y demostraba que el 21% de las empresas tiene un nivel de compromiso alto con los derechos de niños/as y adolescentes. Esto significa, por el otro lado, que tenemos un grupo de empresas que tiene un compromiso medio y bajo, que está casi en un 80%. Eso me parece que es un dato clave. Lo bueno de ese estudio es que nos permitió saber dónde están las brechas y los principales desafíos para que el sector privado se convierta en un actor que promueva estos derechos.
¿Cómo pueden las empresas abordar la relación con la infancia?
UNICEF insta con los Principios a que las empresas puedan promover y respetar los derechos de los niños/as y adolescentes. Genera ciertos mecanismos, y prioriza ciertos temas y agendas para que las empresas puedan trabajar fuertemente en esas áreas que tienen que ver con cuestiones puertas adentro de las empresas (como el lugar de trabajo), y cuestiones puertas afuera (como promover temas en el mercado y en las comunidades en donde operan).
Los Principios son generales, globales. Se hicieron hace diez años con Pacto Global y con Save the Children. Lo que hacemos desde UNICEF con los Principios es adaptarlos a las realidades, a las necesidades, y a las prioridades nacionales. Por ejemplo, desde UNICEF Argentina trabajamos directamente con las empresas para generar un entorno propicio en el sector empresario para que se respeten los derechos. Trabajamos con áreas temáticas, y con el objetivo de aumentar el nivel de compromiso por parte del sector corporativo en materia de derechos.
Hay que tener en claro que estos son procesos de mejora continua, que no se puede exigir que vayan al 100% desde el comienzo porque de esa manera se entorpece ese proceso de mejora. Empezamos a articular con empresas para que puedan pensar, por ejemplo, las políticas de cuidado. O para que puedan en ciertos sectores pensar en la promoción de la alimentación saludable, como es el caso del retail donde dentro de sus propios negocios pueden promover este tipo de la alimentación. Al margen de este rubro, hay que tener presente que las empresas en sí mismas pueden promover la alimentación saludable puertas adentro para con sus empleados.
Otros temas tienen que ver con el sector de proveedores de salud privada. Por ejemplo, el acceso a la salud por parte de los/as adolescentes. También la protección online, el marketing y la publicidad que hacen las empresas para que las mismas no tengan estereotipos.
Hay muchos temas que nosotros priorizamos desde UNICEF Argentina considerando los Principios, y a través de los cuales creemos que las empresas pueden empezar a transitar y a evaluar como cuestiones clave para tener en cuenta si están, o no, impactando negativamente; o si realmente con su poder de innovación o su alcance pueden promover activamente y contribuir al cumplimiento de los derechos del niño.
Pero son esas áreas clave que tienen que ver con el lugar del trabajo, con el mercado, y con su comunidad en donde las empresas pueden hacer muchísimo para lo que es la contribución y el cumplimiento de los derechos.
¿Qué nos puede adelantar sobre el Foro de Empresas por la Infancia y la Adolescencia 2025 que se realizará a fin de mes?
El Foro es un espacio y una puerta de entrada para seguir impulsando esta agenda, que tiene que ver con los derechos del niño y las empresas. Para su realización hicimos ocho mesas de diálogo sobre los diferentes temas prioritarios que nosotros identificamos hacia 2025. Esto se enmarca en un programa de cooperación que tiene UNICEF, que va de 2021 a 2025, y que vamos renovando porque vemos que también las prioridades pueden ir evolucionando o cambiando.
Además, organizamos mesas de diálogo en las cuales participaron más de 120 referentes, incluidos referentes del sector empresario, en las cuales los citamos en UNICEF para hablar de qué podía hacer el sector privado, cuál es el rol de UNICEF en esa agenda para articular con ellos, y también para compartir cuáles son las principales brechas que nosotros identificamos dentro de esos problemas y prioridades.
El Foro lo que va a hacer es presentar esos diálogos, tanto desde la perspectiva de UNICEF como de las empresas. Se van a encontrar las voces de ambos actores, van a estar los especialistas de UNICEF presentando las prioridades en materia de infancia, en donde las empresas son un actor clave que pueden contribuir al cumplimiento de los derechos, y por el otro lado van a estar referentes empresariales hablando de cómo ven estos temas internamente, de cómo se puede avanzar para los próximos 10 años, para que aumente el nivel de compromiso de las empresas.
En síntesis, vamos a tener la presentación de las prioridades desde estas dos perspectivas y desde este diálogo de UNICEF con las empresas. Y algo importante que no quiero dejar de mencionar es que vamos a tener un panel de CEOs, de referentes del sector privado, contándonos cómo ven el futuro para los próximos 10 años de los Principios Rectores, que en lo personal espero que los avances sean aún mayores.
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