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Cómo se prepara la industria del seguro para la llegada del auto autónomo

30.01.2018 | Movilidad Sostenible

La comercialización de autos autónomos está a la vuelta de la esquina. Audi, BMW y Volkswagen, y nuevos actores como Tesla, Google o Microsoft, ya están compitiendo para poner el primer vehículo autónomo en funcionamiento y disponible para la venta. Estos avances traen consigo un sin número de controversias impensadas hasta ahora, por ejemplo, definir quién tendrá la responsabilidad ante accidentes viales y a quién se asegurará si el auto no tiene conductor. Para la industria del seguro ésta es una pregunta clave para los próximos años. ComunicaRSE conversó con el equipo de RSE de La Caja Seguros para conocer cómo se está preparando la industria ante los avances en seguridad vial y movilidad sostenible.


Cuando pensamos en el futuro de la movilidad sostenible nos imaginamos a nosotros mismos en autos autónomos, que no necesitan un chofer para ser conducidos y que nos permitan evitar las congestiones de tránsito mientras leemos un libro sin preocuparnos de estar atentos al camino. Algunas de estas promesas se están haciendo realidad, las principales automotrices ya cuentan con la tecnología para que los autos se estacionen solos, o aplicaciones que permiten manejarlos desde un teléfono celular. El sueño del automóvil autónomo es casi una realidad, en la ciudad de Pittsburgh ya está disponible el servicio de UberX, una asociación entre Uber y Volvo, que permiten viajar en autos sin conductor. Asimismo, la Comisión Europea ha señalado que la circulación de camiones autónomos será una realidad en todo el territorio comunitario para 2020. Estos cambios ponen en jaque a la industria del seguro que apoya su modelo de negocios en asegurar al conductor. ¿Qué sucederá cuando no hayan más conductores para asegurar? ¿Será el fin de la historia de los seguros de automóviles como recientemente vaticinaron Bill Gates y Warren Buffethan?

Para Carla Ponce, Gerente de Empleos, Clima Organizacional y RSE de La Caja, el cambio no será tan drástico y se tratará de un cambio en el modelo de negocios y de la forma de establecer el seguro. 

“Algunas empresas aseguran siguiendo un scoring que se mide según los riesgos relacionados con la conducta del conductor. En La Caja aseguramos el auto, no al conductor, es lo que se conoce como asegurar `el casco`. En caso de que se hagan populares los autos autónomos el efecto será según como se establezca el modelo de negocio en cada compañía. Yo supongo que en el futuro, las compañías van a tener que asegurar los cascos, es decir a los autos, y no al chofer. Pero además, y más importante aún, deberán asegurar los daños que ese auto puede causar a terceros. Lo que se llama la responsabilidad civil de terceros. Mientras exista el factor humano, las eventualidades seguirán estando”.

La Caja basa su modelo de negocios principalmente en los seguros para autos, están cerca del millón de seguros vendidos, y su estrategia de RSE es la educación vial. Por lo que inevitablemente los cambios que sucederán en la industria automotriz tendrán un impacto significativo en su negocio. El primer efecto provendrá de la gran promesa detrás de los autos autónomos: la reducción drástica de los accidentes viales. Según un estudio de Insurance Institute for Highway Safety los sistemas de frenado de emergencia automatizados y los autos autónomos reducirían los choques por alcance un 40%.  

Para Carla Ponce estas promesas serán positivas para las empresas de seguros. "El espíritu de cualquier compañía de seguros es la prevención por lo que si los avances tecnológicos de los autónomos prometen una reducción de accidentes éstos serán bienvenidos en la industria del seguro". Pese a esto, Ponce cree que el factor humano siempre estará presente afectando las estadísticas y las reducciones. “Por mucho que avance la tecnología siempre habrán peatones distraídos y las cuestiones culturales harán difícil la incorporación de avances en movilidad sostenible”.

La articulación entre industrias será la clave

Una de las claves para abordar las tendencias futuras en seguridad vial será la articulación entre la industria del seguro y la industria automotriz.  El asunto de la seguridad vial y la reducción de siniestros cobró un nuevo impulso con la aprobación en 2015 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU y la creación en 2017 del primer centro especializado de formación en Seguridad Vial de la ONU. Para alcanzar el ODS  3.6 y reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tránsito hasta el 2020, a nivel mundial, la articulación se propone como clave.

Entendiendo estos desafíos, La Caja organizó en septiembre un Foro de Seguridad Vial Sustentable, en el marco de la Semana de la Movilidad Sustentable que se celebra a nivel mundial. Para ello invitó a participar a empresas automotrices como Mercedes Benz y Volkswagen y presentar sus innovaciones en carpooling, autos híbridos y eléctricos. El foro concluyó destacando la necesidad de articulación entre las corporaciones en pos del logro de mejores resultados y avances en materia de sustentabilidad y seguridad vial.

Pese a esto, Ponce destacó las dificultades y desafíos a la hora de articular con la industria automotriz. “Nosotros buscamos articular a través de nuestro programa de educación vial para escuelas. Algunas automotrices tienen programas parecidos pero con un foco diferente de abordaje. Aún no hemos podido articular las voluntades y creo que es debido a que las empresas aún no sabemos cómo articular. Estamos muy metidas en nuestras actividades, en nuestras estrategias, y aún no encontramos el espacio ni el tiempo para articular. Pero soy optimista, creo que nos falta detectar objetivos en común, concretos y sencillos de abordar”.

En relación con la articulación entre empresas de la industria del seguro, Ponce afirmó que las dificultades son aún mayores. Las diversidad de tamaños, tipo de empresas y localización hacen difícil la articulación. “Aún no trabajamos en equipo con otras empresas de la industria pero tenemos las mejores intenciones. Si bien tenemos objetivos en común con algunas, las líneas de abordaje son diferentes. Asimismo muchas empresas de seguros son del interior del país, son cooperativas o tienen otros modelos de negocio distintos. Es una industria muy diversa lo que dificulta la articulación”.

Ponce destacó que un buen primer paso sería que la Superintendencias de Seguros de La Nación avance en la articulación, como lo hizo aquella vez en 2013 cuando organizó un encuentro y convocó a todas las empresas de la industria a presentar sus prácticas en RSE. “En aquella reunión estábamos todas las empresas de seguros, desde las más chicas a las más grandes. Todas hablando de RSE o de lo que enmarcaron como prácticas sostenibles. Fue una oportunidad única para conocernos y conocer los distintos abordajes de la industria. La Superintendencia es una gran convocante y su impulso podría ayudar a avanzar en la articulación”.

En este encuentro, la Superintendencia presentó el primer diagnóstico sobre responsabilidad social en las entidades aseguradores que destacó que existen más coincidencias que divergencias en materia de responsabilidad social en esta industria. Esto se observa tanto en el significado teórico del término RSE, como en la forma en que ejecutan sus políticas y las características de las acciones o programas que realizan. Pese a esto se observó la ausencia de una política común del sector seguros y una superposición de acciones y actores.

La legislación no acompañará el ritmo de los cambios

Si bien se esperan mayores regulaciones ante la popularización de los autos autónomos, Carla Ponce espera que estas leyes lleguen a contratiempo de las innovaciones. “Los cambios tecnológicos son tan vertiginosos que muchas veces las empresas de seguro deben salir a marcar la línea. Si debo pensar en el futuro creo que debemos tomar el liderazgo presentando buenas prácticas. Esto pasa siempre en la industria, hay veces que muchos productos aún no están contemplados en la regulación y a través de una relación estrecha con la Superintendencia de Seguros se logra avanzar en marcos regulatorios. Esto mismo se espera para los avances en movilidad y tecnología”.

Asimismo se espera que la Argentina siga el ejemplo de Europa y Estados Unidos donde ya se está regulando la circulación de estos vehículos. Por ejemplo, Alemania es la primera en la comunidad europea en permitir la circulación legal de estos vehículos. El panorama en Estados Unidos tiene más larga data que el europeo en esta materia. En 2011 se aprobó la primera autorización de uso de vehículos sin conductor el Estado de Nevada. Hoy ya están habilitadas una treintena de licencias de conducir para prototipos de autos autónomos en el Estado de California.

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