Hoy en día, dentro de las 100 más grandes economías, existen 51 que no son países y que por lo general dependen de 1, 2 o a lo mucho un pequeño grupo de personas: Son corporaciones empresariales. Es claro, que si distinguimos la economía real (la que crea servicios y objetos concretos, la que genera empleo), de la economía financiera o de intercambios virtuales, nos encontramos con que la primera representa un 1% mientras que la segunda representa un 99%.

El capitalismo, con su ley de oferta y demanda, o la regulación automática del mercado propugna a través de organismos internacionales tales como el FMI o los bancos de desarrollo, la adopción de posturas y regulaciones tanto económicas como legislativas que se vendían como modelos gloriosos para salir de la pobreza y el subdesarrollo. Sin embargo, un cóctel peligroso entre las bolsas o el mercado de acciones y el anterior tipo de recetas de los organismos internacionales, están causando el declive de economías débiles pero no inexistentes.

Latinoamérica se presenta como victima del castigo de los inversionistas, el efecto domino que afecta a economías dependientes unas de otras y la probabilidad que los desajustes económicos de distintas partes de la tierra afecten a regiones lejanas, causa duda en los "inversores golondrinas" que se quedan los días suficientes para usufructuar y después marcharse con unas ganancias dobladas o hasta triplicadas.

Que nos deparará el destino?, Habrá algo más allá de lo que conocemos como nuestro modelo económico ideal?. Que pasará cuando esta burbuja explote?

Siguiendo la estela de los mercados bursátiles y las fobias que por estos días embargan a especialistas de la economía real como de la economía virtual, nos encontramos con formas de hacer negocios, de crear empresas pero que cada vez se detienen a pensar en como lo hacen. Como reza el refranero popular: No es solo "la muerte" es la "morida".

Ante este panorama de desconcierto económico existe una forma de invertir que trata de conciliar una actitud responsable ante la sociedad en que vivimos y las ganancias que todos buscamos.

Es el tema de las inversiones éticas o socialmente responsables, que puede parecer trillado para algunos, pero en general es bastante novedoso para la gran mayoría. Esta clase de inversiones abarca 3 nociones:

- La utilización de criterios extrafinancieros en la selección, el mantenimiento y la inversión de dinero. Criterios Negativos, tales como excluir empresas que inviertas o sean generadoras de armas, contaminación, pornografía, alcohol, tabaco, etc. Y Criterios Positivos que promuevan las prácticas de la inversión socialmente responsable, sostenibilidad, respeto por los derechos humanos, laborales, etc...

- La implicación del accionista, su derecho a voto (exigir y actuar). Es el mismo "shareholder activism" inglés.

- La inversión comunitaria o solidaria.

Este tipo de inversiones se caracterizan por garantizar el uso ético del dinero, siendo coherente con los valores éticos y morales del inversor o los objetivos de la organización; por combinar la racionalidad ética con la financiera. Es decir se analiza la viabilidad económica y que sea rentable. Son instrumentos alternativos o complementarios para la financiación de sectores, entidades o proyectos excluidos de la financiación convencional.

Por otra parte esta clase de inversiones fomentan los microcréditos en sectores de población que no tienen acceso a ninguna clase de financiación. Es una forma de hacer dinero pero sabiendo sobretodo que en quien se invierte sigue unos parámetros morales o éticos que no dañan a otras personas. Esta clase de inversiones son bastante populares en Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Holanda, etc., donde la sociedad civil se ha organizado y ha demandado la responsabilidad de las empresas que se lucran, muchas veces con los desequilibrios sociales.

El ser coherentes con nuestra forma de invertir en el corto plazo (ahorros a la vista) crea conciencia de la manera en que nuestros ahorros rendirán respecto a inversiones de más envergadura (fondos de inversión, acciones, opciones).

Muchas de las instituciones que realizan inversiones éticas se fijan en la transparencia y en los códigos éticos o de responsabilidad que manejan las empresas en las que después invertirán. Por otras razones, prácticas a favor de la transparencia han surgido a propósito de los escándalos de Enron, WorldCom, Parmalat, etc. lo cual ha puesto en marcha la maquinaria de muchos países para reforzar la legislación y los acuerdos de "buen gobierno" que deben darse dentro de las empresas.

La doble contabilidad o el maquillaje de los estados financieros le están pasando factura a muchas compañías que siguiendo la estela del ocultar y mantener, para ser más "fuertes" en bolsa o ante sus competidores, están cayendo estrepitosamente en bancarrota.

La responsabilidad con los miembros de la organización, accionistas y beneficiarios de la empresa es un deber que muchas veces se evade en pro de los beneficios económicos. Cuando las organizaciones se deciden a ser transparentes, tanto en su objeto de negocio como en los rendimientos que saca de el todo el mundo gana.

Esperemos que esto no sea una moda pasajera y la concientización del papel de la empresa en la sociedad sea cada vez más comprometido.


Autora:
Alexandra Ospina Giraldo
Comunicaciones
Centro Colombiano de Responsabilidad Empresarial
alexandraospina@ccre.org.co


Si se quiere saber mas sobre esta clase de inversiones visitar la página web: www.iespana.es/inversorresponsable