El aumento en las demandas sociales, cuidado del medio ambiente, respeto a los derechos humanos y desarrollo de los empleados, entre otras, parecen exigir la atención de las empresas.

Muchas veces se piensa que la responsabilidad social de las empresas pasa porque tengan un programa de voluntariado, un acuerdo con una ONG para ayudar a un comedor o que participe de un programa de ayuda a escuelas carenciadas. Esta comprensión está circunscripta a su exclusiva dimensión filantrópica; la RSE compromete a la empresa desde raíces mucho más profundas que el mero asistencialismo o las respuestas a las demandas sociales del entorno.

El contexto latinoamericano nos presenta problemas, tanto en el ámbito económico como en el político y social, que nos hablan de la escasa dirigencia y de la debilidad institucional, nos hacen necesario repensar los roles para plantear un desarrollo sostenido en la región.

Para ayudar a resolver este vacío y la sensación de falta de rumbo, las políticas de RSE que llevan adelante las empresas son una gran oportunidad para mostrar caminos creativos e innovadores que sumen a los diferentes actores sociales, incluidos los gobiernos, para comenzar un proceso de cambio que redunde en una sociedad más equitativa y justa.

Para tener una visión superadora de la sociedad, es necesario que los distintos actores, gobierno, sociedad civil y empresa, se integren coordinadamente para ser facilitadores del desarrollo social.

La crisis desatada en los años 2001 y 2002 destaca la tendencia argentina al individualismo y la desarticulación general entre la sociedad y las instituciones públicas que ha afectado la gestión empresarial, pero al mismo tiempo esta situación ha generado un resurgimiento del interés y compromiso por cuestiones públicas que antes no existía en la sociedad.

Desde el Consejo Empresario de Entre Ríos, entendemos que desde la empresa se puede colaborar de manera eficaz para lograr un proceso de desarrollo sostenible en el tiempo.

La RSE exige contar con empresarios y directivas que pongan en juego su libertad y sus virtudes para que ello sea realidad.