Medir el impacto en el cambio climático
Los programas de cálculo de emisiones se convierten en una verdadera herramienta de márketing al servicio de las compañías, que así demuestran su concienciación ecológica y, en algunos casos, incitan al uso de sus productos.
Los programas de cálculo de emisiones se convierten en una verdadera herramienta de márketing al servicio de las compañías, que así demuestran su concienciación ecológica y, en algunos casos, incitan al uso de sus productos.
Con el auge de la fiebre ambiental, parece que el mundo quiere tomar su temperatura a cada instante. Ya no pasa un día sin que se lance una calculadora ambiental en Internet. Los creadores de estas aplicaciones, tanto instituciones públicas como empresas privadas, parten del principio de que, para reducir sus emisiones, un ciudadano tiene que ser consciente de cuánto contamina en su vida cotidiana.
Entidades como la Unión Europea o, no tan lejanas, la Consejería de Medio Ambiente de Cantabria, ponen a disposición de los ciudadanos sistemas para calcular sus emisiones de gases de efecto invernadero. Mientras el programa cantábrico está disponible en Internet, la UE, más pragmática, ha lanzado un sistema, MobGAS, que permite a los usuarios europeos recibir directamente en su teléfono móvil el nivel y la evolución diaria, mensual y anual, de la contaminación que emiten. "El objetivo es que las personas se den cuenta de que todos sus actos y sus pequeñas decisiones contribuyen al calentamiento global", señaló la portavoz de la Comisión, Antonia Mochan el pasado noviembre, según informa Efe. Desde entonces, "ya ha habido 3.500 descargas del programa y 1.000 usuarios están registrados en la página web", explica Tiago Pedrosa, del equipo de MobGAS.
Las empresas privadas también han irrumpido en este mercado, mayoritariamente gratuito. En la mayoría de los casos, su objetivo es convencer al público de su alto grado de concienciación ecológica. Éste es el caso de Iberdrola, que lanzó el pasado enero el programa Huella Verde en su página en Internet.
Para otras empresas, la calculadora ecológica es un medio para ganar clientes. Éste es el caso de WebEx, filial de Cisco especializada en aplicaciones corporativas en Internet, que ha lanzado, hace algunas semanas, un programa capaz de medir el impacto ambiental de los viajes de negocios. Con este programa, la compañía quiere convencer las empresas de que organicen reuniones online en vez de viajes de negocios, lo que les permitirá cuidar del entorno y ahorrar tiempo y dinero.
Parece que el público ha cogido el gusanillo de las matemáticas y que le gusta calcular sus emisiones. No obstante, al ser las calculadoras de dióxido de carbono (CO2) una herramienta recién introducida en el mercado, aún no se sabe cuál es su impacto en la reducción de emisiones. Según los datos de Iberdrola, la calculadora de Huella Verde ya cuenta con 10.337 participantes. Éstos han alcanzado una reducción del 0,84% de la meta fijada por el programa, con un recorte de 570,13 toneladas de CO2.
Eficacia
Por otra parte, Electrolux, grupo sueco de electrodomésticos, ha realizado un informe sobre la eficacia de una aplicación, puesta a disposición de sus empleados hace un año, para calcular las emisiones de los viajes de negocios. Según este informe, el 54% de los empleados ha usado alguna vez la calculadora y un 19% afirma que la aplicación ha sido la razón principal por la que han sustituido algunos de sus viajes por multiconferencias.
Consejos calculados
- Entre los consejos de 'MobGAS' para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), figuran la utilización de bombillas de bajo consumo, y un mejor uso de la climatización.
- 'Huella Verde', de Iberdrola, propicia a sus participantes manuales de acciones ecológicas para cada estación.
- Un equipo ahorra 27,04 toneladas de CO2 al hacer su formación online, lo que equivale al viaje de doce personas de Londres a Munich, según los responsables de WebEx.
(Cinco Días)