Piden cierre de fábrica de un proveedor
La empresa de indumentaria de origen español Zara ordenó el cierre de una fábrica en Bangladesh que pertenece a uno de sus proveedores luego de que trabajadores de la planta se quejaron a la BBC sobre las condiciones laborales en el lugar.
Impulsadas por una investigación de la BBC, una inspección de las premisas de la fábrica en la capital bengalí, Dhaka encontró condiciones laborales "muy pobres".
Según Inditex, la empresa propietaria de la marca Zara, la fábrica no produce prendas para ellos, pero sí es propiedad de uno de los proveedores de las tiendas de ropa.
Inditex ordenó a ese proveedor que cierre la fábrica, que se ubique a sus trabajadores en nuevos empleos y que se permitan sindicatos en el resto de sus plantas.
"Abuso"
Una trabajadora de la fábrica le dijo a la BBC que "la condición general de la fábrica no es buena; hay abusos verbales y también abuso físico".
"Si cometemos un mínimo error, nos golpean o nos los deducen de nuestros salarios", dijo. Otra mujer dijo que no podían dejar la empresa porque les debían sueldos atrasados.
"Si me voy sin permiso no me van a pagar los sueldos atrasados. Ése es el problema. No es fácil dejar la fábrica", dijo la mujer. Ambas dijeron que habían trabajado en prendas para Zara.
"Sorprendido"
El titular de responsabilidad social de Inditex, Javier Chercoles, le dijo a la BBC que Zara no estaba al tanto de que estuviese comprando prendas de esa fábrica en los últimos cinco años.
Como resultado de las acusaciones, Chercoles viajó a Bangladesh y visitó la planta en Dhaka.
Dijo que le había tomado un tiempo que le permitiesen entrar al establecimiento, pero, cuando pudo, descubrió que allí no se producían prendas de Zara, aunque sí prendas de otras marcas internacionales. Chercoles dijo que le sorprendió lo que vio.
"La fábrica está en condiciones muy pobres. No hay evidencia de que en esa fábrica se hayan producido prendas de cualquiera de las siete marcas de Inditex," dijo Chercoles.
"Estaba lleno de marcas que producían ahí, marcas internacionales, pero no de Inditex", explicó.
"Limpieza"
Sin embargo, lo que descubrió Chercoles es que ésta era una fábrica asociada a otra que sí produce prendas para Zara en la que -según Inditex- las condiciones son mucho mejores.
Las dos fábricas no están cerca entre ellas, pero Chercoles admitió que era posible que se haya transferido parte de la producción de una a la otra sin la autorización ni el conocimiento de Inditex.
Chercoles le dijo al dueño que si Inditex sigue siendo un cliente debe "corregir" la situación, cerrar la planta y transferir el personal a otra planta.
"Si este señor quiere ser nuestro socio en el futuro, tiene que cerrar la fábrica porque es como una gangrena", dijo Chercoles.
Observadores
El dueño de la fábrica proveedora ha acordado cerrarla y reubicar al personal en otras plantas antes del 25 de septiembre.
Además, ha firmado un acuerdo que asegura que los trabajadores serán protegidos, que el proceso será supervisado por observadores independientes y que se reconocerá y permitirá a los sindicatos. Esos observadores ya están trabajando en las plantas.
Un portavoz del proveedor dijo que no estaban al tanto del abuso verbal y físico que mencionaron las trabajadoras entrevistadas por la BBC.
"Proveeremos transporte a quienes quieran transferirse a las otras plantas, y cualquier trabajador que decida libremente que no desea transferirse recibirá su remuneración completa", dijo el portavoz.
Según la especialista en asuntos empresariales de la BBC, Caroline Bayley, la serie de decisiones que tomó Inditex después de enterarse de las acusaciones que difundió la BBC demuestran lo sensible que son los vendedores minoristas a las condiciones laborales en las fábricas de sus proveedores.
Según Bayley, saben que los consumidores están cada vez más alertas de cómo y dónde se producen sus prendas baratas: por ello, sienten que su reputación está en juego.
(BBC Mundo)