La inversión responsable no despega por desconocimiento

22.08.2011 | Europa

La principal razón de la falta de tirón de la inversión con valores es su desconocimiento, de acuerdo con un estudio realizado por Economistas sin Fronteras y presentado en las II Jornadas de Inversión Socialmente Responsable en España. Así, el 36,8% de los inversores particulares no conocen la ISR y, aunque el 93% de las gestoras saben de su existencia no la utilizan para construir sus carteras. Los menores de 35 años conocen menos esta inversión que los mayores. Los hombres son más proclives que las mujeres a invertir en finanzas éticas.


 

Estos datos coinciden con otros estudios realizados por Funcas y la Universidad San Pablo, que también han puesto de manifiesto la ignorancia de este tipo de inversión por parte de las organizaciones sociales y religiosas, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito. Además, los inversores institucionales no tienen confianza en su calidad técnica.
'La sensibilización e información a la población general fomentaría el desarrollo de este tipo de inversión', matiza Beatriz Fernández Olit, del área de Responsabilidad Social Corporativa de Economistas sin Fronteras.
Opinión similar tienen en la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), que consideran fundamental realizar publicidad de los fondos éticos. Itziar Marín, su responsable de estudios, cree que 'no se puede olvidar la necesidad de aportar información clara, precisa, transparente y rigurosa de las finanzas con valores'. Los fondos de inversión son los productos financieros éticos que más aceptación tienen.
Dada la fuerte bancarización en España, uno de los acicates para impulsar la ISR sería la recomendación del banco o asesor de estos productos, según se desprende de los informes sobre demanda.
En esta línea, Alberto Sánchez Beltrán, director de instituciones privadas de Santander adelantó la 'voluntad clara de su banco de promover y distribuir productos potentes que inviertan de forma sostenible'. 'El objetivo, dice, es acercar la oferta al mayor número posible de usuarios finales y que la gama ética no sea una mera operación de imagen'.
Por su parte, la Administración pública está decidida a apoyar esta iniciativa. Así, el vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, anunció que una parte del fondo de reserva de la Seguridad Social, con un patrimonio de 40.000 millones de euros se invertirá con criterios socialmente responsables cuando se externalice. Aunque sea un porcentaje menor 'supondrá un gran impulso para la ISR', puntualizó. Adelantó también que en la misma Web de la CNMV se añadirá en breve un acceso directo a los fondos ISR, con el fin de hacer mucho más visible este tipo de gestión de fondos, 21 registrados hasta el momento, uno de ellos de inversión libre.
Fonditel, la gestora de pensiones del grupo Telefónica, añadió que dedica algo más del 1% del patrimonio de los planes de pensiones a invertir con estos criterios.
Arenillas también insistió en que 'los inversores con su derecho al voto pueden ser activos y exigir que sigan prácticas acordes con determinados valores éticos y sociales'.
Cada vez hay más gestores tradicionales que tienen en cuenta los criterios socialmente responsables, pues aportan sostenibilidad a la cartera de inversión a medio y largo plazo. 'Si se hubiese seguido más la información extrafinanciera se podrían haber evitado riesgos como el de Enron o Parmalat', asegura Laura Albareda, analista investigadora del Instituto de Innovación Social Esade. Para Javier Ruiz, responsable de Dexia en España, 'la gestión sostenible es beneficiosa a largo plazo, pues el crecimiento económico debe respetar los intereses de todas las partes implicadas: empleados, clientes, inversores, proveedores, medio ambiente y sociedad'.
Menos éticos y más empresariales
Los inversores españoles no están tan preocupados por los aspectos más éticos de la ISR, ligadas a la exclusión de algunas actividades (pornografía, alcohol, tabaco, armamento) como por la transparencia y valoración de las compañías, según el último estudio de Economistas sin Fronteras. Sobre los comportamientos empresariales en los que los partícipes no estarían dispuesto a invertir serían aquellos que violaran los derechos humanos, que supusieran algún tipo de discriminación o que realizaran prácticas laborales poco seguras. Los inversores también serían reacios a colocar el dinero en empresas contaminantes, que efectuaran emisiones o que degradaran el medio ambiente.
La irresponsabilidad se paga con creces Así, el 84% de los inversores vendería inmediatamente las participaciones, incluso a costa de perder rentabilidad, si descubriera que la empresa se comporta de manera irresponsable, vulnerando derechos humanos o provocando desastres ecológicos.
Respecto a los mecanismos de calificación ética más fiable, destaca la presencia de un comité ético con expertos independientes, valorado por el 61% de los encuestados. Le sigue la valoración dada a las agencias de calificación como Eiris, SAM, Sirigroup (31%) y, por último, las referencias a índices éticos como FTSE4Good o a Dow Jones Sustainability (8%).
(Cinco Días)

Estos datos coinciden con otros estudios realizados por Funcas y la Universidad San Pablo, que también han puesto de manifiesto la ignorancia de este tipo de inversión por parte de las organizaciones sociales y religiosas, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito. Además, los inversores institucionales no tienen confianza en su calidad técnica.
'La sensibilización e información a la población general fomentaría el desarrollo de este tipo de inversión', matiza Beatriz Fernández Olit, del área de Responsabilidad Social Corporativa de Economistas sin Fronteras.
Opinión similar tienen en la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), que consideran fundamental realizar publicidad de los fondos éticos. Itziar Marín, su responsable de estudios, cree que 'no se puede olvidar la necesidad de aportar información clara, precisa, transparente y rigurosa de las finanzas con valores'. Los fondos de inversión son los productos financieros éticos que más aceptación tienen.

Dada la fuerte bancarización en España, uno de los acicates para impulsar la ISR sería la recomendación del banco o asesor de estos productos, según se desprende de los informes sobre demanda.
En esta línea, Alberto Sánchez Beltrán, director de instituciones privadas de Santander adelantó la 'voluntad clara de su banco de promover y distribuir productos potentes que inviertan de forma sostenible'. 'El objetivo, dice, es acercar la oferta al mayor número posible de usuarios finales y que la gama ética no sea una mera operación de imagen'.

Por su parte, la Administración pública está decidida a apoyar esta iniciativa. Así, el vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, anunció que una parte del fondo de reserva de la Seguridad Social, con un patrimonio de 40.000 millones de euros se invertirá con criterios socialmente responsables cuando se externalice. Aunque sea un porcentaje menor 'supondrá un gran impulso para la ISR', puntualizó. Adelantó también que en la misma Web de la CNMV se añadirá en breve un acceso directo a los fondos ISR, con el fin de hacer mucho más visible este tipo de gestión de fondos, 21 registrados hasta el momento, uno de ellos de inversión libre.
Fonditel, la gestora de pensiones del grupo Telefónica, añadió que dedica algo más del 1% del patrimonio de los planes de pensiones a invertir con estos criterios.
Arenillas también insistió en que 'los inversores con su derecho al voto pueden ser activos y exigir que sigan prácticas acordes con determinados valores éticos y sociales'.

Cada vez hay más gestores tradicionales que tienen en cuenta los criterios socialmente responsables, pues aportan sostenibilidad a la cartera de inversión a medio y largo plazo. 'Si se hubiese seguido más la información extrafinanciera se podrían haber evitado riesgos como el de Enron o Parmalat', asegura Laura Albareda, analista investigadora del Instituto de Innovación Social Esade. Para Javier Ruiz, responsable de Dexia en España, 'la gestión sostenible es beneficiosa a largo plazo, pues el crecimiento económico debe respetar los intereses de todas las partes implicadas: empleados, clientes, inversores, proveedores, medio ambiente y sociedad'.

Menos éticos y más empresariales
Los inversores españoles no están tan preocupados por los aspectos más éticos de la ISR, ligadas a la exclusión de algunas actividades (pornografía, alcohol, tabaco, armamento) como por la transparencia y valoración de las compañías, según el último estudio de Economistas sin Fronteras. Sobre los comportamientos empresariales en los que los partícipes no estarían dispuesto a invertir serían aquellos que violaran los derechos humanos, que supusieran algún tipo de discriminación o que realizaran prácticas laborales poco seguras. Los inversores también serían reacios a colocar el dinero en empresas contaminantes, que efectuaran emisiones o que degradaran el medio ambiente.
La irresponsabilidad se paga con creces Así, el 84% de los inversores vendería inmediatamente las participaciones, incluso a costa de perder rentabilidad, si descubriera que la empresa se comporta de manera irresponsable, vulnerando derechos humanos o provocando desastres ecológicos.
Respecto a los mecanismos de calificación ética más fiable, destaca la presencia de un comité ético con expertos independientes, valorado por el 61% de los encuestados. Le sigue la valoración dada a las agencias de calificación como Eiris, SAM, Sirigroup (31%) y, por último, las referencias a índices éticos como FTSE4Good o a Dow Jones Sustainability (8%).
(Cinco Días)