El empresariado español sale al cruce de la regulación de la RSE
Durante el Foro sobre RSE de la Confederación española de Organizaciones Empresarias (CEOE), el secretario general de esta entidad manifestó que “la Responsabilidad Social Empresarial, bien entendida, no es regulación” y destacó que la voluntariedad es uno de los principios básicos de la misma, “que debe ser aceptado en su integridad”. Destacó que las regulaciones afectarían especialmente a las pymes al aumentar las cargas administrativas.
José María Lacasa, secretario general de CEOE abrió el Foro “Situación actual y perspectivas de la RSE” afirmando en contra de la regulación de la RSE ya que “la Responsabilidad Social Empresarial, bien entendida, no es regulación”.
Lacasa defendió la idea de que las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial, “refuerzan la competitividad de las empresas, mejorando su posición en el mercado”, por lo que es necesario, en su opinión, intensificar “el conocimiento de los objetivos que una gestión estratégica de la RSE puede presentar en términos de creación de valor añadido, mayor reputación, atracción de clientes, innovación social, retención y fidelidad de empleados y clientes y atracción de la inversión”.
En su intervención, se refirió también al documento “Propuestas empresariales en el ámbito de la RSE” elaborado por la Comisión de Responsabilidad Social Empresarial de CEOE, en el que se destaca que el valor añadido de la RSE radica en su vinculación con la propia competitividad empresarial.
“Una vinculación –aseguró José María Lacasa– que no pueden crear las instituciones o poderes públicos a través de una regulación o normativa complementaria”. Explicó que el valor de las prácticas de RSE se debe a que han surgido de manera natural y voluntaria, como consecuencia de nuevas sensibilidades sociales y no por la decisión de los poderes públicos.
Para el secretario general de CEOE, “la RSE no es una cuestión de rendición de cuentas”, de ahí que resulte prioritario evitar “la profusión y dispersión de iniciativas legislativas que convierten a la RSE en obligatoria, perjudicando especialmente a las pymes pues aumentan las cargas administrativas y conllevan a la fragmentación de la unidad de mercado, limitando la capacidad de competir de las empresas en mercados globales”.
Por ello, aseguró que es necesario “preservar las reglas del juego y no convertir algo voluntario en obligatorio”, para lo que es preciso delimitar la responsabilidad de las empresas y de los poderes públicos, grupos de interés o ciudadanos, “reforzando y realizando una llamada a la responsabilidad de todos”.En la actualidad, concluyó José María Lacasa, la vinculación de la RSE con la propia competitividad empresarial “resulta determinante” y el “papel de impulso por parte de las empresas, fundamental”.
En términos similares se expresó el presidente de la Comisión de RSE de CEOE, Juan Pablo Lázaro, quien subrayó la necesidad de fomentar el espíritu emprendedor dentro de la responsabilidad social empresarial, cumplir la ley de morosidad y profundizar en la unidad de mercado.
Además, en el Foro organizado por CEOE intervinieron Jesús de la Morena, socio de Garrigues, con una ponencia titulada "Las líneas directrices para multinacionales de la OCDE, derechos humanos y empresa"; Ramón Jáuregui, diputado del PSOE, que se encargó de exponer las tendencias actuales en materia de RSE, y Francisco Fonseca, director de la Oficina de Representación de la Comisión Europea en España, quien analizó la estrategia de la propia Comisión sobre Responsabilidad Social Empresarial.
La clausura corrió a cargo de Miguel Ángel García Martín, director general del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la RSE, quien se refirió a las iniciativas del Gobierno y, especialmente, al futuro Plan Nacional de RSE, y de Juan Pablo Lázaro Montero de Espinosa.