La nueva versión de la norma LEED de construcción verde divide a la industria en EEUU
La aplicación de la norma LEED en la construcción de edificios gubernamentales en Estados Unidos ha abierto una brecha entre las grandes constructoras y la industria química. La sueca Skanska dimitió como miembro de la Cámara de Comercio de EE.UU. “en protesta por el apoyo de la organización a una iniciativa dirigida por la industria química para prohibir efectivamente la utilización futura de LEED para los edificios del gobierno”.
“No vamos a ser parte de una organización que apoya a la Coalición Americana de Edificios de Alto Rendimiento (AHPBC), que alberga el Consejo Americano de Química y se opone a la aplicación de un programa nuevo, más fuerte, de la certificación LEED (LEEDv4). LEEDv4 fomenta la transparencia en la información de la composición química de los materiales de construcción”, expresó el CEO de la empresa en un duro comunicado.
El AHPBC ha sido muy crítico del proceso de aprobación de la nueva norma LEED para la construcción sostenible, objetando la poca transparencia y participación en la toma de decisiones. Sus principales miembros son asociaciones vinculadas con la industria química aplicada a la construcción.
Estas empresas químicas y petroquímicas grandes, respaldados por la Cámara de Comercio, combatieron a los nuevos estándares y crearon su propio grupo de apoyo para luchar por alternativas al nuevo código LEED. Este grupo dice que las nuevas normas se elaboraron con poca experiencia científica y amenazan con excluir a un montón de materiales de construcción avanzados de edificios verdes.