El relevamiento de accesibilidad es aplicable para personas con discapacidad motriz permanente o temporaria; pueden ser edificios o ámbitos urbanos, públicos o privados ligados a actividades educacionales, sociales, laborales, comerciales y/o gubernamentales.

El proceso de certificación consiste en una primera evaluación del lugar desde un punto de vista práctico a cargo de un evaluador o equipo de evaluadores. Como resultado se genera un informe y a través de un comité se otorga la certificación de accesibilidad, con una validez de cinco años. En caso de que diera negativa se aclararán las objeciones para que sean corregidas en un plazo acordado y nuevamente evaluadas.

ALPI junto a diversas instituciones especializadas y con el aporte de Fundación Rumbos, se han realizado encuestas presenciales y a través de internet a mujeres y hombres de entre 22 y 92 años que utilizan sillas de ruedas, residentes en el área Metropolitana de Buenos Aires: 49% de hombres y 51% de mujeres, de entre 22 y 92 años; 56% residentes en el C.A.B.A. y 44% en el Conurbano, para entender los obstáculos que enfrentan las personas en silla de ruedas.

Esta reveló que existen actividades que querrían realizar y no pueden por cuestiones que les impiden el acceso al lugar o a los baños en cines, teatros, eventos deportivos, recitales, restaurantes, etc. Aparte de lidiar con la dificultad de trasladarse hasta estos sitios.La iniciativa de certificación de accesibilidad facilitará nuevas oportunidades de relacionamiento y favorecerá a la integración de personas con discapacidad. Además mejora la organización interna del lugar en cuestión, optimizando la gestión de recursos y ayuda a alcanzar un mayor nivel de satisfacción entre empleados y usuarios. Por último, proyecta una  diferenciación respecto a organizaciones no accesibles.