Curitiba, Río de Janeiro y Salvador, en Brasil; Bogotá, en Colombia; Quito, en Ecuador; Caracas, en Venezuela; Buenos Aires y la Ciudad de México presentaron un plan de reemplazo de transporte escalonado. Al 2020 un total estimado de 115.000 vehículos de transporte público serán eficientes y 40.000, o el 35 por ciento, dejarán de usar combustible.

Se espera que el programa reduzca 435.000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero cada año.

C40 Ciudades anunció los resultados de un programa piloto (abril de 2013) que midió el desempeño de 17 autobuses híbridos y eléctricos en las ciudades brasileñas de Bogotá, Río de Janeiro, San Pablo y Santiago de Chile.

Mauricio Osses, un consultor de ingeniería en el Centro de Investigación Internacional sobre Sostenibilidad, dijo: "La tecnología, que combina diesel y electricidad, registró un 26 por ciento menos de emisiones de dióxido de carbono que los vehículos que utilizan diesel."

En Lima, la capital peruana, el nuevo sistema de transporte público Metropolitano, es alimentado con gas natural, similar a los sistemas de Caracas, Cartagena y Medellín.

Nicolás Estupiñán, especialista en transporte del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), dijo que la red de Lima es el "sistema más avanzado a la hora de desplegar una flota limpia."

CAF está apoyando un programa en México para convertir 20.000 de los 30.000 autobuses que actualmente utilizan diesel en vehículos limpios.

Otro proyecto de referencia está en marcha en la Argentina que pretende desarrollar el hidrógeno como vector de combustible y energía. El proyecto vincula todas las instituciones de investigación de hidrógeno en todo el país para desarrollar la tecnología que se puede utilizar para los vehículos y las instalaciones fijas.