Reutilizar residuos eléctricos y electrónicos da mayores ventajas que reciclarlos
El proyecto europeo ecoRaee, desarrollado por la Universidad de Vigo en colaboración con las empresas Revertia y EnergyLab, demuestra que reutilizar los RAEE en lugar de reciclarlos ahorra 45 euros por cada unidad funcional en costes medioambientales. Otra de las ventajas de un ordenador reutilizado es que tiene una media de siete años de vida, frente a cinco del nuevo.
«Demostramos algo que se intuía y que la Unión Europea estaba esperando, que a reutilización es más eficiente, pero buscamos probar esto con números, con datos, calculando hasta el último gasto», explicó ayer el vicerrector de Transferencia, José Antonio Vilán, durante la presentación de las conclusiones.
Para llegar a esta conclusión y a otras como que el coste de desmontar y preparar los aparatos es de seis euros, los investigadores han desarrollado una minuciosa labor durante tres años. La valoración de los costes ha llegado al extremo de reflejar hasta el mínimo detalle, como el consumo eléctrico del taladro cada vez que se usaba.
La mitad del presupuesto del proyecto vigués, cifrado en 1,2 millones de euros, fue aportado por la Unión Europea dentro del programa Life.
El objetivo general de ecoRaeees era la caracterización y demostración de un proceso industrial de preparación para reutilizar equipos electrónicos con el fin de promover estándares para la transposición de la normativa europea y contribuir a un alto nivel de separación de estos residuos (entre el 45 % y el 65 % en los próximos años).
Por parte de la Universidad participaron cinco departamentos de las ingenierías Mecánica, Eléctrica, Informática, Economía Aplicada y grupo REDE y Derecho Ambiental, junto con la oficina de Medio Ambiente.
La preparación de las piezas reutilizables tuvo lugar en dos islas, una de ellas situada en Revertía y la otra en la propia Universidad. Una vez montados los ordenadores fueron donados a oenegés. En total, se calcula que entre las dos islas se pudieron reutilizar más de mil aparatos. La idea es que las islas continúen funcionando, tras la finalización del proyecto para que la oficina de Medio Ambiente los siga recuperando y donando.
Otra de las ventajas de un ordenador reutilizado es que tiene una media de siete años de vida, frente a cinco del nuevo.
El proyecto incluyó cuatro demostraciones. La primera consistió en usar la CPU como unidad central de adquisición de datos y control. Este prototipo se ha implantado en la Escuela de Ingeniería Industrial y permite controlar la iluminación y el aire acondicionado de las zonas comunes. La segunda se centró en el diseño de clústeres de ordenadores, creando equipos muy potentes a partir de CPU en desuso, que funcionan en paralelo para operaciones de cálculo matemático muy potentes como las relacionadas con la genética.
La tercera demostración empleó los equipos como seguridad perimetral para proteger redes de intranet controlando el acceso desde Internet.
Finalmente, la cuarta consistió en hacer nuevos ordenadores a partir de piezas utilizables y con la instalación de software libre.
Obligación de recoger sin comprar
José Antonio Vilán destacó la necesaria colaboración de las autoridades para mejorar la legislación, de forma que facilite la reutilización y la concienciación de la sociedad. En la actualidad la mayoría de los ordenadores se reciclan, no se reutilizan. Como ejemplo de la falta de conocimiento en este campo el vicerrector explicó que las empresas fabricantes están obligadas a recoger los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE), algo que los consumidores desconocen. Hasta ahora cuando se compraba un electrodoméstico el vendedor debía acceder a recoger el viejo. En la actualidad, con la entrada en vigor del nuevo real decreto del 2015, debe recogerlo aunque no se compre uno nuevo.