El lobby de Bayer y BASF bloquea prohibición de sustancia peligrosa
Un informe de la ONG Corporate Europe Observatory muestra como las acciones de lobby de BASF y Bayer bloquearon en la Comisión Europea la prohibición de un componente presente en plásticos y cosméticos al que se considera altamente dañino para salud humana.
Los disruptores endocrinos (EDC) son sustancias que se encuentran en productos de consumo diario, desde plásticos y cosméticos, hasta plaguicidas. Debido a su capacidad de interactuar con el sistema endocrino de los seres vivos, se sospecha que ocasionan graves efectos sobre la salud y el medio ambiente.
La normativa de la UE exige la adopción de medidas y establece plazos claros para su cumplimiento. De acuerdo a estas reglas, si una sustancia se identifica como disruptor endocrino, debe prohibirse. Actualmente las sustancias químicas se evalúan siguiendo los procedimientos de evaluación de riesgos para establecer niveles de exposición seguros. Sin embargo, en el caso de los disruptores endocrinos, “puede que sea imposible establecer niveles seguros”, según reportes científicos citados por la ONG.
La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea estaba encargada de establecer una serie de criterios para definir ’qué es un disruptor endocrino’. El lobby de la industria química se opuso activamente a la posible prohibición de algunos EDC.
Los principales grupos de lobby involucrados fueron los de la química y de plaguicidas (CEFIC y ECPA), y las corporaciones a la cabeza del lobby fueron BASF y Bayer
“Los principales grupos de lobby involucrados fueron los de la química y de plaguicidas (CEFIC y ECPA), y las corporaciones a la cabeza del lobby fueron BASF y Bayer. Pero encontraron aliados en varios Estados miembro, en la Comisión Europea y en el Parlamento Europeo”, dice el informe.
Las principales tácticas de lobby empleadas incluyeron intentos de minar y desacreditar informes científicos independientes, mientras promovían estudios de la industria como la única fuente fiable.
El reporte también señala que las empresas presionaron a otras Direcciones Generales en la Comisión Europea para que se enfrentaran a la de Medio Ambiente y crearon alarma sobre el daño económico que la industria sufriría.
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