Unilever inauguró un centro comunitario con acceso al agua segura en Formosa
A través del proyecto #AguaParaCrecer y gracias al trabajo en conjunto con la Fundación Avina y Fundación Gran Chaco, la marca Cif promueve el desarrollo de 1.300 mujeres de 10 comunidades originarias del Gran Chaco Americano.
Cif Lavavajillas, marca de Unilever, finalizó en la comunidad de El Churcal (Formosa) la construcción de un centro comunitario con acceso permanente al agua segura y equipado para procesar lana de oveja en el marco de su programa#AguaParaCrecer. La iniciativa facilita la fabricación de artesanías, una de las principales fuentes de ingreso de esta comunidad, donde las mujeres artesanas debían caminar entre 3 y 4 horas diarias para acceder al agua con la que lavar y teñir las lanas.
La marca trabajó en forma conjunta con COMAR (Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco), Fundación Avina, Fundación Gran Chaco y el gobierno provincial con el objetivo que estas comunidades puedan desarrollarse y ser autosustentables. Para garantizar la calidad del agua que provee el centro comunitario y gracias al apoyo de Proyecto Agua Segura, se instaló un filtro comunitario que cuenta con el respaldo de la OMS por cumplir los más altos estándares de protección sanitaria, asegurando así que el agua que se use para consumo sea 100% limpia y libre de virus, parásitos y bacterias.
"El proyecto se enmarca dentro del Plan de Vida Sustentable de Unilever, y de la plataforma de sustentabilidad que Cif viene trabajando globalmente. Puntualmente esta acción en Argentina corresponde a una estrategia de hacer de la sustentabilidad algo cotidiano y que a su vez forma parte del negocio de Unilever", comentó Nidia Boggio, Directora de Marketing Global de Unilever.
El acceso al agua también permitió la instalación de 6 huertas comunitarias para autoconsumo y comercialización, que se encuentran en las comunidades de El Churcal, Lote 8, María Cristina, Santa Teresa, Vaca Perdida y La Rinconada para mejorar el acceso y consumo de alimentos sanos, contribuyendo así a la nutrición y seguridad alimentaria de estas comunidades. Las huertas, que contemplan un programa de capacitación sobre su cuidado y monitoreo, cuentan con un plan de negocios que permiten generar un ingreso anual de alrededor de 430 mil pesos y promueven la reinserción laboral de los hombres de la comunidad.
Por otro lado, se instalaron 3 almacenes y se abastecieron un total de 5 con productos de higiene, alimentación y cuidado del hogar que hasta ahora solo podían obtener una vez al mes en la ciudad de Juárez, a 80 kilómetros de su comunidad.
Por último, las 1.300 mujeres se están capacitando sobre manejo del agua, salud y alimentación sana, al tiempo que aprendieron un cancionero en lengua wichi y otro en lengua qomel’ec para difundir lo aprendido en las escuelas y comunidades. Además, se elaboró una cartilla bilingüe sobre salud y gestión del agua con motivo de una campaña de salud ambiental que alcanza a 6.500 personas.
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