El Papa Francisco criticó la cultura del descarte del capitalismo
Durante el Congreso Internacional sobre "Economía de Comunión", promovido por el Movimiento de los Focolares, el Papa Francisco se pronunció contra la lógica del capitalismo que continúa produciendo los descartados que debería curar. "El principal problema ético de este capitalismo es la creación de descarte para después tratar de ocultarlo para que no se vea. Una grave forma de pobreza de una civilización es no lograr ver más a sus pobres, que primero son descartados y luego escondidos", expresó.
Refiriéndose al dinero, el Santo Padre resaltó que, “es muy importante que al centro de la economía de comunión esté la comunión de los bienes”. No se puede comprender el nuevo Reino inaugurado por Jesús, precisó el Pontífice, si no nos liberamos de los ídolos, de los cuales uno de los más poderosos es el dinero. Ciertamente el dinero es importante para la vida como un medio, dijo el Papa, pero se hace un ídolo cuando se convierte en un fin. Ya que, “la avaricia, que no por casualidad es un vicio capital, es pecado de idolatría porque la acumulación de dinero en sí mismo se convierte en el fin del propio actuar”. La ‘diosa fortuna’ es cada vez más la nueva divinidad de las finanzas y de todo el sistema de oportunidades que está destruyendo millones de familias en todo el mundo. “Se entiende entonces – subrayó el Papa – el valor ético y espiritual de su opción de poner los bienes en común. Y el mejor modo y más concreto para no hacer del dinero un ídolo es compartirlo con los demás, sobre todo con los pobres, o para hacer estudiar y trabajar a los jóvenes, venciendo la tentación de la idolatría con la comunión”.
Durante otro pasaje de su exposicíon, el Papa resaltó el rol que tienen los impuestos dentro de esta cosmovisión: “La razón de ser de los impuestos se encuentra también en esta solidaridad, que es negada por la evasión fiscal y que antes que ser un acto ilegal es un acto que niega la ley fundamental de la vida: el socorro recíproco”, observó.
Por otra parte, el Santo Padre indicó que es necesario apuntar a cambiar las reglas del juego en el sistema económico-social. “Imitar al buen samaritano del Evangelio no es suficiente”, reflexionó, para luego constatar que es necesario actuar antes de que el hombre se encuentre con los malhechores, combatiendo las estructuras de pecado que producen malhechores y víctimas. “Un empresario que es solamente un buen samaritano cumple solamente la mitad de su deber: cura a las víctimas de hoy, pero no reduce a aquellas de mañana”.
“La economía de comunión tendrá futuro si la donan a todos y no se queda solo dentro de sus casas. Dónenla a todos, y antes que nada a los pobres y los jóvenes, que son aquellos que más tienen necesidad”, concluyó.
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