La primera iniciativa consiste en la creación de un Defensor del pueblo (Ombudsman) independiente dirigido a promover la Empresa Responsable. Se trataría del primer Ombusman de su tipo en el mundo.  Bajo las siglas CORE  (Canadian Ombudsperson for Responsible Enterprise) el defensor tendrá el mandato de investigar las denuncias de abusos contra los derechos humanos relacionados con actividades corporativas canadienses en el extranjero.

Además tratará de ayudar a alcanzar, siempre que sea posible, una solución colaborativa a las disputas o conflictos entre las comunidades impactadas y las empresas canadienses. Estará facultado para investigar de forma independiente, informar, recomendar soluciones y controlar su implementación. Su alcance será multisectorial, centrándose inicialmente en los sectores de la minería, el petróleo y el gas y en la confección, con la expectativa de expandirse en el plazo de un año a otros sectores comerciales.

La creación del CORE establece un nuevo punto de referencia mundial para garantizar la conducta empresarial responsable a nivel mundial.

La segunda iniciativa consiste en la creación de un órgano consultivo de múltiples partes interesadas para asesorar al gobierno y al Defensor (CORE) sobre la conducta empresarial responsable en el extranjero.

Sobre la base de la experiencia y el liderazgo canadiense en responsabilidad social corporativa, estas medidas buscan ser las "mejores en su clase", reforzando el enfoque de Canadá hacia el crecimiento económico inclusivo y ayudando a mantener a las empresas canadienses a la vanguardia de la conducta empresarial responsable en el extranjero.

Este anuncio también inicia una nueva era de cooperación entre el gobierno, las empresas y las organizaciones no gubernamentales para garantizar un mayor respeto por los derechos humanos.

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