Human Rights Watch denuncia que el trabajo en tabacaleras perjudica a los niños
Un nuevo informe de la organización presenta evidencia de trabajo infantil y otros abusos contra los derechos humanos en las granjas de tabaco en Zimbabue. Los trabajadores infantiles están expuestos a la nicotina y a pesticidas tóxicos, y muchos sufren síntomas consistentes con la intoxicación por nicotina al manipular hojas de tabaco. Los adultos que trabajan en las plantaciones de tabaco en Zimbabue también se enfrentan a graves riesgos de salud y abusos laborales.
El informe “A Bitter Harvest: Child Labor and Human Rights Abuses on Tobacco Farms in Zimbabwe” (“Una cosecha amarga: trabajo infantil y violaciones de los derechos humanos en las plantaciones de tabaco de Zimbabue”), documenta cómo los niños trabajan en condiciones peligrosas, realizando tareas que amenazan su salud y seguridad o interfieren en su educación.
“El gobierno de Zimbabue necesita tomar medidas urgentes para proteger a los trabajadores del tabaco”, dijo Margaret Wurth, investigadora sobre los derechos de los niños de Human Rights Watch y coautora del informe. “Las empresas que adquieren tabaco de Zimbabue deben asegurarse de que no están comprando una cosecha producida por niños que sacrifican su salud y educación”.
Human Rights Watch llevó a cabo una investigación en las cuatro provincias responsables de casi toda la producción de tabaco de Zimbabue. El informe está basado en entrevistas a 125 pequeños productores de tabaco y trabajadores contratados, incluidos niños o ex trabajadores infantiles, a fines de 2016 y principios de 2017. Human Rights Watch también analizó leyes y políticas y revisó otras fuentes, incluyendo estudios de salud pública e informes del gobierno.
Human Rights Watch descubrió que, por lo general, el gobierno y las empresas no proporcionaron a los trabajadores suficiente información, capacitación ni equipamiento para protegerse de la intoxicación por nicotina y la exposición a pesticidas. Asimismo descubrió condiciones similares en las plantaciones de tabaco en investigaciones en otros países, incluido Estados Unidos.
Sin embargo, allí donde los gobiernos han promulgado leyes firmes contra el trabajo infantil y han proporcionado amplia información sobre los peligros y cómo brindar protección, como es el caso de Brasil, se han logrado algunos avances a la hora de mantener a los menores fuera de los campos y proteger a otros trabajadores.
El presidente Emmerson Mnangagwa, que reemplazó a Robert Mugabe en noviembre de 2017 tras una intervención militar, afirmó que la política económica de su gobierno se basaría en la agricultura. Zimbabue es el sexto mayor productor de tabaco del mundo. Este cultivo es el producto de exportación más valioso del país y generó US$933 millones en 2016.
Algunas de las mayores compañías multinacionales de tabaco compran la producción cultivada en Zimbabue, directamente o través de subasta, entre ellas British American Tobacco, Japan Tobacco Group e Imperial Brands. Según las normas de derechos humanos, las empresas que compran tabaco en Zimbabue tienen la responsabilidad de garantizar que sus operaciones comerciales no contribuyan al trabajo infantil y otros abusos contra los derechos humanos.
Human Rights Watch contactó a las compañías que colectivamente compraron el 86 por ciento del tabaco de Zimbabue en 2016. La mayoría de las compañías multinacionales involucradas tienen políticas que prohíben a sus proveedores usar mano de obra infantil y cometer otros abusos contra los derechos humanos, pero los hallazgos de Human Rights Watch sugieren importantes lagunas a la hora de aplicar y monitorear estas políticas en Zimbabue.
“Las compañías tabacaleras deberían prohibir explícitamente el contacto directo de niños con tabaco en cualquiera de sus formas, llevar a cabo un monitoreo regular y riguroso de los derechos humanos en la cadena de suministro e informar de forma transparente sobre sus hallazgos”, recomendó Human Rights Watch.
Uno de los riesgos de salud más graves en el cultivo de tabaco es la intoxicación aguda por nicotina, o enfermedad del tabaco verde, causada por la absorción de la nicotina de las plantas de tabaco a través de la piel. Los 14 trabajadores infantiles entrevistados, y la mayoría de los adultos, dijeron haber experimentado al menos un síntoma consistente con la intoxicación aguda por nicotina (náuseas, vómitos, dolores de cabeza o mareos) mientras manipulaban tabaco.
La ley de Zimbabue establece los 16 años como la edad mínima para el empleo y prohíbe que los niños menores de 18 años realicen trabajos peligrosos, pero no prohíbe específicamente que los niños manipulen tabaco. El Ministerio de Trabajo le dijo a Human Rights Watch que no había documentado ningún caso de trabajo infantil en la industria tabacalera.
Human Rights Watch también descubrió que algunos trabajadores en plantaciones a gran escala trabajaban jornadas excesivas sin compensación por las horas extra, o que sus salarios eran retenidos durante semanas o meses, en violación de las leyes y regulaciones laborales de Zimbabue. Algunos trabajadores contaron que les pagaron menos de lo que se les debía o les prometieron, sin explicación. La escasez de efectivo en los últimos años ha paralizado la economía de Zimbabue.
“Las personas a las que entrevistamos se sorprendieron cuando se enteraron de lo peligroso que es el trabajo con el tabaco y estaban ansiosos por aprender a protegerse a sí mismos, a sus hijos y a sus trabajadores”, señaló Wurth. “La ‘hoja dorada’ sólo hará honor a su nombre cuando las autoridades y las compañías tabacaleras se enfrenten a los graves problemas de derechos humanos que tienen lugar en las plantaciones de tabaco”.
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