El flujo de desechos electrónicos alcanzó en 2018 los 48,5 millones de toneladas y se espera que la cifra se duplique si nada cambia. Para dimensionar este problema, sólo el 20% de estos residuos se reciclan y se tratan adecuadamente.  

Sin embargo, la basura electrónica vale por lo menos U$$ 62.5 mil millones al año indica el informe, lo que es más que el producto interno bruto (PIB) de la mayoría de los países. De hecho, si los desechos electrónicos eran una sola nación, su PIB estaría a la par con la de Kenia.

Los cambios en la tecnología como la computación en la nube y el Internet de las cosas (IoT) podría tener el potencial de “Desmaterializar” la industria electrónica. Esta es una de las propuestas de la alianza y el informe es un primer paso para alcanzar este camino.

Este informe combina datos e investigaciones de todo el sistema de las Naciones Unidas para defender una nueva visión para los residuos electrónicos describiendo y analizando los desafíos y oportunidades y sentar las bases para el proceso de cambio sistémico.

Para que esto suceda, la alianza propone:

• Visión: La sociedad necesita repensar colectivamente las reglas del juego y crear una visión en torno a la cual el gobierno, los consumidores y la industria pueden reunirse y trabajar en articulación
   
• Conciencia: el público necesita aprender más sobre este creciente desafío y oportunidad global de los residuos.
   
• Colaboración: esta coalición busca trabajar con multinacionales, pequeñas y medianas empresas (pymes), empresarios, asociaciones de empleadores, instituciones académicas, sindicatos, sociedad civil y asociaciones en un proceso específico y deliberativo para provocar el cambio. Las colaboraciones público-privadas a través de plataformas como PACE y la E-waste Coalition jugarán un papel importante.
   
• Acción: la acción coordinada de todos los actores es necesaria dentro y fuera de las fronteras nacionales.

Más información y el informe en este link.